A muchos llamó la atención el pasado viernes la ausencia de la titular de Industria, Reyes Maroto, en la Puerta del Sol. Se celebraba el Día de la Constitución, y buena parte de la clase política madrileña se dio cita allí en un ambiente y tensión preelectoral indisimulable. A Maroto le echaron de menos no en calidad de ministra, sino de candidata a la alcaldía de Madrid por el PSOE, pero ella estaba a más de 500 kilómetros de distancia, en Sevilla, concretamente en la planta Refactory de Renault.
"Reyes Maroto tiene que entrar en campaña ya" coinciden en afirmar desde miembros de Más Madrid y de Podemos a personas identificadas con el proyecto de Yolanda Díaz, Sumar. Y es que la izquierda madrileña es consciente de que sólo pueden aspirar a gobernar si todos y cada uno de ellos saca el mejor resultado posible entre sus hipotéticas bases electorales -algunas muy coincidentes- y consiguen ganar en escaños al bloque del centro-derecha.
Una de las fuentes consultadas por El Independiente es mucho más concreta a la hora de establecer los plazos. "Por lógica política -afirma- la permanencia de Maroto en el Gobierno no puede ir más allá de enero, en cuanto pasen las vacaciones de Navidad", obligando a Pedro Sánchez, llegado el caso, a acelerar los cambios en el Ejecutivo.
Creen que en cuanto pasen las vacaciones de navidad Maroto debe asumir su papel de candidata
En definitiva lo que se ha dado en llamar el "modelo Salvador Illa" no opera, dicen, en el caso de la titular de Industria, Comercio y Turismo. Por muchas razones. Antes de ser elegido candidato a la Generalitat, Illa había sido un destacado dirigente del PSC; alcalde de una pequeña localidad, pero, a fin de cuentas, alcalde, y ministro de Sanidad en mitad de la terrible y mortífera pandemia del Covid, lo que le convirtió en uno de los rostros del Ejecutivo más conocidos y valorados por la ciudadanía. Illa no tenía que hacer campaña para darse a conocer entre el electorado, "pero Reyes Maroto sí y si quiere levantar esto tiene que empezar a trabajar en Madrid", subrayan distintas fuentes consultadas.
Según el barómetro del CIS correspondiente a octubre -el de noviembre no incluyó grado de conocimiento ni valoración de ministros- un 46,6 de los ciudadanos no sabe quién es la ministra, frente a un 49,6 que la identifica y el 3,8 que se cobija en el no sabe/no contesta. En valoración tampoco supera el 4 (3,96 de "nota") aunque cabe reseñar que ninguno de los ministros llega siquiera al aprobado raspado.
Illa no dejó el Gobierno hasta el 26 de enero de 2001, apenas tres semanas antes de las elecciones catalanas, lo justo para ponerse el traje de campaña. Pero su grado de conocimiento ciudadano se elevaba hasta un abrumador 84 por ciento y su valoración como ministro -en el barómetro del mes que dejó el Gobierno- aún siendo del 4,6 era de las más altas.
Por eso la intención declarada de Moncloa de aguantar a Maroto hasta el mes de abril en el Consejo de Ministros para darle más proyección es vista con enorme escepticismo por la izquierda a la izquierda del PSOE. Creen que "apenas tiene visibilidad pública lo que hace" desde el Ministerio que ocupa a los efectos de las elecciones locales de mayo, teniendo en cuenta además una agenda llena de citas nacionales e internacionales, muy alejada de lo que debiera ser la actividad de una aspirante a desalojar al alcalde de la capital, el popular José Luis Martínez Almeida.
Una amplia agenda de viajes internacionales
Sólo en el último mes Maroto ha viajado a Serbia, a la República de Corea, a Marruecos, a Arabia Saudí y a Bruselas sin contar un sinfín de desplazamientos dentro de España. Pero nada de Carabanchel, Villaverde, Usera, Tetuán o Retiro, por citar algunos de los distritos de la ciudad de Madrid que deberá patearse si quiere que los socialistas dejen de ser cuarta fuerza política en el Ayuntamiento.
El emplazamiento que la izquierda madrileña hace los socialistas para que Maroto se centre en la precampaña no deja de ser, sin embargo, paradójico. A fin de cuentas, Más Madrid, Podemos, Izquierda Unida y Recupera Madrid han sido incapaces de tejer un acuerdo preelectoral para impedir el fraccionamiento de ese espacio ideológico y el PSOE no ha dejado de mandar recados sobre la conveniencia de no contribuir a la desunión. En la Comunidad es menos dramático para ellos puesto que, al ser circunscripción única, el reparto de escaños es muy proporcional, pero hay que sacar, como para el ayuntamiento, un 5 por ciento del voto como mínimo. Todo lo que quede por debajo de ese porcentaje son papeletas perdidas.
Alcance de la crisis de Gobierno
En todo caso, el momento de la salida de Maroto del Ejecutivo le compete a su jefe de filas, Pedro Sánchez, que también deberá sustituir a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, aspirante al ayuntamiento canario de Las Palmas. Su marcha en enero aceleraría la crisis de Gobierno, lo que podría alterar los planes del inquilino de la Moncloa en caso de estar sopesando un cambio de amplio espectro en su gabinete.
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