La estrategia sirve tanto para las elecciones de ámbito nacional como para las autonómicas y municipales. Los populares quieren gobiernos monocolores en todos los ámbitos territoriales y, para esquivar la bala de una coalición con el partido de Santiago Abascal, el objetivo es "sacar un escaño más que el conjunto de la izquierda", confiesan en Génova.
Éste es ya el "modelo Ayuso". La presidenta de la Comunidad de Madrid consiguió en una jugada políticamente maestra deshacerse del pacto con Ciudadanos por la vía de su aniquilación electoral, dejar a Vox un papel subsidiario muy lejos de sus pretensiones, hundir de nuevo a los socialistas madrileños en su enésima crisis interna, desalojar de la primera línea política a Pablo Iglesias y sacar a su partido de la atonía antes de que la crisis con Pablo Casado también acabara con su carrera política.
Admiten que sería demasiado ambicioso aspirar al "modelo Moreno", esto es, el de la mayoría absoluta. Génova no se cansa de argumentar ante los sondeos con intención de voto que "ninguno fue capaz de detectar los 58 escaños de Juanma" con los que arrolló a sus adversarios. Pero del mismo modo son realistas con un Parlamento nacional muy fragmentado y un reparto casi imposible para permitirles sumar más que toda la izquierda junta.
Para ello, necesitan atraer a 800.000 votantes socialistas, según las cuentas que echan en el departamento del coordinador general, Elías Bendodo, a quien muchos atribuyen buena parte del mérito de la mayoría absoluta inopinada de Juan Manuel Moreno en la Junta de Andalucía.
Estiman que hay fuerzas políticas menores que podrían facilitar la investidura de Feijóo
Estiman que hay fuerzas menores que podrían facilitar la investidura de Alberto Núñez Feijóo como Foro Asturias, UPN, Coalición Canaria o Teruel Existe, en plena guerra declarada contra Pedro Sánchez por no haber elegido la capital turolense como sede de la Agencia Espacial Española en lugar de Sevilla. Quizá con ellos, sumaría, dicen fuentes populares a El Independiente, más que el bloque de la izquierda, aún a pesar de haber demostrado en estas últimas semanas, con debates como la sedición, la rebaja de la malversación de fondos públicos o la reforma del TC y del CGPJ ser muy rocoso.
El PNV es una gran incógnita para el cuartel general de los populares. Su líder,Andoni Ortuzar, ha dejado clara la incompatibilidad total de su proyecto con Vox, de modo que no respaldaría la investidura de un presidente que se coaligara con los de Santiago Abascal. Otra cosa es si Vox queda fuera del Ejecutivo, y es en ese escenario donde se mueven los populares para poder tejer una mayoría que permita el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo con un Vox "que no tendría más remedio que abstenerse en la investidura salvo se alineara al bloque de la izquierda".
Los datos que manejan en el cuartel general de los populares, les colocan, dicen, en el entorno del 31 y 32 por ciento. "En ningún caso por debajo del 30" apostillan desmintiendo la cocina del responsable del CIS, José Félix Tezanos. De hecho, aseguran que, conforme, a las tripas del último barómetro, el PP tiene realmente un 31,1 por ciento del voto y no el 28,6 tras pasar por los fogones del ex dirigente socialista. Del mismo modo, aseguran, que Pedro Sánchez no tiene un 30,6 sino el 28,6.
La relaciones entre el PP y Vox se tensan
Las relaciones del PP con Vox no pasan por el mejor de sus momentos. Feijóo ha dado un sonoro portazo a la propuesta de presentación conjunta de moción de censura contra Pedro Sánchez y en Madrid estallan las costuras entre ambas formaciones. Tanto en la Comunidad como en el ayuntamiento de la capital de España Vox ha rechazado los respectivos presupuestos. Para el PP es la muestra de una estrategia de distanciamiento con los populares para marcar perfil propio. Vox, por su parte, se queja de "maltrato" del PP.
La madrileña Isabel Díaz Ayuso va a luchar, por mucho que el CIS de José Félix Tezanos insista en que la izquierda sumará más que el bloque de centro-derecha, en hacerse con la mayoría absoluta el 28 de mayo.
El murciano Fernando López Miras lo tiene más difícil. Para conseguir superar el listón de la mayoría absoluta necesita, como poco, un 48 por ciento del voto "mientras que en Andalucía les basta con un 42", lamentan en la dirección regional. Cosas de una complicada ley electoral. Dicen estar como Ayuso, en torno al 40 por ciento en intención de voto y necesitan que les salgan las cuentas porque "en ningún caso se quiere gobernar con Vox. Es nuestro mayor enemigo y que retroceda es una buena noticia", en alusión a algunos sondeos que han apuntado una tendencia a la baja de este partido.
López Miras, dispuesto a ir a nuevas elecciones si los de Abascal exigen entrar en el gobierno
Si Vox no se aviniera a ser un simple apoyo parlamentario y, por contra, exigiera un lugar al sol del ejecutivo murciano -a fin de cuentas López Miras gobierna en coalición con ex dirigentes de Ciudadanos tras la fallida moción de censura que Inés Arrimadas pactó con el PSOE- "nos vamos a nuevas elecciones", afirman de forma tajante las fuentes populares consultadas. A fin de cuentas nadie quiere pasar por los malos tragos del presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el único barón popular que gobierna en coalición con VOX y "sufre" a un vicepresidente, Juan García-Gallardo, quien, a falta de competencias ejecutivas se ha convertido en carne de meme.
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