Es casi imperceptible, pero avanza imparable. Adelgaza de año en año desde hace más de dos décadas. Deslocalizaciones, cierre de empresas, caída del emprendimiento y dificultades para crecer en tamaño de muchas empresas por falta de mano cualificada son sólo algunos de los problemas que ha registrado la economía vasca los últimos años y que en muchos casos los empresarios han subrayado. Los datos permiten concluir que hoy Euskadi tiene un peso significativamente inferior al del año 2000. El 6,3% del PIB nacional queda ahora lejos, en el 5,9% que muestra en Instituto Nacional de Estadística al cierre de 2020.
El peso de la economía en el conjunto del país es un indicador clave en el acuerdo que ayer Gobierno vasco y el Ejecutivo central firmaron: la renovación de la Ley Quinquenal del Cupo para el periodo 2022-2026. Lo hacían sin apenas cambios respecto a la ley anterior acordada con el Gobierno de Mariano Rajoy. Dos nuevos tributos menores que recaudarán las haciendas vascas -gravamen sobre plásticos de un solo uso y otro sobre los vertidos e incineración de vertidos- son la principal novedad para la norma que regulará la relación financiera entre la Administración vasca y la estatal el próximo lustro.
El porcentaje de referencia para calcular el importe anual, el que Euskadi abonará al Estado en forma de Cupo por las competencias no transferidas, seguirá inalterable en el 6,24%. Se estableció en 1981, cuando se aprobó la primera ley quinquenal, reflejando así el peso que tenía la economía vasca en el conjunto del país y la responsabilidad financiera que le correspondía asumir en la financiación de las competencias estatales. Sin embargo, hace muchos años que la economía vasca ya no es lo que era, que ese 6,24% se quedó desfasado. En la actualidad, el PIB vasco representa el 5,9% en el conjunto del PIB español.
Menor peso de la economía vasca
Ni siquiera desde el punto de vista de población Euskadi tiene un peso equiparable. También en esta variable, que se tiene en cuenta a la hora de fijar costes y responsabilidades financieras, el porcentaje es hoy muy inferior: los vascos representan el 4,6% de la población en el Estado, lejos del 5,18% de 2000.
Este desfase entre la realidad de corresponsabilidad con el costeamiento del Estado que se estableció en 1981 y la que representa realmente la economía y sociedad vasca, es uno de los argumentos empleados por el nacionalismo de modo periódico para recordar que en realidad asume un compromiso mayor del que le correspondería de acuerdo a su PIB en el sustento económico del Estado. Los datos en términos absolutos muestran sin embargo que el País Vasco paga hoy menos en concepto de Cupo de lo que lo hacía tiempo atrás. En 2007, por ejemplo, la cifra alcanzó los 1.500 millones de euros, mientras que el pasado ejercicio la liquidación con el Estado fue de 1.403 millones de euros.
Con la renovación firmada ayer, con el mismo índice de imputación del 6,24%, establece un cupo provisional del año base en 1.472. A partir de esta cantidad anual, cada ejercicio se debe cerrar tras cruzar costes de unas y otras administraciones sobre las distintas competencias, sean o no de su competencia, hasta cerrar una liquidación que establezca el importe definitivo a abonar en concepto de Cupo.
Las cantidades han ido evolucionando al mismo ritmo que lo hacía el mapa competencial e impositivo en el Estado. La cada vez mayor transferencia de materias al País Vasco, como es el caso de la gestión de prisiones, ha derivado en una supresión de competencias del Estado y con ello de aportes en el Cupo por las materias que han dejado de ser de su competencia. Sin embargo, al mismo tiempo se han ido creando nuevos impuesto en materias, como el IMV, o las ayudas a la dependencia que han requerido actualizar la relación financiera entre ambas administraciones.
Nuevos impuestos
El último caso se produjo ayer, cuando el PSOE acordó con EH Bildu alcanzar un acuerdo en el plazo de tres meses para concertar los nuevos impuestos e las energéticas, la banca y las grandes fortunas, pendientes de su validación definitiva. De igual manera, los dos nuevos tributos incorporados en la renovación de la Ley Quinquenal –plásticos y vertidos- conllevarán elevar la recaudación de las tres haciendas vascas en alrededor de 75 millones de euros.
El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, y la titular de Autogobierno, Olatz Garamendi, acompañados de los tres diputados forales, acudieron ayer a Madrid para firmar la renovación junto a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El encuentro, celebrado en el seno de la Comisión Mixta del Concierto Económico, es el último trámite antes de su tramitación en las Cámara Baja para su entrada en vigor. La renovación de la Ley Quinquenal del Concierto fue acordad entre ambos gobiernos el pasado 23 de septiembre, tras un año de vencimiento de la ley anterior.
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