La decisión de UPN de concurrir solo con su marca electoral a las elecciones forales del 28 de mayo, sin reproducir el Navarra Suma de 2019, ha caído como un jarro de agua fría en el PP, en la medida en que altera sus planes de futuro. Porque no sólo implica la dificultad para replicar un gobierno de coalición en la Comunidad Foral sino también que la formación regionalista deje de ser una aliada de futuro en el Congreso de los Diputados.
Creen en Génova que el líder de UPN, Javier Esparza, "busca un acercamiento a María Chivite porque es la única manera que ve de volver al gobierno de la Comunidad", en alusión a la presidenta Navarra, del PSN, quien gobierna en coalición con Geroa Bai y Podemos además de con el apoyo parlamentario de EH-Bildu, dado que no suman mayoría absoluta.
Según el análisis "genovés" "las piezas comienzan a encajar". Aluden al acuerdo que Esparza cerró con el secretario de Organización del PSOE, el también navarro Santos Cerdán, para apoyar la reforma laboral de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Pero la rebelión de los diputados Carlos García Adanero y Carlos Sayas, dejó la reforma al borde del precipicio, y sólo la equivocación del popular Alberto Casero salvó una ley cuya derrota parlamentaria hubiera supuesto la dimisión de Díaz y abierto una enorme crisis en el Gobierno de Pedro Sánchez.
Esparza comunicó a Feijóo la ruptura del acuerdo
Ya entonces se especuló con ese progresivo acercamiento de UPN a los socialistas, certificado, dicen, tras la decisión tomada este lunes por la ejecutiva foral, pero aún necesitada del refrendo este sábado del Consejo Político del partido. Lo cierto es que el PP también venía endureciendo su posición ante Esparza, quien tuvo la deferencia, al menos, de comunicar a Núñez Feijóo la ruptura de las relaciones. El nuevo líder de los populares navarros, Javier García, señaló en entrevista con El Independiente que "hemos estado mucho tiempo en UPN, es hora de que se vean las siglas y principios del PP".
La nueva orden de Génova pasaba por negociar otro acuerdo de colaboración con UPN "de igual a igual", sin aceptar una posición de subsidiariedad como la suscrita en 2019. Y es que de los 20 escaños obtenidos por Navarra Suma en 2019, 15 son de UPN, 3 de ciudadanos y sólo 2 del PP. Aquel pacto, cerrado en tiempos de Pablo Casado y cuando la formación de Albert Ribera pisaba fuerte, "fue una porquería y no estábamos dispuestos a pasar por lo mismo", afirman las fuentes populares consultadas.
En UPN aducen que son los populares los que dieron por muerta y enterrada la fórmula de Navarra Suma (NA+) y que ellos se han limitado a certificar su fallecimiento. En este intercambio de culpas, los populares se preparan para presentarse con sus propias siglas, solos o en coalición, pero sin ocultarlas, tras lustros bajo la alargada sombra de UPN. Según los sondeos que maneja Génova, "la formación de Esparza está de caída y nosotros recuperamos terreno". Si, además, consiguen ir de la mano de la plataforma que han montado Adanero y Sayas, mejor que mejor.
Adanero y Sayas, dispuestos a abrir conversaciones con el PP
Los dos diputados, expulsados de UPN, creen también que Esparza ha abandonado un sector del votante foralista moderado por lo que hay hueco en Navarra para otra oferta electoral del centro-derecha y se muestran abiertos a abrir conversaciones con la nueva dirección del PP en Navarra y con Génova en Madrid, que no tardarán mucho. Los populares navarros celebraron el domingo 4 congreso regional para sustituir a Ana Beltrán, ex secretaria general popular y una de las fieles a Casado, que optó por no aspirar a la reelección. Allí estuvieron Adanero y Sayas, también el propio Esparza antes de dar el aldabonazo. El plan inicial de un frente a tres del centro-derecha ya era complicado por los vetos cruzados entre UPN y los diputados díscolos, pero ahora se antoja imposible.
Además, Adanero y Sayas son de los pocos parlamentarios dispuestos a apoyar una moción de censura contra Pedro Sánchez, y así se lo expresaron a la portavoz popular en el Congreso, Cuca Gamarra, cuando les sondeó al respecto.
En cuanto a las generales, el pacto del PP con UPN incluía unidad de acción en el Congreso de los Diputados. Significa que si Alberto Núñez Feijóo gana las próximas elecciones generales y necesita apoyos externos, la formación foralista aparecía como una de las principales aliadas, al menos hasta hace poco.
Con un Congreso de los Diputados tan fragmentado como el actual, un voto más o menos lo puede cambiar todo. Ahora todo son incertidumbres. Pero los populares creen que si aciertan con el mensaje del acercamiento de Esparza a los socialistas "el votante de UPN, que es conservador, puede inclinarse por nosotros", e imponerse en las generales en la región, esos son, al menos los cálculos que se hacen en el departamento del coordinador general del PP, Elías Bendodo.
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