El Gobierno ha dado el primer paso para derogar el delito de sedición. Lo ha hecho la madrugada del viernes, una vez el Congreso de los Diputados ha aceptado la toma en consideración de la proposición de ley presentada por el Grupo Socialista y Confederal de Unidas Podemos, que propone sustituirla por un delito de desorden público agravado. Ésta plantea reducir las penas máxima por cometer este tipo de actos delictivos de los quince a los cinco años de prisión, y ha recibido el apoyo de una mayoría de 187 parlamentarios -un voto menos por la baja de última hora de una diputada morada-. Todo ello, con la mitad de los votantes socialistas y más de un tercio de los de Unidas Podemos poco o nada de acuerdo con esta supresión, según una encuesta publicada por DYM la jornada previa al pleno parlamentario. La cifra crece notablemente en el centroderecha, que se ha opuesto en bloque: un 77,5% en el Partido Popular (PP), un 80,2% en Ciudadanos (Cs) y un 90,8% en el caso de Vox.
Precisamente, en las dos últimas semanas, el partido de Santiago Abascal es quien más ha rentabilizado esta cuestión en las encuestas frente a los populares de Alberto Núñez Feijóo. Vox inició noviembre por debajo de los cincuenta escaños de media y en torno a los quince puntos, con el PP consolidado por encima de los 135 y más del 30%. Los sondeos publicados desde entonces, mantenían la dinámica. Hasta que la noche del día 10, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en prime time su compromiso para "reemplazar" la sedición y avanzar a un nuevo delito "homologable" a los países del entorno europeo. La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, inició los contactos con Feijóo para que el PP solicitase a la Mesa del Congreso una moción de censura, pero el líder de la oposición, desde Génova, a viernes, y horas después de que los socios registrasen la propuesta parlamentaria, decidió comprometerse, únicamente, a revertir la reforma penal si llega al poder en las próximas generales.
Durante ese fin de semana, Abascal y los suyos meditaron la estrategia a tomar bajo un rotundo clima de silencio. Y en una comparecencia extraordinaria -suele delegar en el vicepresidente primero- posterior a la reunión del Comité de Acción Política (CAP) de los lunes, el presidente de Vox alentó al PP a tomar la iniciativa y sumar para presentar a un independiente que supla a Sánchez y convoque inmediatamente elecciones. Génova decidió no coger el guante, optó por el silencio y rechazó que su agenda política quedase condicionada por naranjas o Vox. "La verdadera moción de censura serán las elecciones", explicaban fuentes de la dirección nacional del PP.
La polarización beneficia electoralmente a Vox, que crece en los debates duales ejerciendo la actitud más dura para distinguirse: a favor o en contra de la sedición
Entre el día posterior y el jueves 17, la demoscópica Target Point para El Debate elabora una encuesta nacional que se publica el 20 de noviembre. Apunta a una subida de Vox de hasta un punto respecto al mes pasado, del 15,8% al 16,7%. Ese mismo día, finaliza la recopilación de datos llevaba a cabo por IMOP Insights para El Confidencial desde el 7 de noviembre, antes de que Sánchez haga el anuncio oficial sobre la sedición, tras frustrarse el diálogo de la renovación del CGPJ -justificado por el PP por una doble negociación con ellos y el independentismo para debilitar la independencia de los jueces-. Tres días después, IMOP publica los resultados, atribuyendo a Vox el mismo resultado; también en escaños: 52 de máximo. Distan, eso sí, en lo asignado al PP.
La primera 'casa' demoscópica mantiene a Génova a niveles anteriores, de entre 131-133 parlamentarios, y un 31,1%; mientras que IMOP rebaja en diez el número de escaños y a 29,3% la intención de voto. La clave, el transvase de voto: Target Point prevé fugas moradas al PSOE y socialistas al PP, que compensa la pérdida hacia Vox. En la línea se ha movido también esta semana DYM, la autora de la encuesta más reciente sobre la sedición, para el Grupo Henneo. El PP lograría entre 124 y 128 representantes (29,7%) frente a los 53-57 de Vox, a quien aprecian en el 16,8%.
Hay que remontarse al mes de julio para ver una estimación similar por parte de IMOP, la segunda demoscópica que más se acercó al resultado de los ultraconservadores en Andalucía con la fallida candidatura de Macarena Olona, que pese a ganar dos escaños y casi 400.000 votos, no cumplió las expectativas. Entonces, era de un 16,5% a 16,9% y 55 escaños. Todo ello, en una situación estable en el seno del PP, ya que si nos remontamos al momento más complicado de la historia reciente de los populares, con la salida de Pablo Casado de la dirección nacional, las cifras rozaban los 20-22 puntos con hasta 80 escaños. En el caso de DYM a abril para un balance idéntico, tras el relevo de Feijóo; y Target Point también a julio. ¿Sus máximos este año? 19,9% y 20,8% respectivamente.
Las claves de este reforzamiento
A principios de la semana, aunque se veía un ascenso de Vox para traspasar la barrera del 16%, no quedaba constancia de un retroceso del PP. De hecho, Target Point las descarta frente a IMOP y DYM, que restan un puntos a los populares. La primera clave es la batalla cultural. En el PP de Feijóo predomina el discurso económico como marco principal para llegar a La Moncloa y, aunque a veces hace alusiones a cuestiones más ideológicas, algo que ha delegado a Isabel Díaz Ayuso, le cuesta encajarlo en su relato de moderación e intento de expansión por el centro. Un ejemplo es Cataluña, donde aboga por un 'catalanismo cordial' frente a voces internas más nacionalistas. En cuanto a la sedición, la forma de actuar ha sido confirmadora.
Por un lado, Vox ha desatado todo tipo de verborrea y atribuido palabras duras al Ejecutivo de Sánchez, como 'traición'. También ha hecho un llamamiento social para "defenderse" en la calle, con una protesta que este domingo transcurrirá en la Plaza de Colón de Madrid y será replicada frente a cada ayuntamiento provincial. Asimismo, mientras Feijóo prefiere esperar a las elecciones, Vox reivindica la "dimisión". A nivel parlamentario, el PP solo se ha comprometido a revertir la cuestión de la sedición, pero los de Abascal han registrado una propuesta para endurecer el Código Penal y penalizar al alza cualquier acción desde el Gobierno o el funcionariado público que perjudique a la unidad nacional.
Otro aspecto a tener en cuenta es el escenario político en el que se plantea esta propuesta de delitos por desorden público agravado. La dureza de Vox en el discurso, ante un amplio grupo de votantes en el bloque de la derecha que rechaza con rotundidad las concesiones al independentismo, ven más afinidad con el partido de Abascal. Al menos en este momento concreto, con la posibilidad de que, en los próximos meses, cualquier otro acontecimiento hagan que marquen otras posiciones. La intención de sesgar en dos planos a los partidos políticos es una constante para los 'verdes'. Lo han hecho recientemente con la ley del 'solo sí es sí' y con el respaldo de las Cortes tras la polémica del Grupo con Irene Montero, la ministra de Igualdad. El rechazo del PP al insulto, ha hecho que Vox quiera diferenciarse añadiéndolos al mismo sector que la izquierda.
Sujeto al contexto político
Preguntado por este hecho, el sociólogo y presidente de GAD3, Narciso Michavila, cuya 'casa' clavó el resultado andaluz a pie de urna y se aproximó notablemente las semanas previas, rebaja las expectativas fijadas en Vox. Admite a El Independiente que "Vox se recupera", pero "no lo tenemos tan fuerte" como apuntan el resto de sondeos publicados, indica en referencia al último barómetro que prepara su empresa para este sábado. En el anterior, daban al PP 34,8% y 12,6% a Vox.
Por su parte, y desde el punto de vista politológico, consultado sobre la capacidad de Vox para sostener este margen electoral con el tiempo, el politólogo Eduardo Bayón hacía un apunte para una publicación anterior sobre Vox: "A Vox le puede venir bien si estos temas [reforma de la sedición o la ley de libertad sexual'] se consolidan en la agenda y si explota unos mensajes más acordes para el electorado de derechas de los que tenga el propio PP. Pero para mantener el techo político que ha alcanzado". Algo que, a priori, descarta por la volatilidad de temas. De hecho, el propio presidente del Gobierno quiere cerrar cualquier polémica antes de fin de año para afrontar más cómodamente el año electoral. La polémica por la renovación del CGPJ ha quedado desplazada. De mantenerse ese clima de disputa entre Vox y la coalición de izquierdas, el PP puede compensar las fugas por el centro con votantes socialistas descontentos con la cuestión de la sedición.
En la propia encuesta de DYM, a la pregunta de si se considera que el paso dado por el PSOE pasará factura a Sánchez electoralmente, siete de cada diez votantes del centroderecha opinan que sí, que reducirá sus votos. Pero también los propios votantes socialistas: el 51,5% de los consultados respaldan esta tesis por cuatro de cada diez votantes morados.
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