Ya se cumplió el primer hito del camino de la ministra de Industria, Reyes Maroto, y de otra compañera de Gabinete, la de Sanidad, Carolina Darias, hacia las urnas del 28 de mayo. Culminó la fase orgánica para ambas con la entrega de los avales, así que ya son oficialmente candidatas socialistas por Madrid y Las Palmas en las próximas municipales. Pero las dos continuarán en el Gobierno, compaginando su tarea institucional con su faceta de cabezas de cartel, en teoría hasta abril de 2023. Así que ya todos sus actos se juegan en esa doble vertiente, y ese equilibrio se proyectó con nitidez este lunes: la titular de Industria aprovechó la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para activar su modo campaña: "Madrid necesita un cambio". Era lo previsto: rentabilizar el trampolín que ofrece el Ejecutivo, exprimir el foco que ofrece formar parte del Gabinete.
La presencia de la ministra en la comparecencia de este 5 de diciembre estaba justificada por la aprobación del anteproyecto de Ley de Industria, texto que ahora deberá ser analizado por los órganos consultivos antes de su vuelta al Gobierno para que lo estudie en segunda vuelta y lo remita a las Cortes para su tramitación parlamentaria. Maroto explicó en su primera intervención el contenido de la norma, que impulsa una política industrial alineada con la "digitalización", la "sostenibilidad medioambiental" y la "economía circular y potencia la autonomía industrial" del país. Una ley que moderniza el marco jurídico del sector al sustituir a la actual regulación, que data de 1992.
En el turno de preguntas, los periodistas le preguntaron si mantiene su propósito, enunciado cuando lanzó su candidatura, de aguantar hasta abril en el Ejecutivo. Ella no quiso responder en concreto a esa cuestión, pero sí puso en valor su gestión y la de su ministerio, la interlocución con los sectores productivos y la sensibilidad del Gobierno en su conjunto.
"Lo más importante aquí es la gestión y desde luego la capacidad, que espero pueda convencer a los madrileños sobre una candidatura que asumo con una gran responsabilidad, como lo hice cuando llegué al Ministerio de Industria [en 2018], y desde luego creo que Madrid necesita un cambio", subrayó.
Continuar en el Ejecutivo ofrece a Maroto (y a Darias) foco, utilizar el trampolín del Gobierno a su favor
A partir de ahí, desgranó píldoras de su labor al frente de su departamento. Como "gestora de fondos europeos", puso en valor el "importante esfuerzo" del Ejecutivo para que esos recursos lleguen a las familias y las empresas. Rebatió las críticas del PP de que el dinero se reparte según el color de la administración de la que se trate. Que hay "sesgo", por tanto. Para ella, son, simplemente, "mentiras". Y si los ciudadanos piden a sus representantes "política útil", como la que a su juicio desarrolla el Gobierno, "las mentiras responden más a una forma de hacer política que nada tienen que ver con las necesidades de Madrid, en este caso, o del conjunto de la ciudadanía".
"Hechos" vs. "falta de gestión" del PP
Maroto confió en que los ciudadanos valoren "mucho" la gestión del Gobierno y de ella misma "a cargo de un ministerio complejo", que tuvo que abordar primero las consecuencias de una pandemia y después de una guerra, que está llevando a "reforzar" las medidas de protección de familias y empresas.
Nosotros estamos aquí para hacer política útil y para estar cerca de los problemas, pero también de las oportunidades que España ofrece, que son muchas"
REYES MAROTO, MINISTRA DE INDUSTRIA, COMERCIO Y TURISMO Y CANDIDATA DEL PSOE A LA ALCALDÍA DE MADRID
La ministra-candidata opuso esos "hechos" a los "eslóganes" del PP, a su "falta de gestión y de acción", a su afán por "convertir la política en ruido y crispación": "Nosotros estamos aquí para hacer política útil y para estar cerca de los problemas, pero también de las oportunidades que España ofrece, que son muchas y muy buenas las noticias que generan confianza, estabilidad y muy alineadas con los objetivos y ambiciones que este Gobierno tenía al principio de legislatura", y que su cartera se concretaban en el "refuerzo" de la industria —en el último Ejecutivo del PP ni siquiera existía un ministerio específico— y en hacer de ella un "polo de generación de empleo y riqueza y de cohesión social y territorial".
Maroto era plenamente consciente de que estaba vistiendo en ese momento el traje de candidata. Fuentes de su entorno indicaban que tenían más munición contra el PP, y que ella tiene que defenderse ante todas las acometidas que le dirige su principal oponente, el regidor de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. Y agregaban que ella puede seguir compatibilizando su faceta institucional con la de aspirante socialista a la alcaldía, tan solo organizando su agenda. Además, en los próximos días, advertían, habrá más "hitos" en ese camino hacia las urnas: "Lo importante es disponer de un equipo fuerte, y ella lo va a tener".
Los primeros pespuntes de la campaña de Maroto están claros: poner en valor su capacidad de gestión al frente del ministerio estos cuatro años
Los primeros pespuntes de la candidatura de Maroto, no obstante, están claros: el PSOE quiere hacer hincapié en su capacidad de gestión en estos más de cuatro años como ministra, en los que ha ido apagando distintos fuegos del sector industrial y turístico —en la rueda de prensa, por ejemplo, ella misma también contó cómo el Gobierno espera que a final de año el turismo se acerque a los niveles anteriores al covid—. Como también se pone el acento en su interlocución con las empresas, un papel clave en una gran urbe como Madrid.
Sin embargo, que Maroto no se dedique a tiempo completo a su candidatura inquieta también al espacio a la izquierda del PSOE que, como publicó este lunes El Independiente, urge a la ministra a salir del Ejecutivo en enero para volcarse en una campaña que se presume complicada y en la que ella misma parte de una posición de mayor debilidad, al ser muy desconocida todavía.
Por la tarde, la ministra, a través de su cuenta de Twitter, denunció el estado de la icónica Puerta del Sol de la capital. El alcalde decidió reabrir la plaza con las obras de remodelación a medio hacer, pero el mortero —suma de agua, cemento y arena— en las zonas sin pavimentar ha hecho que la zona se haya convertido en un barrizal. "Esta es la incompetencia de Almeida", denunció en redes sociales.
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