Era una prioridad en su programa de Gobierno pero por el momento, por más que las ayudas económicas vayan aumentando, en Euskadi la natalidad no deja de caer. El lehendakari Urkullu aseguró en su programa de Gobierno que revertir la caída demográfica en el País Vasco se había convertido en una “cuestión de país” y que empeñaría las políticas públicas en ello. Sin embargo, en la última década la curva no ha dejado de caer. Los últimos datos aportados ahora por el Instituto vasco de Estadística (Eustat) revelan que en el segundo trimestre de este año han nacido apenas 3.319 niños y niñas, un 6,3% menos que en el mismo periodo del año pasado. Los datos anuales muestran que en todo 2021 los nacimientos alcanzaron los 14.257, una cifra un 32% inferior a la de hace una década, cuando se produjeron 21.180 alumbramientos.
El de 2021 es el peor dato de natalidad desde que existen registros comparados, en 1975. Aquel año en Euskadi nacieron 39.646 niños y niñas, 2,7 veces más. La caída de la natalidad se refleja ya no sólo en un cada vez mayor envejecimiento de la población vasca sino en indicadores como las matriculaciones escolares, que caen de año en año y complican en muchos casos la supervivencia de algunos centros educativos. También se detecta en la dificultad de encontrar mano de obra que demanda la economía vasca y ante la que ya han alertado los empresarios.
El Ejecutivo vasco ha ido aumentado las ayudas a las familias y jóvenes vascos para tener hijos. Comenzó mejorando los bonos por nacimiento, que se incrementó hasta los 400 euros pero que podía llegar hasta los 900 en el caso de familias numerosas. A ello se sumaron después mejoras en las políticas de desgravación fiscal que aplican las diputaciones forales.
Ayudas sin límite de rentas
La última medida dada a conocer hace unos días daba un paso más y mejoraba la política de apoyo a la natalidad, que ya está entre las más subvencionadas de la Administración. El Ejecutivo Urkullu anunció que a partir de enero de 2023 por cada niño menor de siete años se tendría derecho a una ayuda. Se trata además de una ayuda universal, sin límites por renta, y que se concibe como un derecho subjetivo.
Así, las familias percibirán 2.400 euros al años, a razón de 200 euros mensuales, por cada niño menor de tres años que tengan y 100 euros mensuales entre los 3 a los 7 años de edad. En los casos de menores con algún tipo de discapacidad las ayudas podrán duplicarse. El coste en políticas de fomento de la natalidad alcanzará los 91 millones de euros sólo el próximo año.
Este tipo de ayudas se suman a las políticas que en materia de permisos de paternidad ampliados hasta las 18 semanas, o el alquiler para jóvenes ha impulsado el Ejecutivo con el fin de facilitar la emancipación de los jóvenes vascos. Los últimos datos sitúan en alrededor de los 30 años la edad media de abandono del hogar familiar de los jóvenes vascos. Una edad especialmente tardía en comparación con indicadores medios en otros países.
Ya en 2019 el Gobierno de Urkullu puso en marcha el programa ‘Gaztelagun’, con el que se conceden ayudas para el pago del alquiler a jóvenes de entre 18 a 35 años. En abril el plan se amplío para incrementar su cobertura a rentas superiores, hasta 24.000 euros en el caso de solicitantes individuales, hasta 30.000 euros para familias y 32.000 euros en el caso de familias numerosas. Actualmente alrededor de 2.700 personas perciben esta ayuda al alquiler que alcanza los 275 euros mensuales.
Envejecimiento de la población
El envejecimiento de la población en Euskadi es imparable e irá a mucho más en los próximos años. Actualmente uno de cada cuatro vascos tiene más de 65 años y apenas un 13% está por debajo de los 14 años. Esta situación está complicando también la absorción de la cada vez mayor demanda de servicios sanitarios en el País Vasco, cuyo presupuesto se incrementa de modo sustancial año tras año. A todo ello se añade la demanda decreciente de servicios residenciales y asistenciales especializados en personas mayores que se incrementan de manera sustancial cada año.
Una ratio de nacimientos que coloca a Euskadi como la región con la menor tasa de nacimientos de Europa, con apenas 6,5 nacimientos por cada 1.000 habitantes, frente a los 7,1 de media en España. Una tasa que en el caso de la sociedad vasca no es aún más reducida gracias a la población inmigrante. Las madres de origen extranjero suponen en Euskadi casi un tercio de los nacimientos, el 27% del total el año pasado.
Además de pocos nacimientos, la edad de las madres continúa retrasándose. El año pasado, de los 14.257 alumbramientos en el 44% de los casos las madres superaban los 35 años de edad. Sólo en el 19% la edad se situaba por debajo de los 29 años. Mujeres que, en casi la mitad de los casos, el 48%, daban a luz por primera vez, en un 38% lo hacían por segunda ocasión y en un 13% por tercera o más veces.
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