La próxima dirección nacional de Ciudadanos (Cs), esté liderada por la lista de Inés Arrimadas -que está conformando una de unidad que de momento rechaza encabezar, sí cerrar- o de Edmundo Bal, tendrá que enfrentarse al primer gran problema posfundacional: un panorama electoral complicado en lo que respecta a la capacidad de armar candidaturas y con una OPA orquestada desde Génova de por medio. La primera punzada de los populares no se ha hecho esperar, aunque en este caso en encargado de asentarla ha sido un miembro del propio Comité Ejecutivo naranja: con una llamada la presidenta y vía WhatsApp con los que hasta ahora le acompañaban en el banquillo. El fichaje del alcalde de Badajoz Ignacio Gragera por el PP de su ciudad, uno de los pocos regidores con los que contaba Cs gracias, sobre todo, a los pactos poselectorales con PP y PSOE para repartir la legislatura, desertó el pasado martes. "Gracias a todos por este tiempo y mucha suerte" dijo el abogado en el grupo común del partido, que cerraba la etapa iniciada en 2019.
Días antes, a que se confirmara la marcha de Gragera, la demoscópica SigmaDos publicó una encuesta a nivel local de Badajoz en la que, pese a la victoria del PP, nuevamente, Cs volvía a ser esencial para confeccionar una mayoría de gobierno. Los populares crecían de los nueve a los entre once y doce escaños, mientras que Cs pasaba de cuatro a dos concejales. Juntos, optaban a los 14 necesarios para garantizar la independencia legislativa. Eso, daba impulso al partido para afrontar con fortaleza los comicios de mayo, tanto a escala municipal como autonómica, dado que los números no acompañan.
Cs, a nivel general, coincide en que uno de los principales problemas del partido es la escasa estructura territorial. "Estamos y hemos estado muy centrados en el Congreso", indican fuentes de la dirección, que consideran necesario bajar de escalafón y dar algo más de protagonismo al conjunto de aparatos repartidos por España. Ahora bien, pese a ser ese problema algo intrínseco de los naranjas, la pugna entre Arrimadas y Bal no está contribuyendo hacia la subsanación. Al contrario, está agravando las dudas de múltiples candidatos y miembros complementarios en las listas electorales para dar un paso al frente.
Desde la perspectiva del entorno de Arrimadas es que la maniobra de Bal agrava esa falta de determinación, mientras que para el círculo del abogado del Estado, quien se juega su continuidad en la primera línea del partido en las próximas primarias, es el paso del portavoz adjunto en el Congreso el que ha calmado esas dudas en algunos territorios como Andalucía. Ahora bien, fuentes bien posicionadas en la formación extienden la incertidumbre a la Comunidad de Madrid o a la provincia de Alicante. En lo que ambos sectores coinciden, con todo, es que el golpe del PP perjudica a los intereses de la marca. Y en el caso de Badajoz, al no renunciar Gragera a la alcaldía para cederla a otro cargo de Cs, puede utilizarse como trampolín electoral para encarrilar la precampaña y la campaña. "Debe hacer honor a su palabra y dejar el acta y la alcaldía", por haber llegado ahí con nuestro partido, ha recalcado Arrimadas en su última comparecencia pública desde el Congreso.
Casi 180 alcaldías y 400 localidades con el PP
En 2019, Cs consiguió las alcaldías de municipios como Paracuellos del Jarama -donde su regidor fue uno de los más votados entre los municipios de 20.000 habitantes- o Vilamarxant (Valencia). A ello se sumó cargos de gestión por las alianzas con el PP en coalición, con quien en algunos de los casos, se firmaron con pactos similares al de Badajoz. Es el caso de Granada -ahora en posesión del PP-, donde los naranjas tienen complicado obtener representación. El dato más directo de Granada son los resultados logrados en la convocatoria andaluza de junio. Juan Marín se hizo con el 3,55% de los sufragios.
El cisma entre Bal y Arrimadas ha generado dudas entre los candidatos potenciales, sobre todo en Andalucía, Madrid y Alicante. Esperarán a ver confirmadas las candidaturas de primarias
Hay alianzas importantes como la del ayuntamiento de Madrid que podrían prolongarse. Según SigmaDos, Begoña Villacís podría continuar con otros dos concejales en el Palacio de Cibeles en comparación con los once que tiene ahora. Mantendría esa cifra pasando del 11,9% al 6%. No ocurre lo mismo en Salamanca, donde el 5,36% de voto obtenido en las autonómicas de febrero inclinan la coalición hacia Vox como socio preferente. Como mucho, Cs optaría a un concejal de los cuatro que actualmente tiene. Más difícil lo tienen las candidaturas por Córdoba y Málaga, que ahora sostienen a alcaldes populares. El 19-J el PP sumó casi la mitad de los votos de la capital cordobesa y los naranjas se limitaron al 3,64%. El malagueño Paco de la Torre apunta a un enésimo mandato y Cs al 3,74% de los votos.
Hay otros dos importantes pactos de gobierno que peligran, en este caso los de Albacete y Ciudad Real. Los dos con pacto de reparto de la legislatura, pero con el PSOE. En Ciudad Real lidera la miembro del equipo de refundación Eva Masías, un territorio donde el sufragio está disputado entre socialistas, populares y Vox. Ocurre lo mismo en consistorio albaceteño, ahora en manos del PSOE. Allí, el PP tiene opciones de hacerse fuerte junto a Vox.
Capitales de provincia donde peligra la representación
Las bancadas del ayuntamiento de Sevilla apuntan a ser otro acceso imposible para los de arrimadas. Una encuesta de GAD3 en octubre reflejó la pérdida de los cuatro concejales de Cs actuales y un vuelco hacia el PP, aunque ligeramente. Habría un empate técnico entre populares y socialistas. Y serían los socios quien inclinarían la balanza, más probable hacia Génova que a Ferraz.
El bastión más importante, no obstante, al que se arriesga Cs a dejar huérfano es el ayuntamiento de Barcelona. Desde Ventas se apunta a Anna Grau o Nacho Martín como candidatos, pero dada la competitividad con el PP, Vox y nuevas marcas como Valents dificultan la permanencia. Más cuando el centroderecha se moverá más para evitar el efecto Colau y primará concentrar el voto en una apuesta más estable. Incluso puede salir beneficiado el PSC. Según una encuesta de Electomanía en noviembre, Cs perdería los seis concejales que obtuvo en la coalición Barcelona pel Canvi.
Hay dos encuestas recientes que valoran la presencia a nivel municipal de los distintos partidos, aunque sin detalles concretos por territorio, solo a niveles globales. La primera es la del CIS, que prevé una caída de representación del 9,2% en mayo de 2019 al 2,3% cuatro años después. Por su parte, GAD3, que prevé que "los escaños naranjas tornen a azules", le asigna un 1,1% de los votos. Se favorece, señala la consultora de Narciso Michavila, un trasvase al PP, que pasa del 23,1% al 32,8%.
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