La pregunta se reproduce sistemáticamente allá donde se pregunte en el partido (y fuera de él). "¿Quién será el candidato del PSOE en Madrid?". Pero no hay respuesta aún. Ni la habrá hasta casi finales de mes. Se conocerá "poco antes" del 21 y 22 de noviembre, cuando concluye el plazo reglamentario para que los aspirantes registren su candidatura. La dirección estira algo más la intriga y apura los tiempos, y se corrige sobre la marcha sobre las previsiones que, de manera informal y oficiosa, había ido avanzando a los medios. Primero pensó en lanzar a su cabeza de cartel para la capital para primeros de noviembre, luego lo situó hacia la Almudena, patrona de la ciudad (o sea, el próximo miércoles, día 9), pero ahora mismo se inclina por aguantar. Justo porque entiende que ha de centrar el tiro en su crítica al caos generado por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso con las urgencias extrahospitalarias, que ha puesto al colectivo de profesionales sanitarios en pie de guerra. Esa justificación no ha hecho sino introducir más "desconcierto" en una federación muy deshilachada y ayuna de poder desde hace décadas. Un partido en el que se ha instalado en estos días a una mujer como la favorita: la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto.
La cúpula federal del PSOE, la de Pedro Sánchez, y la regional, la que capitanea Juan Lobato —el candidato que rivalizará con Ayuso por la Presidencia de la Comunidad de Madrid—, van de la mano en este viaje. En septiembre, decidieron posponer la elección de su apuesta para la capital por "estrategia", para que primero se echase Lobato a la carrera y no dar más pistas al PP en una plaza maldita para los socialistas y piedra angular de su proyecto para las autonómicas y municipales del 28 de mayo. El cabeza de cartel para Madrid se reservaba para la segunda ventana de oportunidad que Ferraz abrió: la de finales de noviembre, a la que también se acogió, por ejemplo, Las Palmas, la ciudad canaria en la que podría recalar la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
El mensaje que esta vez se quiere trasladar, a diferencia de lo ocurrido otras veces, es que la elección y la propuesta ha partido del PSOE-M y no impuesto por Ferraz
Según el relato oficial, el alcaldable socialista está ya cerrado desde "hace mes y medio", y su nombre lo conocen "muy pocas, poquísimas personas". Básicamente, Sánchez, Lobato y el elegido (o la elegida). El líder del PSOE-M planteó al presidente del Gobierno "dos nombres", y al final se optó por uno de ellos, sin que el descartado supiera que había sido barajado como una alternativa. El mensaje que esta vez se quiere trasladar, a diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, es que la elección y la propuesta ha partido de la federación madrileña y no impuesto por Ferraz. Pero inevitablemente el designado será el candidato de Sánchez. Porque por él pasa todo, y más una decisión estratégica para todo el PSOE como esta. Y Madrid, y este no es un dato menor, es su federación, y la que también necesita para afianzarse en la Moncloa, dado el bajón en el granero tradicional, Andalucía.
Ferraz y Buen Suceso, la sede regional, pensaron destapar un nombre guardado con máximo celo hasta estos primeros días de noviembre. Luego fijaron su vista en la patrona local, como publicó El País, pero ahora, salvo nuevo cambio de guion, todo apunta a que se esperará a poco antes de que se cumplan los plazos internos, tal y como confirman en las dos cúpulas a El Independiente. "Se trata de elegir una fecha que nos venga bien, y ahora mismo hay temas muy importantes en Madrid. En medio de este lío sanitario no estamos para candidatos", argumentan en la dirección autonómica. Y es que el incendio creado por el nuevo plan de urgencias extrahospitalarias diseñado por el Gobierno de Ayuso no para de crecer: hay dos huelgas activas y otras dos convocadas para la semana próxima, dimisiones en la Atención Primaria y la ruptura del acuerdo con la Consejería de Sanidad que firmaron cuatro sindicatos.
"Una apuesta de futuro"
La tardanza está angustiando al PSOE-M. "Algunos cargos, incluso, piensan que quizá no se ha elegido al candidato o que quedan flecos por rematar", explica un responsable que conoce muy bien las tripas del partido en la región. En la dirección autonómica niegan ese extremo: el candidato está elegido desde finales de septiembre, "y están los equipos y contenidos de esa persona preparándose desde hace tiempo". "Cuando se sepa quién es, pensaréis que cómo es posible que no os hayáis dado cuenta", señalan en el círculo de Lobato.
El candidato ha tenido mucha presencia en Madrid y se va a dedicar sus próximos 10-15 años a la ciudad, algo que nunca antes pasó, con aspirantes que iban y venían", indican en el círculo de Lobato
El retrato robot, que ya publicó este diario, sí está claro: será un candidato "conocido, querido internamente, que ha tenido mucha presencia en Madrid y que se va a dedicar sus próximos 10-15 años a la ciudad, algo que nunca antes pasó, con aspirantes que iban y venían". Es decir, "se hace por fin una apuesta de futuro y de permanencia". Será una persona que tenga que dejar su puesto de responsabilidad —de ahí que se piense que se sienta en el Consejo de Ministros—, "comprometida" con el PSOE, que "ha hecho muchas visitas y actos en barrios de Madrid en los últimos años, y que ha participado activamente en las campañas". Y "no tiene 70 años", añaden, precisamente para reforzar el mensaje de que será un hombre o una mujer que no abandonará el Ayuntamiento a la primera si pierde.
En este siglo, la mayoría de los cabezas de lista para la capital acababan tirando la toalla, antes o después. Ocurrió con Trinidad Jiménez (2003), Miguel Sebastián (2007) —no llegó ni a recoger su acta como concejal— o Pepu Hernández (2019), y solo aguantaron cuatro años, aunque no repitieron como primeros espadas, Jaime Lissavetzky (2011) y Antonio Miguel Carmona (2015). El PSOE lleva sin gobernar la ciudad desde 1989, cuando el entonces alcalde, Juan Barranco —el sucesor del viejo profesor, Enrique Tierno Galván—, fue desalojado por una moción de censura de la derecha.
Ese perfil tan concreto hace que las quinielas internas hayan ido achicándose en las últimas semanas. Ahora, la mejor posicionada es la titular de Industria, Reyes Maroto, muy bien valorada por Sánchez, de la que se reconoce su valía como "una mujer solvente, cualificada, que ha desplegado una buena gestión en su ministerio, y muy trabajadora". Maroto (Medina del Campo, 1973), licenciada en Ciencias Económicas y profesora asociada de la Universidad Carlos III de Madrid, diputada en la Asamblea regional entre 2015 y 2018 (hasta que fue llamada por Sánchez a su Gobierno), exmiembro de la cúpula del PSOE-M, milita en la localidad de Alcorcón y sí ha participado en numerosos mítines del partido. "No tira por encima de la marca", "no suma votos por sí misma", observan distintos dirigentes, dado que su nivel de conocimiento sigue siendo bajo, y más en Madrid —no la conoce el 46,6% de los españoles, según el CIS—, ni tiene un perfil propio destacado, si bien sí se le reconocen "don de gentes", "cercanía" y "esfuerzo", cualidades positivas para un candidato a la alcaldía.
En el dibujo trazado por la dirección cabría también el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, pero él y su equipo han negado rotundamente que vaya a competir por el palacio de Cibeles contra el regidor, el popular José Luis Martínez-Almeida. La titular de Justicia, Pilar Llop, totalmente ausente en las negociaciones para la renovación del Poder Judicial, se descartó ella misma. Margarita Robles, responsable de Defensa, sí es apreciada como una "candidata potente", con perfil propio y capaz de atraer al electorado más templado de la capital, aunque con más dificultades para atraer a la izquierda. Pero se da por hecho que ella no querrá esta vez tampoco bajar a la arena municipal, y en la cúpula regional además han subrayado que se pretende reconectar con el electorado progresista, atributo que la sacaría de la ecuación.
Bolaños y Llop se han descartado. Robles siempre ha rehusado bajar a la arena municipal. Marlaska vuelve a estar cuestionado por Melilla
Ferraz también descarta al titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien sí tendría más poder para captar al colectivo LGTBI. El ministro, sin embargo, se halla de nuevo en el centro de la polémica, cuestionado por su gestión de la tragedia de la valla de Melilla, el pasado 24 de junio, en la que murieron al menos 23 migrantes. Sánchez le arropó por completo este viernes, y alabó su labor sin fisura, precisamente para apuntalarle frente a Unidas Podemos y los socios de investidura. Otras opciones como la exvicepresidenta Carmen Calvo o el director del Instituto Cervantes, el poeta Luis García Montero, candidato autonómico de IU en 2015 y viudo de la escritora Almudena Grandes, no están en la parrilla de salida. Igual que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. En las quinielas también sonó Rafa Simancas, exlíder del PSM y actual secretario de Estado de Relaciones con las Cortes (mano derecha de Bolaños), nombre que también quedó desmentido. Su edad, por encima de los 70 años, también elimina a referentes del partido como Javier Solana (80) o Josep Borrell (75). Fuera de la carrera desde septiembre está la delegada del Gobierno en Madrid, la que parecía como la aspirante natural, Mercedes González, secretaria general de la agrupación capitalina. Tampoco son la apuesta de la dirección la portavoz socialista en el Consistorio, Mar Espinar, ni la concejala Enma López. Probablemente, una de las dos saltará en 2023 a la lista autonómica. Las tres, con bajo índice de conocimiento ciudadano.
"Al menos, el foco en Madrid"
A la danza de nombres se sumó, este pasado jueves, el bulo de que el presentador de Sálvame, Jorge Javier Vázquez, podía ser propuesto para competir contra Almeida. El periodista Carlos Alsina echó a correr el rumor, luego el conductor de Telecinco jugó al despiste... y finalmente tanto él como el partido lo negaron tajantemente. Pero el episodio no hizo sino alimentar el "desconcierto", el estupor y la irritación entre los cuadros. La lectura que en el PSOE-M se ha extendido es que el elegido no será "ni un galáctico", una estrella total, ni "un bluf", escaldados como acabaron en el partido con el fichaje fallido de Pepu Hernández, apuesta personal de Sánchez que se estrelló en las urnas en 2019, hundiendo a las siglas hasta la cuarta plaza, por detrás de Más Madrid, PP y Ciudadanos.
En el PSOE-M late una cierta "frustración", nervios y el miedo a que la expectativa se vuelva en contra si el candidato no brilla como se espera
Tanto Ferraz como Buen Suceso niegan que hayan generado "expectativas" con el candidato por la capital y ven al partido "tranquilo". Pero distintos dirigentes consultados describen un ambiente de cierta inquietud. "El PSOE-M está un poco desilusionado. Cree que se devalúa al candidato con tanta demora y que se genera frustración. Reyes es buena, pero con tanta espera la sensación es que fallaron otros", indica a este diario un responsable que conoce muy bien la federación y ha pulsado el sentir interno.
El miedo es que el globo se haya hinchado tanto que luego pueda pincharse fácilmente. "Generar expectativas para luego no poder cumplirlas es algo complicado para la militancia. Pero al menos hemos puesto el foco en Madrid y ya no se ve tan fácil la victoria de Almeida", asegura un integrante de la cúpula regional que sí cree que Sánchez "ha tardado en decidir" y que eso explicaría la tardanza en sacar el nombre del horno.
"El partido no está tanto como desquiciadito, pero sí con ganas de que se sepa para poder hablar de otra cosa", opina una concejala socialista del Ayuntamiento de Madrid, que no oculta su sorpresa por el nuevo retraso en el anuncio del cabeza de cartel y que subraya que "hace días parecía muy claro que sería Reyes". Un diputado en la Asamblea, veterano fontanero, cree que precisamente el caos generado por Ayuso en la sanidad es "un buen momento para lanzar a alguien y que golpee desde ya". "La militancia está cansada y cabreada ya, nerviosa y no se entiende que todo se demore una semana más", añade esta última fuente. Este cargo concede que si cuando se despeje la incógnita el aspirante "deslumbra" y se ve claro que el partido ha hecho una apuesta ganadora, este periodo de zozobra "se olvidará". El problema de partida es el ánimo de un PSOE-M, muy bajo ya tras encadenar sucesivas derrotas electorales y sin músculo. Otros dirigentes se muestran muy críticos con Lobato y su forma de gestionar este asunto clave.
Los socialistas ven opciones de que la izquierda arrebate la alcaldía a Almeida, a quien ven "desgastado"
Según una encuesta encargada por Más Madrid y conocida esta semana, la izquierda estaría a apenas un escaño de arrebatar la alcaldía a Almeida, un Losresultado alentador que algunos en el PSOE ven con cautela, porque aún no se sabe si concurrirán Podemos e IU o si se unirán a Rita Maestre, o si intentarán competir los concejales carmenistas de Recupera Madrid. También Begoña Villacís tiene que decidir si se diluye en el PP o defiende su candidatura por Ciudadanos. En cualquier caso, los socialistas ven claras opciones de derribar a la derecha por un alcalde más "desgastado" hasta ahora que Ayuso, a quien le podría pasar factura, creen, el descontento con la sanidad.
El número uno de cualquier lista no es una cuestión menor en unas elecciones. Al menos, eso afirmaba el CIS en su macroestudio sobre tendencias de voto municipal publicado este viernes: para el 53,3%, tiene más importancia el candidato, frente a un 37,3% que confiere más relevancia al partido político. Un sondeo del instituto público dirigido por José Félix Tezanos que vaticina, a seis meses del 28-M, que el PSOE se impondrá en las locales (32,8%), a seis puntos de ventaja sobre el PP (26,8%).
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