El PSOE asiste con una mezcla de estupor y preocupación a las guerras tribales instaladas a su izquierda, al divorcio cada vez más evidente entre Podemos y Yolanda Díaz, así como con Izquierda Unida, alineada en esta batalla a la vicepresidenta. Y ante el temor de que el voto del bloque de la izquierda se divida aún más, han hecho llegar a estos partidos desde algunas direcciones territoriales socialistas "la necesidad de que intenten candidaturas de coalición para no fragmentar el voto", explican a El Independiente fuentes conocedoras de estas conversaciones.
El temor se agudiza en aquellos territorios en que los barones regionales del PSOE necesitan de acuerdos para mantener sus gobiernos o alcaldías importantes. Pero no sólo, porque si IU y Podemos y otras fuerzas regionalistas de izquierda acuden cada uno por su cuenta a las elecciones locales y autonómicas del cuarto domingo de mayo las opciones de intentar desalojar a los populares del poder territorial merman considerablemente.
En Navarra, IU y Podemos han sido capaces de alcanzar un acuerdo en el que suman además a otros dos partidos, Batzarre e Independientes, bajo la denominación "Contigo Navarra". La presidenta de la Comunidad Foral, María Chivite, no parece correr peligro el mismo peligro de otros compañeros de filas pendientes de que su izquierda no sólo no vaya unida sino que no se les hunda. Es el caso de Ximo Puig en Valencia; de Javier Lambán en Aragón o de Francina Armengol en Baleares. Son tantos pactos a tantas bandas, en un juego de equilibrios tan delicado, que en cuanto una pieza colapse corren el riesgo de no sumar mayorías.
"Lo mejor para que la izquierda no pierda es que el PSOE haga políticas de izquierda", replican en Podemos
En Podemos se defienden con un juego de palabras: "Lo mejor para que la izquierda no pierda es que el PSOE haga políticas de izquierda y no tengamos que arrastrarles". Ya en las últimas elecciones autonómicas madrileñas, celebradas el 4 de mayo del año pasado, acusaron a los socialistas de "no hacer su parte del trabajo" con un candidato, Ángel Gabilondo, que consideraron muy flojo y errático. La debacle de la izquierda fue histórica y la peor parte se la llevó precisamente el PSOE, -que dejó de tener el liderato de la oposición a favor de Más Madrid-, y Podemos, cuyo candidato, Pablo Iglesias, decidió dejar la primera línea política para no dejar de hacer política.
Tanto en el partido de Garzón como en el de Ione Belarra- enterrada prácticamente la marca electoral Unidas Podemos- insisten en su voluntad de acuerdo y pacto y así lo han hablado los dos, según ha podido saber este medio. Pero a la hora de bajar a lo concreto esas buenas palabras sirven de poco. Los morados insisten en ser la "nave nodriza", el hermano mayor, de esa alianza, pero Izquierda Unida apela a su "superioridad organizativa e implantación territorial en muchos sitios. No nos toca el papel de comparsas", dicen. Es el caso de regiones como Asturias -donde IU, y antes el PCE, ha estado muy vinculada a la cuenca minera-, y Andalucía, que no celebra autonómicas, pero sí locales.
Por lo pronto, Podemos ha puesto en marcha su maquinaria electoral con la convocatoria de primarias en toda España. "Si no hay acuerdo ya tenemos los cabezas de candidatura elegidos", explican los morados y, "si lo hubiera, esos serían los nombres a negociar con sus puestos en las listas".
"De nave nodriza, nada", replican en Izquierda Unida a los morados
En Andalucía las relaciones entre IU y Podemos están dinamitadas. Ambas formaciones trabajan en sus propias candidaturas municipales. Y mientras los morados están teniendo problemas para completar listas en las principales localidades de la Comunidad, los de Alberto Garzón les llevan una considerable ventaja. Recuerdan en IU que tienen en la actualidad 979 concejales andaluces frente a los 83 de Podemos. En definitiva "de nave nodriza, nada", dicen. Por mucho que el PSOE "transmita la importancia de la unidad, no parece que se les esté haciendo mucho caso", lamentan los mismos medios consultados.
Sin acuerdo global en Asturias -el socialista Adrián Barbón gobierna gracias a IU y con el voto en contra de Podemos- ni en Andalucía, parece también imposible en Aragón, donde Javier Lambán no sólo depende de sus fuerzas sino de una pléyade de partidos en los que se apoya para gobernar.
La Comunidad Valenciana es para el PP una de las joyas de la Corona y el socialista Ximo Puig depende también de la fortaleza de sus socios, principalmente de Compromís, poco partidaria de tejer alianzas con Podemos e Izquierda Unida, que, de momento, no han firmado ningún compromiso preelectoral. Trabaja también cada una de estas formaciones en sus propias listas antes de sentarse a hablar en unas negociaciones de futuro incierto.
En La Rioja se presentaron también por separado a las elecciones de mayo de 2019. Apoyaron el Gobierno de Concha Andreu, aunque la presidenta socialista confesó en entrevista con El Independiente en alusión a Podemos que "no les veo tan fuertes como cuando fueron a las elecciones. No obstante quedan unos meses. Me parece importante que vayan fuertes" y quizá la vía sea la de la alianza preelectoral Podemos-IU.
En Canarias la izquierda se ha fragmentado más
Tanto en Baleares como en Extremadura, avanza la confluencia de la izquierda, aunque lo más probable es que Guillermo Fernández Vara no les necesite para mantenerse en el poder, al igual que Emiliano García Page en en Castilla-La Mancha. Mejor para él, porque las direcciones de IU y de Podemos en la región no se soportan. En Murcia andan intentando un acercamiento y en Canarias, con la irrupción del partido del ex diputado Alberto Rodríguez, alineado a Yolanda Díaz, parece imposible.
En Galicia, que tampoco celebra autonómicas, es poderoso el ascendente de Yolanda Díaz, lo que dificulta el acercamiento, mientras que en Cataluña mandan los Comunes de Ada Colau y en el País Vasco nadie porque son extraparlamentarios.
¿Y qué decir de Madrid? Como poco que la izquierda a la izquierda del PSOE volverá a ir muy dividida pero en este caso no tanto por culpa de Podemos e IU como de Más Madrid, líder de la oposición tanto en al Comunidad como en el Ayuntamiento y refractaria a todo lo que huela al partido morado. Parece que, en este caso, el PSOE "da por perdida toda posibilidad de listas conjuntas" entre Mónica García y Unidas Podemos.
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