El presidente de Aragón, Javier Lambán, ni él mismo lo esconde ahora ni lo ha hecho nunca, es uno de los dos barones autonómicos del PSOE que no emiten en la misma longitud de onda que Ferraz y la Moncloa. El otro es el jefe de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Ambos, con mayor o menor rotundidad, con frases más o menos carnosas para los medios, expresan sin rodeos sus discrepancias con ciertas decisiones de Pedro Sánchez, habitualmente las ligadas con la política de distensión con Cataluña, porque la raíz de su choque con la Moncloa se halla en la gobernanza de España, su alianza con las formaciones nacionalistas e independentistas. Sus declaraciones sobre medidas como la supresión de la sedición, o antes los indultos, ya se daban por descontadas y no herían en el cuartel general del partido. Pero Lambán traspasó una delgada línea este pasado miércoles al afirmar que "mejor" le habría ido al país y al partido con otro líder. Y sentó mal, muy mal en Ferraz. Tanto que le obligó a rectificar, y él lo hizo, reconociendo lo "desafortunadas" de sus palabras, aunque habría admitido su "error" sin que le hubieran advertido desde arriba. Sabía que había metido la pata.
Hay que situarse en el contexto. Lambán intervenía el miércoles en un coloquio organizado por la Fundación Manuel Giménez Abad en las Cortes de Aragón. Con él, el expresidente de Castilla y León Juan Vicente Herrera (PP) y su "amigo" Javier Fernández, presidente de Asturias entre 2012 y 2019 y presidente de la gestora socialista que siguió a la defenestración de Sánchez, entre octubre de 2016 y junio de 2017. El dirigente aragonés relató su relación personal con Fernández, su convergencia política, su admiración profunda hacia él. Lo cubrió de elogios ante el auditorio: "Lo quiero, lo considero mi amigo, al que admiro. Muchos sábados lo llamo buscando consuelo, para tratar de redimirme, aunque sea momentáneamente, de las culpas que me asigno por condescender más de lo que me gustaría de las cosas que pasan, nos intercambiamos lecturas, Javier es un hombre cultísimo [...] y es un hombre cuya trayectoria, convicciones y manera de ver la política me han inspirado siempre".
Cuando dimitió Rubalcaba, debió ser secretario general Javier Fernández. Yo se lo pedí, se lo rogué, él se negó. Mejor le hubiera ido a este país [y al PSOE] si hubiera asumido esa responsabilidad"
JAVIER LAMBÁN, PRESIDENTE DE ARAGÓN Y SECRETARIO REGIONAL DEL PSOE
Entonces, Lambán se embaló: "Solo le reprocho una cosa, y la voy a decir: cuando Alfredo Pérez Rubalcaba dimite como secretario general [del PSOE] en [junio de] 2014, debió ser secretario general Javier Fernández. Yo se lo pedí, se lo rogué, se lo imploré. Javier se negó a asumir esa responsabilidad y mejor le hubiera ido a este país y mejor hubiera ido desde todos los puntos de vista si Javier hubiera asumido esa responsabilidad".
Sus palabras eran inequívocas. Saltaron enseguida a los medios. El Periódico de Aragón llevó al titular ese disparo directo de Lambán a Sánchez, sin citarlo. Y pronto llegó a Madrid. El secretario de Organización, Santos Cerdán, llamó al presidente de Aragón, como este mismo reconocía este jueves. El número tres del escalafón socialista, recalcan fuentes de la cúpula a este diario, le pidió que saliera a rectificar de inmediato sus declaraciones. Aquello había sido como una bomba. No fue una conversación tirante, según relatan fuentes muy próximas a Lambán, porque además le dijo que "tenía previsto hacerlo porque no había elogiado a Javier para descalificar a Sánchez" y que, por tanto, sus palabras no habían sido "afortunadas al dar a entender eso".
"No hacía falta que le dieran la orden desde Ferraz. Sabía que habían sido un error. Él era muy consciente de la avalancha", confiesan con pesar en el equipo del presidente aragonés. Lambán primero se disculpó en Twitter en la noche del miércoles y este jueves convocó a los medios una hora antes de comparecer en las Cortes autonómicas.
No quiere verse "involucrado" en polémicas
"Dije palabras que fueron manifiestamente inoportunas, desafortunadas porque daban lugar a interpretaciones que en modo alguno tenían que ver con lo que yo quería decir", alegó. Desafortunadas, explicó, porque durante el coloquio se refirió a lo que ocurrió hace ocho años, en 2014, cuando concurrieron a las primarias del PSOE Pedro Sánchez —aupado por los barones, liderados entonces por Susana Díaz— y Eduardo Madina —al que apoyaban precisamente Javier Fernández y el extremeño Guillermo Fernández Vara—. Lambán creía que el mejor era el entonces jefe del Principado, pero este se negó por "razones de salud y otros motivos". Fernández, tras las primarias de 2017 y las autonómicas de 2019, dejó la política, y "lo último que él desea es verse involucrado en ningún tipo de polémica".
Lambán recula: sus palabras fueron "desafortunadas", su posición con Sánchez no es "desleal", no hay "quiebra de confianza" ni falta de "sintonía"
Lambán señaló que hablaba de momentos "muy complicados en la historia del PSOE" que "afortunadamente" el partido ha dejado atrás", y "bajo ningún concepto" se han de "repetir", momentos de los que se debe "aprender". Se refería a aquellos años de zozobra, a la caída de Pedro Sánchez de 2016 y las violentas primarias de 2017 que le enfrentaron a Susana Díaz, a la que él apoyó y que cayó derrotada. En sus declaraciones a los medios de este jueves, el barón autonómico adujo que siente que su obligación es decirle a los aragoneses lo que piensa, sus "posiciones", y lo ha hecho siempre, reivindicó, ahora con Sánchez y antes con José Luis Rodríguez Zapatero y con Alfredo Pérez Rubalcaba. "Y eso no quiere decir en absoluto que mi posición sea desleal ni poco colaborativa. Entiendo que estoy en un partido con libertad de expresión, pero hay que ejercerla con inteligencia para que sea perfectamente compatible con la lealtad y colaboración", indicó.
El presidente de Aragón explicó lo que en tantas otras ocasiones reiteran en su equipo, que la colaboración de su Ejecutivo con el Gobierno central es "muy alta", que "fructifican muchos proyectos" de diferentes proyectos y él mismo y Sánchez tienen "entre manos alguna cosa importante" que no reveló, aunque en el entorno de Lambán avanzan, sin dar detalles, que se trata de un proyecto "trascendente para la comunidad autónoma".
"Esa relación mía [con Sánchez] que se pretende presentar con brechas insalvables no es tal. Es una relación de decir la verdad a los aragoneses, pero también de colaborar intensamente con el Gobierno y ser leal con mi partido. No hay ninguna quiebra de confianza entre el PSOE de Aragón y el PSOE a nivel nacional. La sintonía es total, estamos todos en un proyecto federal", justificó. Lambán no cesó de proclamar su "lealtad" al Ejecutivo de Sánchez, pero también espera, añadió, "lealtad recíproca" por parte de la Moncloa.
"Le perdió su pasión por Javier"
En Ferraz se daban por satisfechos con la rectificación del presidente de Aragón, pero también advertían de que el "daño estaba hecho", porque la marcha atrás no tuvo lógicamente el mismo impacto que las críticas del miércoles. "Es que entre el espectáculo de Irene Montero por la mañana en el Congreso y lo de Javier por la tarde, que fue una barbaridad, nos reventaron el día", observaba un miembro del cuartel general.
En Ferraz el cabreo era evidente el miércoles, y aunque aceptan la marcha atrás, admiten que el daño está hecho. En el equipo de Lambán hablan de "buen rollo" con la cúpula y Moncloa
El cabreo con Lambán era evidente en la sede federal, hasta el punto de que en la cúpula había quien deslizaba que quizá, de haberse producido estas mismas declaraciones hace dos meses, su candidatura a las autonómicas quizá se habría puesto más en duda. En Ferraz duele el gesto del presidente de Aragón porque, al contrario de lo que ocurrió en 2017, cuando Sánchez, tras vencer a Díaz en las primarias, intentó mover la silla a los barones críticos —Lambán entre ellos, y fue el que más sufrió para revalidar su puesto como secretario regional—, en el ciclo actual respetó a todos ellos, sin cuestionar su mando orgánico e institucional. La cúpula ha procurado en los últimos cinco años mantener una relación fluida con todas las federaciones a través del secretario de Organización, primero José Luis Ábalos —hasta julio de 2021—, y después Santos Cerdán.
En el equipo de Lambán reconocen ese "buen rollo" con Ferraz y con la Moncloa, pese a las discrepancias políticas conocidas. Por eso admiten que el barón aragonés "metió la pata". "Le perdió su pasión por Javier Fernández. Lo admira, hablan mucho. Hace poco murió la mujer del expresidente del Principado, estaba mal...", justifican. Ni siquiera estaba presionado por el ambiente, agregan, porque participaba de una mesa redonda y no reaccionó a la pregunta de los periodistas.
En la dirección federal y en Aragón insisten en que Lambán actuó así por su amistad con Fernández, no por apremio electoral
En Ferraz también creen que le movió su relación con Fernández, y no el apremio electoral. En Madrid y en Zaragoza convienen que no hay preocupación por las encuestas, porque el PP y Vox tendrían que subir juntos 14 escaños respecto a 2019 para poder arrebatar el Gobierno al PSOE y a sus tres socios (Podemos, PAR y Chunta). El último sondeo, el de Sigma Dos para El Mundo, pronostica el aguante de Lambán pese al sorpaso de los populares. La situación, pues, no es tan apurada como la que podría tener Page, que si perdiera la absoluta, sería desalojado de la Junta, al no disponer de socios con los que pactar —Podemos no tiene representación en la Cámara regional—, lo que le obliga a lanzar mensajes moderados en una tierra tradicionalmente muy conservadora. El PSOE aragonés aún no tiene oponente claro en el PP, aunque todo apunta a que disputará el Ejecutivo regional el actual alcalde de Zaragoza, Javier Azcón.
Es cierto que la relación de Lambán con Fernández, considerado por la vieja guardia del PSOE como una de sus mejores cabezas por su profundidad intelectual indiscutible y sus convicciones férreas, viene de muy atrás. A ambos los unía el fallecido Rubalcaba, quien precisamente apostó por Lambán para recuperar Aragón cuando fue la comunidad fue conquistada por el PP en 2011. El mandatario regional también fue en su momento, en 2016, en plena guerra interna en el PSOE, fue efusivo con Díaz, cuando aún no había presentado su candidatura a las primarias: "Es una trianera tocada por los dioses del socialismo y de la política".
Feijóo: los barones del PSOE "mantienen el juicio, no sus decisiones"
El hoy presidente autonómico, situado en el ala moderada del partido, como Page, nunca ha tenido una sintonía personal con Sánchez, aunque ambos optaron por la conllevancia después de las traumáticas primarias de 2017. Ya no hay operaciones palaciegas como las que tumbaron al hoy líder socialista hace cinco años. Y Lambán, al contrario que el presidente castellanomanchego, se suele resguardar un poco más en las declaraciones públicas, midiendo sus palabras.
En su equipo aportan un dato: acumulan "como unas 50 entrevistas con medios nacionales pedidas, y ninguna dada", justo porque el dirigente regional quiere evitar colisiones con Ferraz o algún traspié. Este viernes sí pasa por los micrófonos de Más de uno, con Carlos Alsina, en Onda Cero, porque la entrevista estaba "negociada hace seis meses". Lambán, lo dijo él mismo el pasado miércoles, se siente "en minoría" dentro de su partido después de unas primarias que son un "invento maligno".
En el círculo de Lambán indican que se protege: en los últimos meses, no da entrevistas a medios nacionales pese a las peticiones
El PP aprovechó a su favor las críticas de Lambán. Forma parte de su estrategia. "No se puede estar en contra de la derogación del delito de sedición y luego vota a favor", dijo Alberto Núñez Feijóo este jueves en Madrid, informa Europa Press. A juicio del líder de los conservadores, hay cargos en el PSOE que "mantienen el juicio" frente a Sánchez, pero "no lo mantienen en sus decisiones", por lo que son cada vez "menos las esperanzas" de que los barones socialistas "levanten la mano y digan basta ya" al presidente.
La dirección del PSOE también se vio obligada a salir al paso. "No comparto en absoluto las declaraciones" de Lambán sobre Sánchez, aunque "ya las ha medio corregido", aseguró la portavoz del partido en el Senado, Eva Granados. La portavoz del partido, Pilar Alegría, también militante del PSOE en Aragón, intentó quitar hierro a las críticas del barón autonómico —"Siempre ha habido, lógicamente, debates, opiniones y distintas posiciones en algunos temas"—, y recordó que ya había proclamado su "lealtad" a Sánchez. El choque no irá a más, pero aflora, otra vez más, las fricciones recurrentes de Ferraz y la Moncloa con uno de sus barones críticos. Más ruido interno en una semana muy cuesta arriba para Sánchez.
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