Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) pasarán el primer paso para su tramitación este jueves cuando, a la conclusión del debate de las enmiendas a la totalidad propuestas, el proyecto sea aprobado y pase a la Comisión de Presupuestos al no prosperar ninguna de ellas. Tampoco las del Partido Popular (PP), que las ha presentado argumentando falta de realismo en las previsiones y denominado como "hipotecas" para las futuras generaciones el texto al ser utilizados como un "instrumento electoral". Así lo reivindicaba en la media tarde del miércoles la secretaria general de los populares y portavoz en el Congreso de los Diputados, Cuca Gamarra, durante su intervención en el pleno, apelando, de igual manera, a que las próximas cuentas llevarán a España a la recesión al nacer "viciadas".
Al ver fracasado el intento de que "se devuelva" el proyecto para su reedición, en el grupo popular, a instancias de Génova, apuestan por dar más protagonismo a las "cesiones" que Moncloa habría hecho a sus socios para sacar adelante los nuevos PGE. Todo para conseguir el beneplácito y correspondiente voto favorable de los socios de investidura. "Exigimos transparencia sobre las negociaciones de Sánchez", solicitaba Gamarra tras escuchar la defensa presupuestaria de la ministra de Hacienda María Jesús Montero. Queremos conocer "las concesiones" y las "negociaciones paralelas" que se están dando, añadía la popular ante el micrófono del patio de la cámara baja.
Desde el PP se refieren así a los acuerdos conocidos y "secretos" alcanzados o bajo negociación por parte del PSOE con los nacionalistas vascos del PNV y las fuerzas independentistas catalana y vasca Esquerra Republicana (ERC) y EH Bildu. Destacan, principalmente, la disposición de Moncloa a remodelar el delito de sedición, lo que permitiría rebajar las penas y suavizar los procesos judiciales aún abiertos, de darse el caso, de líderes del 'procés' como el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont. De momento, el Gobierno mide los tiempos para ello. No hay una decisión tomada, pero sí asume que "cuanto antes, mejor". Y es que ésta es una de las principales demandas de ERC, que requiere avances. Pero se hará después de la aprobación de las cuentas y, previsiblemente, antes de las elecciones de mayo.
Al margen de la ya anunciada renegociación del cupo vasco, que permitirá renovarlo bajo los mismos criterios que en el quinquenio anterior, y de la demanda de EH Bildu para fortalecer en exclusiva los puentes entre las formaciones de izquierdas, fuentes populares hacen referencia a otros menos mediáticos. En primer lugar, y en relación con los abertzales, comentan una mayor profundización en la dinámica de acercamiento de presos "ya pactada con los anteriores presupuestos". Asimismo, hablan de la retirada de las unidades de inteligencia nacional de Cataluña y País Vasco que han investigado al independentismo; y, también, de la extensión de competencias a los Mossos d'Esquadra y la Ertzaintza para que tengan competencias sobre el control de explosivos.
El PP que el respaldo independentista al Gobierno para tramitar los Presupuestos es el primer paso para densas exigencias
Evitan, no obstante, hacer otros avances, pero entienden que habrá cesiones en todo "lo que respecta a la lengua" o a "desjudicializar la política", sumado a otros acuerdos conocidos como los de mayor financiación para el desarrollo y de infraestructuras, y a la vivienda. Con todo, esta mirada a las negociaciones y la exigencia de que algo que tradicionalmente ha transcurrido en la confidencialidad sea público, responde a incrementar la estrategia de desgaste al Ejecutivo ya establecida en términos económicos. Para volver a señalar la política de pactos de Pedro Sánchez en lugar de dialogar, como los de Feijóo defienden, con el principal partido de la oposición, de carácter "constitucionalista".
Al menos ERC y EH Bildu han accedido a dar su 'sí' esta jornada y dar su brazo a torcer para que las enmiendas a la totalidad del bloque de derecha, tanto nacional como independentista, no prospere. Pero desde el PP sostienen que eso no garantizan un apoyo final en la cámara baja, una vez pase por ponencia para analizar con detalle el documento y las enmiendas al articulado o a las secciones -las primeras modifican la ley y las segundas los gastos previos de los ministerios-. Es por ello, que reclaman conocer al detalle en qué ámbitos profundiza el Gobierno "para seguir manteniéndose dentro de la Moncloa unos meses más".
Con ello, el segundo grupo de la cámara vuelve a dar relevancia a las relaciones entre el independentismo y el Ejecutivo, algo mermadas tras la convalidación del último real decreto energético. De esta manera, el PP complementa sus dos principales bazas programáticas: la gestión de la economía y la defensa de las instituciones del Estado. Y es que el Gobierno ha apostado iniciar el gran año electoral -primero para las municipales y autonómicas de mayo- con un gasto social de alto calado a sus espaldas, bajo la premisa de que, de esta crisis, se saldrá apostando por las clases más humildes y no a través de recortes. Por su parte, Génova intenta desmantelarlo insistiendo en que todo el gasto extraordinario del presente acabará repercutiendo en los próximos años a la ciudadanía.
Los reproches económicos y de impuestos han copado el discurso del PP en las últimas semanas, desde que el líder andaluz, Juanma Moreno, anunciase en un desayuno informativo en Madrid que suprimiría el impuesto de patrimonio y deflactaría el IRPF siguiendo a su compañera de partido y homóloga madrileña Isabel Diaz Ayuso. Se intensificó con el anuncio de rebajas fiscales por parte del Gobierno y del denominado 'impuesto de solidaridad' a las grandes fortunas, y así se ha mantenido desde el último cara a cara de Sánchez y Feijóo en el Senado, donde el gallego ya desgranó los principales ejes del discurso de Presupuestos que hoy ha replicado Gamarra.
"Coger un poco de oxígeno"
Para el PP, Sánchez busca "coger un poco de oxígeno" de cara a los siguientes procesos electorales. Y "no frenar la inflación o un escenario de incertidumbre", que debería ser "el principal objetivo de unos presupuestos". Ante su posicionamiento en defensa de cuadrar las cuentas de cara al futuro para garantizar estabilidad, así como de bajar los impuestos a las clases medias y bajas frente al "afán de recaudación" del Ejecutivo, lo cierto es que el PSOE, aunque mínimamente, empieza a recomponerse en las encuestas.
Previamente al debate, la demoscópica IMOP Insight para El Confidencial reflejaba en su última oleada un trasvase exacto de siete escaños entre socialistas y populares. Concretamente, pasa de una estimación de 97 al PSOE y 129 al PP, entre finales de septiembre y principios de octubre, a 103 y 122 respectivamente en este cierre de mes. DYM para el grupo Henneo, por su parte, mantiene a Feijóo con una media de 131 parlamentarios y a Sánchez con 105, aunque certifica que el segundo empieza a recuperar voto.
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