"En mayo, hay batalla dura. Pero nada hecho, para nadie". La reflexión que emana de Ferraz casa con la que traslada la Moncloa, que también mira hacia las generales de dentro de un año. Que hay partido, y eso ya es un avance, creen en el equipo del presidente, porque hace unos meses Pedro Sánchez, según las primeras encuestas que siguieron a la elección de Alberto Núñez Feijóo al frente del PP, estaba prácticamente sentenciado.
Ni en la Moncloa ni en el cuartel general de los socialistas se percibe por ahora alarma, pese a la catarata de sondeos desfavorables que, persistentemente, sitúan a los populares por delante, aunque, cierto es, con su crecimiento se ralentiza. El PSOE cree que puede ir ganando terreno en el año por delante, y que además logrará recobrar impulso en la primera parada, la de las autonómicas y municipales de mayo porque su perspectiva es la de consolidar sus gobiernos municipales y autonómicos —el CIS apenas sitúa en peligro, aunque es muy llamativo e inesperado, Extremadura— y conquistar alguna plaza simbólica más, como Barcelona, Valencia o incluso Madrid.
El presidente entiende que el PP está entrando en una "dinámica trumpista" y Feijóo "se ha mimetizado con Casado y Ayuso"
La atmósfera de cierto optimismo contenido se respiraba este pasado jueves en la copa de Navidad ofrecida por Sánchez a la prensa en la Moncloa, a la que acudieron buena parte de sus ministros y altos cargos. El mismo presidente trataba de proyectar esa imagen de fortaleza frente a un PP que está "cayendo en una dinámica trumpista" y al que se le desbaratan, cree, sus estrategias, y también dibujaban el mismo análisis en su equipo.
Todo ello pese a las controvertidas reformas del Código Penal —derogación de la sedición y sustitución por el delito de desórdenes públicos agravados, rebaja de la malversación—, diseñadas para beneficiar a los cargos del procés, y contrapesadas con la creación de la figura del enriquecimiento ilícito. Aunque en el partido sí hay miedo a que un goteo de revisiones a la baja de condenas y de recortes de peticiones de pena de los escritos de acusaciones de procesos en curso (como Kitchen), inquietud que también comparten ministros del Ejecutivo, el presidente y su equipo consideran que al final se impondrá la lectura positiva en términos de "convivencia", de superación del conflicto en Cataluña.
¿Habrá castigo electoral al PSOE por esa política de distensión, por las "cesiones" del Gobierno al independentismo que denuncia la derecha? "Lo bueno es que ahí está mayo —expresa un alto mando muy cercano a Sánchez—. Ahora todas las encuestas coinciden en dar un margen de unos dos puntos entre PP y PSOE [el último barómetro del CIS pronosticaba esa diferencia, pero en su caso, a favor de los socialistas]. Es decir, que vamos a Nochevieja empatados, ellos y nosotros. Algunos que iban ya repartiendo ministerios se han encontrado con que la cosa está más empatada. Todos los sondeos, en definitiva, dicen eso, que estamos igualados. Y nuestra gente está muy cansada de oír la cantinela de que se rompe España".
Y, como advierte este responsable de estrategia del Gabinete del presidente, con larga experiencia en el escrutinio de encuestas, "al final las elecciones se traducen en escaños". "¿Y va a caer un diputado nuestro por Valladolid por la política en Cataluña? No creo. Pero es que antes sucedía que si caía una pera del árbol la recogía el PP. Pero ahora eso ya no ocurre", por la ruptura del bipartidismo y porque ahí está Vox, enfatiza.
Los socialistas fían la marcha de 2023 a la mejora económica. La Moncloa recuerda que la economía y el empleo están aguantando y la inflación es la más baja de la eurozona
De ahí que el marco preferido para el PP, razonan en la Moncloa, era el del "apocalipsis económico", como lo definió Sánchez el miércoles en el Senado. Un hundimiento de la economía, por tanto, que hiciera valer a los conservadores como alternativa de buena gestión. Pero la hecatombe, recuerdan, no se ha producido: el empleo está aguantando bien y la economía española ha resistido mejor incluso de lo previsto y pese a las consecuencias de la guerra en Ucrania. El viernes pasado, de hecho, el INE confirmaba el enfriamiento del tercer trimestre —el PIB solo se expandió un 0,1%—, pero el avance interanual ya se sitúa en el 4,4%, lo que significa que salvo una catástrofe inesperada en el último tramo del año, el crecimiento superará el 5%, por encima incluso de lo que proyectaba el Ejecutivo, que suele pecar de optimismo.
Desde Ferraz y la Moncloa destacaban este mismo sábado el último ranking de la prestigiosa revista británica The Economist, que sitúa a España en el quinto lugar, entre 34 países —y por delante de Canadá, Japón, EEUU, Francia o Alemania, que han tenido un mejor comportamiento económico en 2022. El Gobierno presume de ser el país con la inflación más baja de la eurozona (6,7%) y de liderar en la UE "debates estratégicos": primero, el mecanismo ibérico y, esta semana, la aprobación del tope al gas.
Del "apocalipsis económico" al "apocalipsis político"
Que el PP "ya no hable de economía", convenía el jefe del Ejecutivo, era una señal más de que Feijóo siente que esa vía no es fértil para hacer labor de oposición, y por eso ha migrado del "apocalipsis económico" al "apocalipsis político", al "España se rompe", leitmotiv clásico de la derecha, antes y ahora.
El arranque de la nueva pantalla será el Consejo de Ministros del martes, tras el que Sánchez presentará el tercer paquete anticrisis
El Gobierno fía la marcha de 2023, y su desempeño en las urnas de mayo y diciembre, a la mejora económica. Más economía y menos Cataluña. No en vano, el arranque de esa nueva pantalla lo solemnizará Sánchez el próximo martes, tras la reunión ordinaria del Consejo de Ministros, en la comparecencia de balance del año en la que explicará el real decreto ley de medidas anticrisis, aún en negociación entre los socios de la coalición. El presidente, por tanto, se reserva los anuncios de un potente tercer paquete de respuesta a la guerra de Ucrania, en el que probablemente se incorpore una rebaja del IVA de los alimentos para bajar la inflación de la cesta de la compra.
"Todos nuestros candidatos están fuertes —abundan en Ferraz—, y para las generales cada día se ve que la candidatura más fuerte es la de Sánchez. Hay que trabajar como nunca, y ganar. Pero el PP se ha emborrachado de optimismo con las encuestas. Ahora que ya no son tan buenas, se notan los nervios en Génova".
El decreto del martes servirá para la Moncloa de pórtico para un 2023 al que Sánchez quería entrar libre de polémicas, en la medida de lo posible. Objetivo más o menos conseguido, porque de todos los frentes marcados como prioritarios, solo quedan abiertos el de la ley de bienestar animal —desbloqueada el jueves en comisión y a falta de aprobación por el pleno, ya en enero, en el que será clave si Unidas Podemos mantiene su apoyo al texto pese a la exclusión de los perros de caza— y las eternas carpetas de la ley de vivienda y la derogación de la ley mordaza, en las que sí hay avances.
Congreso y Senado sacaron adelante esta semana 17 leyes, seis de las cuales aún tendrán que tramitarse en la Cámara alta —entre ellas, la trans— y otra más, la de Cooperación para el Desarrollo, deberá regresar al Congreso para su aprobación definitiva. El resto, diez, culminaron su andadura parlamentaria.
El jefe del Ejecutivo cree que al ir "demasiado lejos", al PP se le ha vuelto el debate en contra y ha logrado reforzar al bloque de investidura, que esta semana ha sacado adelante 17 leyes
De hecho, la reforma del Código Penal se publicó el viernes en el BOE y entrará en vigor a los 20 días. El 1 de enero lo harán los Presupuestos Generales del Estado para 2023 y los gravámenes temporales y extraordinarios para la banca y las eléctricas, todos respaldados sin cambios (ni sobresaltos) por el Senado esta semana. Y es que las votaciones en las dos Cámaras demostraron la fortaleza del bloque de investidura. El "reagrupamiento del Gobierno y sus socios", como señalan en la Moncloa, facilitado esta semana después del recurso de amparo del PP ante el Tribunal Constitucional. Los magistrados dieron la razón a los conservadores y paralizaron la tramitación legislativa de dos enmiendas que forzaban la renovación del propio tribunal, pero la decisión ha servido de munición para PSOE y Unidas Podemos y de pegamento con sus aliados parlamentarios.
"Al PP se le ha vuelto en contra, ha ido demasiado lejos", sostenía Sánchez el jueves en conversación informal con los periodistas. Está convencido de que Feijóo y su partido han entrado "en una dinámica trumpista", por su "concepción de la democracia, su deslegitimación del resultado electoral y su visión restrictiva de la Constitución". El líder del PP, reiteró, está "falto de autonomía", "se ha mimetizado con lo que representan Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso", se ha disuelto su perfil de "hombre moderado".
"Para este viaje, no hacían falta estas alforjas", insistía el presidente en los sucesivos corrillos. No ve a Feijóo ninguna gana de pactar nada con él, y para él era prueba suficiente el vídeo difundido en redes sociales por el PP el jueves, coincidiendo con el sorteo de Navidad, en el que machaca que a los sediciosos, los malversadores y los agresores sexuales les ha tocado la lotería con el actual Ejecutivo.
El porqué de las decisiones "arriesgadas"
Para el PSOE, ha sido un alivio que esta semana el vendaval por el TC eclipsase el último tirón legislativo de la reforma de la malversación, que a su vez tapó la de la sedición, mucho mejor digerida internamente.
El Gobierno no convocará por ahora la mesa de diálogo e insiste en que el 'procés' terminó. "Un referéndum no cabe. El debate está acabado", subraya Sánchez
El presidente defiende que su apuesta es "arriesgada", pero que al final será premiada por los ciudadanos: "Solo hay que pasearse por Cataluña para ver cuánto ha cambiado si se compara con 2017 [el otoño del procés]". Sánchez explicó que el escenario para 2023 se presentaba complejo de no haber avanzado en la senda de la desjudicialización, porque la perspectiva de entrada de segundos y terceros escalones de la Generalitat en la cárcel podía volver a incendiar Cataluña y deshacer el camino andado. El jefe del Ejecutivo adujo que España adapta su Código Penal a la legislación de países europeos de nuestro entorno y que es clave que ERC asuma que cometió delitos hace cinco años.
Pero los republicanos insisten en la autodeterminación. "Un referéndum no cabe. El debate está acabado. El procés terminó", insistió Sánchez, que en todo momento defendió que los ciudadanos respaldan su estrategia, porque no quieren un proyecto que divida. "Desde la política nacional hay que salir con un discurso en positivo, con discursos integradores. La unidad del independentismo no existe. Ya no hablan de unilateralidad y en Cataluña se cumple la ley y la Constitución", subrayó. En la Moncloa no piensan, no obstante, no hacer más gestos. Fuentes del Ejecutivo repitieron, como ya informó este diario, que no está prevista ninguna reunión más de la mesa de diálogo.
En lo inmediato, además del decreto ley anticrisis, PSOE y Unidas Podemos (y sus socios) tienen pendiente registrar la proposición de ley que recogerá el contenido de las dos enmiendas vetadas por el TC. Se llevará al Congreso solo cuando se conozca el auto completo del tribunal de garantías. O sea, no solo su parte dispositiva, que sí publicó la institución el mismo lunes [aquí en PDF], sino la fundamentación jurídica de la mayoría conservadora de magistrados que impuso su criterio por seis votos a cinco.
El presidente garantiza que no habrá cambio de mayorías para renovar el CGPJ. El Gobierno tramitará la proposición de ley aunque los vocales designaran a los dos magistrados del TC
La iniciativa, garantizó, no incluirá una rebaja de las mayorías precisas para la renovación del Poder Judicial, por mucho que presionen los morados. "No estamos en eso", sostuvo el presidente, reiterando que no se llevará al texto ni aunque los grupos presenten enmiendas en ese sentido. En el Gobierno opera decisivamente la opinión contraria de Bruselas, que motivó la paralización de una proposición en la misma línea que los partidos de la coalición trasladaron a la Cámara en el otoño de 2020 (y retiraron en abril de 2021). Fuentes del Ejecutivo sí indicaron que el texto continuará su tramitación con seguridad en Congreso y Senado aunque el CGPJ lograra pactar sus dos magistrados para el TC el próximo martes, extremo a día de hoy poco probable.
Los populares creen un éxito haber desarticulado el plan de Sánchez de dar carpetazo a todas las reformas conflictivas antes de que concluya 2022. Porque la renovación del TC seguirá pendiente. Para el presidente, el PP "habrá ganado unas semanas", pero poco más. La batalla de verdad, la que dirimirá el liderazgo en mayo y a finales de año, no ha hecho más que comenzar.
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