El tercer paquete de respuesta a las consecuencias de la guerra de Ucrania será, dice el presidente del Gobierno, "ambicioso", y revisará algunas de las medidas hoy en vigor e incorporará otras nuevas. Medidas, por ejemplo, que sirvan para contener los precios de los alimentos.
Todo está en estudio ahora mismo. Se lo decía Pedro Sánchez a los periodistas durante la recepción en el Congreso por los 44 años de la Constitución. Una charla larga, de más de media hora, en la que se afanó por proyectar seguridad y en la que dejó apuntadas varias claves respecto a los pasos que en los próximos días y meses dará su Ejecutivo. Tanto sobre reformas en tramitación en las Cortes —la de la malversación, que seguramente registrará ERC el viernes y que el PSOE apoyará, o la Ley Trans, en la que el partido mayoritario mantendrá viva su enmienda sobre menores hasta el final—, como otras que están por venir —como un ajuste "técnico" de la ley del solo sí es sí—, como sobre las perspectivas electorales de su partido y del Ejecutivo y la apelación a la "unidad" del espacio a su izquierda.
El plan cumplirá tres requisitos: protección para clases medias, para los vulnerables y que permitan contener la inflación
El tercer paquete anticrisis será aprobado por el Consejo de Ministros a finales de año y entrará en vigor el 1 de enero. Ya hay medidas seguras, como la extensión del transporte gratuito por tren (Cercanías, Rodalies y Media Distancia) y por carretera para todo 2023, incluida en los Presupuestos. Pero hay otras en estudio. Sánchez argumentó que el Ejecutivo ya ha conseguido controlar los precios de la energía gracias a la solución ibérica y a la rebaja del IVA en la factura de la electricidad y del gas. En este campo, agregó, quedaría todavía la batalla del Consejo Europeo de la próxima semana, en la que España defenderá un tope al gas o, al menos, "un precio o una banda a partir de la cual" comprar este hidrocarburo. Restaría, pues, el precio de los alimentos, los que más están elevando la inflación. "Vamos a ver cómo podemos abordarlo", indicó a los informadores.
Ese es, desde luego, el talón de Aquiles en la política de control inflacionario del Gabinete de coalición. Porque el IPC sí ha bajado cuatro puntos desde julio (del 10,8% al 6,8% de noviembre), pero los alimentos siguen su carrera alcista, hasta el 15,4%, la tasa más alta desde el comienzo de la serie, en 1994. Ya la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, planteó hace meses pactar un tope a la cesta de la compra, pero la idea se desechó al ser imposible el consenso con las distribuidoras.
"Estamos trabajando y analizando las medidas que cumplan con tres requisitos —explicó el presidente—. Uno, proteger a la clase media y trabajadora. Dos, proteger también a los colectivos vulnerables. Y tres, analizar cuáles han permitido contener la inflación". Es decir, que el paquete será el resultado de "mezclar esos tres componentes", y será "ambicioso" y pretendidamente "eficaz". El ala socialista del Ejecutivo está ya "en proceso de diálogo" con Unidas Podemos, dijo Sánchez, sin dar más precisión sobre contenidos. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sí reclamó el viernes que se prorrogue la limitación a la subida de los alquileres al 2%, medida vigente desde abril.
Sobre la bonificación de 20 céntimos por litro de combustible, aún hay brumas. Fuentes del Ejecutivo señalaron que apurarán hasta el último momento para decidir si se prorroga la medida o no, porque todo dependerá del precio del barril de petróleo y de su perspectiva para los próximos meses. En el Gobierno recuerdan que el coste de la gasolina ha bajado, pero si se recortara la producción de crudo, podría aumentar el precio de nuevo. Lo que sí descarta Hacienda es que la medida se haga progresiva en función de la renta, por la dificultad de implantación.
"Razonablemente optimista" de cara al ciclo electoral
El presidente considera que el escenario político se está aclarando a su favor desde el verano, desde el batacazo en las elecciones andaluzas que le llevaron a reaccionar, acometiendo una remodelación profunda de la estructura en su ejecutiva del partido, operando un giro a la izquierda para estimular a sus votantes y estrechando el cerco sobre Alberto Núñez Feijóo. La economía, indicó Sánchez a los informadores, no está marchando de manera tan negativa como se preveía hace meses, porque el empleo está aguantando y España registra ahora mismo la tasa de inflación más baja de la zona euro, según los datos de Eurostat. Eso, enfatizó, en un contexto adverso, de modo que si la coyuntura internacional mejora por la evolución de la guerra en Ucrania, las perspectivas mejorarán.
Podemos y Díaz deben "dejar a un lado" sus diferencias, pide, para defender las "conquistas" del Ejecutivo y ante la "amenaza real" de un Gobierno de PP y Vox
En este Día de la Constitución, planeaba en el ambiente la encuesta de 40dB para El País y la SER que dibuja un panorama nada halagüeño para la izquierda si acude a las generales dividida, si finalmente no cuaja la alianza de Sumar, la plataforma de Yolanda Díaz, y Podemos. Sánchez, manteniéndose "respetuoso con la autonomía de los partidos", sí volvió a hacer una apelación a la "unidad" de la izquierda. Cree que cualquier "diferencia política" debe "quedar a un lado" por dos razones básicas: primero, por la defensa de las "conquistas" del Gobierno, que desearía prolongar cuatro años más, y dos, por la "amenaza real" de un Ejecutivo de PP y Vox. El líder socialista dice estar a gusto con su coalición y con su "estabilidad", hecho que se valora, apuntó, fuera de España.
¿Puede haber ruptura entre Podemos y Díaz?, se le preguntó. "No lo puedo responder. Debo esperar a que se entiendan". ¿Y hay quien está dinamitando el espacio desde fuera? "No puedo responder a esa pregunta", despachó, evitando por tanto cargar las tintas contra Pablo Iglesias, quien en las últimas semanas sí ha cargado ostensiblemente contra la vicepresidenta segunda, cuyo entorno desliza una parte de la izquierda sí preferiría que alcanzara la suma de PP y Vox.
Sánchez se muestra "razonablemente optimista" respecto al desempeño del PSOE en las autonómicas y municipales y después en las generales, que por cierto, reiteró, no se adelantarán. Su partido está "más unido que nunca" —las posiciones muy críticas las enarbolan solo dos barones, el castellanomanchego Emiliano García-Page y el aragonés Javier Lambán— y cree que en mayo llegará a ser la fuerza más votada en las locales. Es más, el presidente está convencido de que el PSOE logrará mantener las comunidades y ayuntamientos que ya gobierna e incluso puede arrebatar algún feudo al PP, como la alcaldía de Madrid, que se le resiste a los socialistas desde 1989. "Al PSOE siempre se le ha subestimado demoscópicamente", advirtió.
"Dos grandes ministras" con "tarea" en sus departamentos
Precisamente la candidata al consistorio capitalino es una de sus ministras, Reyes Maroto, responsable de Industria, Comercio y Turismo. También es cabeza de cartel, pero por Las Palmas, otra integrante de su Gabinete, Carolina Darias, titular de Sanidad. Las dos federaciones, Madrid y Canarias, le reclamaron a las dos ministras como candidatas y él lo habló y cerró con ambas, relató. Su nominación forzará una remodelación del Ejecutivo. Una "minicrisis de gobierno", en palabras de Sánchez, porque solo habrá esos dos relevos.
Subraya que se ganan elecciones con "visión de futuro", que no tiene el PP, y cree que sí habrá desbloqueo en el TC
No puso fecha exacta al reajuste en su Gabinete, aunque lo ubicó hacia marzo de 2023. La justificación es que ambas "son dos grandes ministras y tienen todavía tarea" en sus departamentos. Otro miembro de su Gabinete, Fernando Grande-Marlaska, no será removido. Sánchez insistió en que el responsable de Interior goza de su pleno respaldo pese a la tragedia ocurrida en Melilla el pasado 24 de junio, y está convencido de que tanto él como la Guardia Civil actuaron correctamente y el Gobierno ha sido, incidió, más transparente que cuando ocurrió otra tragedia, la del Tarajal, en Ceuta, en la que perdieron la vida 15 inmigrantes subsaharianos, cuando era el PP el que ocupaba la Moncloa.
Sánchez sostuvo que, pese a que todas las elecciones siempre contengan un "componente plebiscitario", y el PP pretenda hacer de las siguientes urnas una suerte de referéndum sobre él, los comicios se ganan siempre "en clave de futuro" y no solo por el pasado, por la gestión. "Y yo tengo una visión para mi país para los próximos cuatro años, y el PP no la tiene, y menos con Vox", apuntó, enfatizando la capacidad de "articular y vertebrar mayorías parlamentarias" que tiene el PSOE, mayor que la de los populares.
Sobre el bloqueo para la entrada de los dos candidatos propuestos por el Gobierno para el Tribunal Constitucional —el exministro de Justicia Juan Carlos Campo y la ex alto cargo de la Moncloa Laura Díez—, el presidente se mostró "convencido" en que finalmente se produzca la renovación, y que no tardará, aunque no precisó si se logrará antes o después del pleno del CGPJ del 22 de diciembre. Sánchez achacó la parálisis al bloqueo del bloque conservador del Poder Judicial, que "no es aceptable desde el punto de vista legal y democrático".
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