Las comparecencias de los presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado, Meritxell Batet y Ander Gil, respectivamente, la noche del pasado lunes para posicionarse sobre la decisión del TC de admitir a trámite el recurso de amparo del PP, les ha colocado en el punto de mira del primer partido de la oposición. Los populares entienden que lo que hicieron uno y otro "no puede considerarse una declaración institucional sino, a lo sumo, personal" como continuación de "la estrategia de Moncloa con la que seguramente se coordinaron", critican.
Los miembros del PP de la Mesa del Senado se lo afearon el martes a Ander Gil en la reunión convocada de urgencia para cumplir con lo dicho por el tribunal de garantías y personarse como parte afectada. Para ser una declaración institucional de la Cámara Alta "se debería haber convocado antes, como poco, al órgano de gobierno de la misma", afirman, e incluso, yendo más allá, consensuado con el resto de los grupos políticos representados en el pleno del Palacio de la Marina Española. "La declaración institucional lo era de parte. Se arrogaron una representación que no les correspondía", señalan fuentes populares a El Independiente.
Tras decidir el TC la suspensión cautelar de la votación de las disposiciones que afectaban a las leyes orgánicas del propio tribunal y del CGPJ, por incluirlas en una proposición de ley de reforma del Código Penal, comparecieron, además de Batet y Gil, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la portavoz socialista en el Senado, Eva Granados. Curiosamente, el PP, a pesar de haber ganado el pulso al Gobierno, optó por un comunicado y dos tuit, uno de su líder, Alberto Núñez Feijóo, y otro de la portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra.
Génova niega la categoría de "declaración institucional" a las intervenciones del lunes
Así, frente al desfile y la escenificación del Gobierno, Génova optó por una estrategia de perfil bajo, de "no sacar pecho porque no lo necesitábamos", afirman. En cambio, esas cuatro comparecencias, "de madrugada", respondían "a la rabia de quien pierde y busca una sobreactuación mediática que tape su derrota". Pero no sólo. Lo que se vio el lunes por la noche, a su juicio, "fue el enfrentamiento entre el Gobierno y el Tribunal Constitucional", con el PP "al margen", cuyos dirigentes no se dejaron ver hasta la mañana siguiente, culminada en una comparecencia ante la prensa, con preguntas, de Feijóo a las dos de la tarde.
Mientras tanto "consideramos que era mejor dejar el foco a los derrotados", esto es, al Gobierno, aunque no esperaban el discurso de los presidentes de las dos Cámaras "en nombre de todos los diputados y senadores", incluidos los del Grupo Parlamentario que había acudido en amparo al Tribunal Constitucional por entender que se les estaba hurtando su derecho de participación y que no se sintieron representados en sus palabras.
Porque si bien Batet y Gil aseguraron, como no podía ser de otra manera, que cumplirían con lo dictaminado por el tribunal de garantías, el presidente del Senado denunció que "sustraer al Poder Legislativo la tramitación y la votación parlamentaria de cualquier iniciativa en las Cortes Generales supone un grave quebranto de nuestro sistema democrático, y nos conduce a todos a una crisis institucional del Estado sin precedentes en nuestra democracia”. “Se está dando un paso de difícil retorno en la degradación de nuestro sistema democrático”, agregó en un discurso que levantó ampollas entre los senadores populares.
"Cada comparecencia fue más dramática que la anterior"
Algo más comedida resultó Batet, pero también denunció el riesgo, a su juicio, generado por el TC de modo que "se posibilita que la interrupción del ejercicio de la potestad legislativa esté al alcance de un solo diputado al interponer un recurso de amparo. Este cambio del modo de proceder seguido hasta la fecha produce una honda preocupación, desde el punto de vista del correcto funcionamiento del poder legislativo y del ejercicio de sus facultades constitucionales".
A juicio del PP "cada comparecencia fue más dramática que la anterior", incluida la de Bolaños "que se ha apuntado otro éxito", agregan con ironía sobre el "número dos" de Moncloa, muñidor de una estrategia parlamentaria, esto es, la de incluir vía enmienda la reforma de dos leyes orgánicas que nada tenían que ver con el objeto de la proposición de ley y que la mayoría conservadora del TC tiró abajo la noche del lunes.
En definitiva, tal desfile fue interpretado por el primer partido de la oposición como una "demostración de debilidad" que ha estropeado a los partidos en el Gobierno "un fin de año que preveían tranquilo". "Llevan semanas sin colar un mensaje en positivo", afirma un miembro del círculo más estrecho del presidente nacional del PP.
No obstante, este jueves la proposición de ley de PSOE, Unidas Podemos y ERC sobre sedición y malversación superará el trámite en el Senado, y salvo que los servicios jurídicos del Congreso entiendan que debe volver a pasar por la Cámara Baja puesto que el texto ha sufrido modificaciones, será ya ley. El PP se reserva la opción, en todo caso, de recurrirla también al tribunal de garantías.
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