Al adversario, ni agua. Esa es al menos, la filosofía con la que la dirección nacional del PP aborda la guerra en el Gobierno de coalición a cuenta de la penúltima batalla de los socios: la ley Trans. La decisión de los socialistas de mantener el pulso a la ministra de Igualdad, Irene Montero, con sus enmiendas podría solventarse a favor del PSOE si el PP las apoyara. Con ello se generaría una crisis de consecuencias insospechadas en el seno del Ejecutivo, aún mayor de la que ya existe, lo que podría interesar a Génova, pero también "apuntalaría" a los socialistas, matizan fuentes de esta formación.
Quiere decir que, llegado este punto, en el cuartel general de los populares de la calle Génova calculan que, de prosperar la ley de Irene Montero en los actuales términos, "podría haber una fuga de voto moderado" además de feminista, habida cuenta del rechazo profundo que esta ley genera en muchas organizaciones que llevan décadas luchando por los derechos de la mujer, muchas de ellas vinculadas al PSOE, las mismas que el pasado día 25 pidieron la dimisión de la titular de Igualdad en presencia de otras ministras socialistas.
Los populares esperan sacar réditos electorales de la profunda división del Gobierno, atrayendo ese voto de centro, centro-izquierda que pueda ver con estupor la deriva de los pactos con Podemos, ERC o Bildu. De hecho, el objetivo de Génova es disputarle al PSOE nada menos que 800.000 votos, aunque parece ralentizado el trasvase de papeletas que auguraban hace meses no pocos sondeos con intención de voto.
El PP dejará que sigan aflorando las contradicciones del Gobierno
Por ello, salvo un cambio de criterio, la idea es que el Gobierno se cueza en la salsa de las contradicciones de un texto que un buen sector del PSOE no quiere aunque Pedro Sánchez sentenciara en su momento a favor de la ministra de Podemos, al menos, aparentemente. Porque la estrategia de los socialistas pasaban por superar el trámite del Consejo de Ministros para, posteriormente, retrasarla en el Congreso de los Diputados alargando sine die el plazo de enmiendas.
Dicha estrategia, que reveló El Independiente funcionó, al menos durante unas semanas, en plena tramitación de los Presupuestos, aunque desde el Grupo Socialista aseguraron no responder a ninguna maniobra dilatoria. Montero exigió pues un trámite de urgencia para tenerla aprobada antes de finales de este año, cosa que no va a poder ser ya. La misma ministra apuntó ayer en "La hora de la 1" de TVE a la posibilidad de que los socialistas "unan sus votos al PP para intentar un recorte de derechos". Una manera de provocar a sus compañeros de coalición.
Lo cierto es que el PP estaría dispuesto a ir de la mano con el PSOE "si hay un acuerdo sobre nuestras enmiendas, que también existen". Y entre ellas destacan las que aluden a la autodeterminación de género, que los socialistas no se atrevieron a tocar, y el tema delicadísimo de los menores, donde sí ha entrado el Grupo Socialista. En definitiva, los populares quieren desmontar la esencia de una ley basada en la mera declaración de sexo ante el registro civil.
En el Grupo Popular son más cautos a la hora de señalar que, hasta que arranquen los trabajos de la ponencia, -a los que la presidenta de la comisión de Igualdad del Congreso, Carmen Calvo, no puso fecha hasta ayer mismo- "es muy prematuro hablar de enmiendas y de acuerdos", partiendo de la base de que "nosotros defenderemos las nuestras". De hecho, recuerdan que Podemos "no quería que el tema se avocase a pleno" sino que se saldara en la propia comisión, sin más debates y por la vía rápida.
No antes de finales de año
Calculan que será poco menos que imposible que la ley se sustancie antes de fin de año como ha insistido una y otra vez la ministra de Igualdad. "Apenas quedan dos plenos", aducen las mismas fuentes consultadas respecto a las dificultades de poner el colofón de la ley antes de 2023.
Pero, en todo caso, hay una cuestión nuclear, esto es, ¿quiere el PSOE salvar sus enmiendas con el concurso del PP? Pues el coordinador general popular, Elías Bendodo, ha explicado en una comparecencia en Génova que los socialistas no se han puesto en contacto con ellos en ningún momento. "El problema es que no nos llaman, es que el PSOE no quiere hablar con el PP de nada. No nos ha llamado nadie", ha insistido el número dos popular tras la reunión del comité de dirección del PP.
Los populares, además de exigir la vuelta de términos como madre y padre en lugar de “progenitor gestante”, “progenitor no gestante” o “progenitor que conste como gestante” y de eliminar el término varias veces reiterado de "expresión de género" y "violencia intragénero", piden que no se consideren terapias de conversión el asesoramiento médico o psicológico que realicen los menores o sus representantes legales para recibir el apoyo profesional sobre la posible disforia de género.
El PP, como el PSOE matiza el tema de los menores de 14 años y entra también en el tema de la autodeterminación de género, proponiendo la supresión de un mecanismo por el cual solo la mera expresión verbal ante el registro sirve para el cambio de sexo, sin más condiciones. Las enmiendas pueden consultarse en el archivo adjunto.
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