Los próximos días serán cruciales para el devenir de Ciudadanos. Resta una semana para que finalice el plazo para la configuración de las candidaturas que concurrirán a la carrera de primarias del partido en enero, que podrán registrarse entre el lunes 26 y el jueves 29 de diciembre. No obstante, la estrechez del calendario y las fiestas de Navidad de por medio, hacen inevitable que en breve los aspirantes den a conocer los principales detalles de sus listas. Se postulan, por un lado, la encabezada por el 'número tres' nacional y portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados, Edmundo Bal, que busca dar un giro de alto grado al proyecto, al que percibe muy escorado hacia la derecha y subalterno del Partido Popular (PP). Por el otro, la candidatura 'oficialista' y "de unidad" de Inés Arrimadas que el viernes rechazó encabezar, dando así un paso atrás después del órdago lanzado a principios de mes a Bal, de competir si él seguía adelante. La votación de las mismas se realizará entre el 9 y el 10 de enero, en la víspera de la VI Asamblea General extraordinaria de los naranjas fijada del 13 al 15.
Dada su intención de "cerrar la lista" y no liderarla, Arrimadas ha rebajado lo que sería un choque personalista entre ella y su "mano derecha", como reitera en cada intervención pública en la que se refiere a Bal. Sin embargo, se refuerza la idea de que es él quien pone en peligro el proyecto por no sumarse a consensar una única vía. Probablemente, Arrimadas aproveche este principio de semana para desvelar el nombre del cabeza de cartel consensuado con "mucha gente" de la formación y algunos de los nombres que lo acompañarán en la nueva etapa de la que aún se desconoce novedades identitarias como si habrá o no un cambio de nombre y color. La presidenta de Cs insiste en que es el momento de dar la entrada a nuevas figuras políticas de esferas más territoriales con las que acudir con todas las energías posibles al mes de mayo para los comicios locales y regionales, y, pese a que Bal ya ha señalado que haga lo que haga Arrimadas no dará un paso atrás, el entorno de la líder naranja cree que se retirará cuando vea los apoyos y la lista conformada y querrá colaborar.
Arrimadas entiende esa "tercera vía" como un sinónimo de estabilidad, de sumar elementos en lugar de segregarlos de golpe y por la fuerza en tan solo un mes y a las puertas de la reunión asamblearia. Pero Bal y su entorno no lo ven así. Consideran que sea cual sea la posición que ocupe la presidenta y sea cual sea el elegido para asumir ese papel para aspirar a controlar las responsabilidades políticas de la nueva bicefalia que se establecerá el mes que viene, si no gana su alternativa no se producirán cambios profundos con los que distinguirse del PP. Algo que impedirá a la marca reflotar electoralmente. Además, no ven movimientos claros dirigidos a ese consenso cuando no adopta ninguna de las peticiones hechas por Bal. Entre las dos más relevantes: que Arrimadas abandone el puesto de portavoz en el Congreso para certificar la fiabilidad de la refundación y la transición interna, o el de aceptar la propuesta de María Muñoz como candidata de consenso. Todo, sin contrapropuesta.
Lo que se está viendo las últimas dos semanas es una estrategia de desmoralización y desgaste a ambas bandas a cuenta de los apoyos con los que cuenta cada sector. Bajo la confianza de que Bal desistirá al ver su lista, fuentes cercanas a Arrimadas indican que el diputado ha sido "incapaz" de dar un solo adelanto en sus últimas conversaciones. Asimismo, aseguran no tener constancia de que ningún alto cargo de la formación se haya postulado con claridad a favor de Bal. A priori, el onubense solo contaría con el respaldo mayoritario del grupo parlamentario excepto el del malagueño Guillermo Díaz. En el caso de Arrimadas, el círculo de Bal aboga por mantener un relato similar. Incluso lo ejemplifican afirmando que Ventas iba a presentar el pasado miércoles la lista de "unidad" para dejar rezagado a Bal, pero que lo han retrasado por "problemas" para cerrarla.
Arrimadas anunciará los puntos fuertes de la lista de unidad en unos días. Bal se niega a ver marcados sus tiempos y aguardará hasta el final del plazo
Según ha podido saber este medio, Bal huye de cualquier tipo de presión y seguirá trabajando hasta el último momento en perfilar su lista, porque será entonces cuando muchos que quieren esperar hasta ver posiciones certeras y seguras, den el paso. Por ello, es previsible que se pronuncie después de la presidenta y bajo convocatoria previa. Sí hay coincidencia con Arrimadas en la necesidad de dar paso a nuevos protagonistas -aunque ambos plantean la posibilidad de que haya integrantes de la vieja guardia-, pero el aspirante alternativo al aparato cree que debe ser bajo alguien curtido en política nacional y no en provincias como estaría contemplando Arrimadas. Para marcar algo de tirón al resto de candidaturas.
Entre los puntos de desconfianza que mantienen hilada aún la candidatura de Bal está el proceso de doble chequeo de cara a las generales del próximo año. Y es que una teoría asentada entre sus respaldos es que Arrimadas busca situar como voz política a un "títere" que corra el riesgo electoral de mayo para luego dar ella el paso en las primarias de otoño que elegirán al candidato al Gobierno.
En este momento, la relación entre ambos dirigentes es de cordialidad profesional en el Congreso, nada más. Pero ni Bal ni Arrimadas plantean llamar al otro para intentar negociar una salida exprés antes del día 26 de diciembre, lo que anula casi por completo la posibilidad de alcanzar esa unidad de cara a las primarias y la asamblea general. Dependerá del movimiento que hagan los diferentes apoyos de cada uno; de si figuras como Paco Igea o la propia María Muñoz, por ejemplo, deciden respaldar la idea de Arrimadas o no. Quien presente finalmente la candidatura, necesitará el aval del 1,5% de la militancia, con el requisito indispensable de que el afiliado esté al corriente de pago. Difícilmente Bal podrá continuar en la primera línea del partido de perder las primarias, mientras que el diputado insiste en que no quiere que el talento de Arrimadas como parlamentaria se desaproveche.
Regresar al centro
Tal y como relató el propio Bal al anunciar su candidatura, una de sus principales motivaciones políticas por las que opta a liderar Cs es porque aprecia que la formación parece "subalterna al PP". Los últimos acontecimientos vividos esta semana pasada en el Congreso han agravado la percepción de Bal y sus simpatizantes. La aprobación de las reformas del Código Penal relacionadas con la supresión de la sedición y la rebaja de penas de prisión por malversación, o las modificaciones de las leyes orgánicas del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional para poder renovar el tercio correspondiente del Alto Tribunal superando la falta de entendimiento parlamentario con el PP, han hecho Arrimadas emplear un lenguaje que es tildado de extremo. Poco propio de alguien que se define como liberal.
Bajo la premisa de que existen corrientes liberales más progresistas o más conservadoras en Europa, ejemplo de ello son los neerlandeses del D66 o el VVD de Mark Rutte, fuentes de Cs creen que el discurso de Arrimadas traspasa ciertas líneas intolerables para quien se autodefine como moderado. Especialmente, esas referencias se hacen aludiendo a los términos empleados contra el Gobierno y Pedro Sánchez, caso de "autogolpe" o "pequeño dictador", que la presidenta de los naranjas pronunció en rueda de prensa el martes anterior. "Cada vez parecemos más de derechas", determinan, asegurando que de continuar en esa senda, no habrá espacio ideológico para el partido.
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