Era, sencillamente, un clamor. Absoluto. El PSOE hervía con la ley del solo sí es sí. Una norma positiva, convienen todos, por cuanto avanza en la "protección de las mujeres" y penaliza incluso conductas que antes no lo estaban, pero que a la vez ha desplegado unos "efectos indeseados" y ya escalofriantes, "insoportables": más de 270 delincuentes sexuales se han visto beneficiados ya desde la entrada en vigor de la reforma, el pasado octubre. Una veintena de ellos, incluso, han sido excarcelados. Miembros del primer anillo de confianza del presidente, ministros, dirigentes y barones socialistas venían presionando al máximo para corregir la ley. Creían necesario un golpe de autoridad de Pedro Sánchez, frenar políticamente un asunto que creían que estaba impactando muy negativamente en sus expectativas electorales —quedan cuatro meses para las autonómicas y municipales del 28 de mayo—, erosionando su credibilidad, desmontando su mensaje, su ADN como "partido de las mujeres".
Y este sábado, algo parecía cambiar. Era la respuesta del Ejecutivo a ese clamor interno. Pero de nuevo, con fricciones y matices entre los socios.
El diario La Vanguardia avanzaba que Igualdad, tras meses de total encastillamiento, estaba dispuesta a buscar una salida ante la tromba de críticas y la cascada incesante de reducciones de pena y excarcelaciones de agresores sexuales. Desde la Moncloa lo confirmaron y señalaban, conscientes de la "preocupación social" por los "efectos indeseados" de la ley, que se estaba haciendo un trabajo "muy serio y riguroso" desde que se conocieron las primeras resoluciones judiciales adversas, para "garantizar que no vuelva a suceder, resolviendo a futuro los problemas detectados", ya que cualquier reforma no podría aplicarse de manera retroactiva si perjudica al reo. Fuentes oficiales del ala socialista apuntaban que PSOE y Podemos, "con plena sintonía", se han conjurado para "contribuir juntos" a resolver la situación "trabajando de la mano de la ministra de Igualdad en todo momento". La puerta a la modificación de la norma se abría, aunque sin apuntar ninguna fórmula todavía.
En Igualdad, al menos públicamente, siguen insistiendo en que hay que implementar la norma, como pasó con la de violencia machista
Pero Podemos matizó casi de inmediato: cargó contra los "jueces que están decidiendo rebajar penas". Reconocían que se está "trabajando" en buscar una salida, "pero a día de hoy no hay acuerdo sobre una solución válida". Y arremetían contra su socio en el Ejecutivo, por ser sensible a las "presiones para volver al modelo anterior y que el consentimiento deje de ser el centro del Código Penal". La ministra, Irene Montero, no hizo referencias al sí es sí este sábado durante su visita a Palma, aunque sí retuiteó unas palabras de su compañera Isa Serra, portavoz del partido: una "minoría de jueces" es la que está "aplicando incorrectamente" la ley, y son "la derecha y sectores conservadores" los que están "aprovechándolo para tratar de echar atrás el principal avance feminista".
La número dos del ministerio, Ángela Rodríguez Pam, detallaba en un hilo de Twitter la posición del ala morada del Ejecutivo: "Revertir esta reforma sería profundamente perjudicial para la libertad sexual de las mujeres [...]. Debemos esforzarnos con recursos y voluntad política para implementar la norma, preservar el modelo del consentimiento y proteger los derechos de las mujeres". La secretaria de Estado hablaba por tanto de implementar la norma vigente, igual que se hizo con la ley integral contra la violencia de género, de 2004, que también fue cuestionada en su momento y no por ello fue reformada. La titular de Derechos Sociales y Agenda 2030 y líder del partido, Ione Belarra, caminaba exactamente en la misma línea que sus compañeras.
Negociaciones "de la mano"
La reacción de Podemos arroja dudas sobre los pasos que a partir de ahora dará el Gobierno, y en qué plazo, y si serán compartidos hasta el final por los dos socios. En la Moncloa mantenían la cautela y la máxima reserva horas después de los dos comunicados oficiales: se seguía trabajando en ese hipotético acuerdo, aducían.
Pedro lo ha visto como todos, que la situación es insoportable. Es que esto se puede llevar al Gobierno por delante. Pero también creo que esto trasciende a Montero y Belarra", asegura una ministra
La negociación con Igualdad recae en el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, mano derecha de Sánchez. Pero, según indicaban fuentes de Unidas Podemos, en las últimas semanas las conversaciones entre el presidente y Montero se han sucedido, igual que se ha debatido sobre ello en el seno del espacio confederal, reactivado por Yolanda Díaz recientemente. Pero los socialistas ya habían trasladado, según estas mismas fuentes, que estaban dispuestos a lanzar la reforma del sí es sí aun sin el concurso de Igualdad. Por ahora, sin embargo, la Moncloa trabaja "de la mano" de la ministra, según precisaron por la mañana fuentes oficiales.
Ministros y barones del PSOE consultados por este diario interpretan que han podido confluir dos hechos. Por un lado, que Sánchez "obligó a Igualdad a rectificar", que se plantó, y por otro que la ministra se dio cuenta de que tenía que ceder. "Llevaban tiempo trabajándolo. Era difícil aguantar la presión que todas tenemos", asegura una presidenta autonómica.
"Pedro lo ha visto como todos, que la situación es insoportable. Es que esto se puede llevar al Gobierno por delante. Absolutamente. Pero también creo que esto trasciende a Montero y Belarra y que también esto, los más de 270 beneficiados por la ley, es muy difícil de entender incluso para su gente", señala una integrante del Consejo de Ministros. "Pedro reacciona y habrá choque de trenes. Tiene que valorar ya el desastre en el feminismo que ha liado Podemos. En el partido es un clamor y ya nadie calla", apunta una figura referente del sector feminista clásico del PSOE. Otros altos cargos del partido creen, sin embargo, que la clave reside en la presión ejercida por Sánchez sobre Igualdad, porque la ministra es "soberbia" para reconocer un error. Precisamente de "soberbia infantil" habló Manuela Carmena, exalcaldesa de Madrid, jueza jubilada y referente moral y político para la izquierda, para definir la cerrazón de Podemos a corregir la ley.
Con la malversación, por ahora se ha contenido el desgaste, ya que el TS y la Fiscalía apuestan por el tipo agravado pese a los planes del Gobierno
En el PSOE, no se sentían las dudas en los últimos días. La convicción, expresada por ministros, miembros de la cúpula federal, barones o cuadros de distintos territorios, era nítida: el impacto de la ley del sí es sí está siendo enorme para el partido. Mucho más que el desgaste que se presumía por la rebaja de la malversación. Por una razón obvia: mientras que el goteo de reducciones de penas y excarcelaciones no se ha detenido desde que se conocieron las primeras resoluciones judiciales, a mediados de noviembre, el despliegue de la reforma de la sedición y la malversación está siendo contrario al plan diseñado por el Gobierno para beneficiar a los independentistas pero ventajoso para sus intereses electorales.
Tanto el magistrado del Supremo Pablo Llarena como los fiscales del procés entienden que debe mantenerse el castigo por malversación agravada y no rebajar las condenas, un criterio que probablemente siga la Sala de lo Penal del alto tribunal y que marcará la pauta para todos los tribunales. Por su parte, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, dictó el miércoles un decreto, de obligado cumplimiento para todos los fiscales, para impedir o limitar las revisiones a la baja de condenas en los casos en los que hay sentencia pero también en aquellos que no han sido juzgados.
"Toda la artillería" del PP
Ni tan siquiera en Ferraz ponen paños calientes a la erosión sufrida por el sí es sí. "Ese es nuestro flanco débil. Claramente. Nuestro enemigo, el PP, así lo identifica. Ellos no dejan de hablar de la ley, lo tienen en agenda, han sacado toda su artillería contra nosotros. Y en el PSOE ya no se habla de la malversación, sino del sí es sí, y desde luego ayudaría que ellas [las ministras Montero y Belarra] hicieran autocrítica y no se emperrasen", indican fuentes del comité electoral del partido, el que ahora dirige en la práctica el PSOE y tiene la vista puesta en la primera cita, el 28-M.
La presidenta de Navarra daba un nuevo toque de atención que era suscrito por otros barones y dirigentes del partido
En el primer círculo de confianza del presidente recuerdan que "siempre" se tuvo claro que la salida era modificar la ley, que eso fue de hecho lo primero que dijo la número dos y titular de Hacienda, María Jesús Montero, en cuanto trascendieron las primeras sentencias en aplicación del sí es sí. Pero aquel primer movimiento fue neutralizado por Sánchez que, desde Bali, buscó cortar el debate para evitar la colisión con sus socios, y ordenó esperar a la unificación de doctrina del Supremo y de la Fiscalía. El ministerio público sí se alineó con el Ejecutivo, pero no así el alto tribunal. En tanto la cuenta de beneficiados por la ley iba creciendo, también se fortalecía la presión interna hacia el presidente, acentuada tras las bromas de Pam sobre las "oleadas" de violadores que estaban saliendo a la calle, por las que luego tuvo que pedir disculpas.
"La malversación y la sedición son plumas que nos dejamos, seguramente, que tienen un coste y que hay que asumir. Pero la ley del sí es sí es un error y debe corregirse", indica una ministra. "Error" que aprecian otros ministros y miembros de primer nivel del Gabinete. Este viernes, la presidenta de Navarra, María Chivite, totalmente alineada con Ferraz, incidía en la misma línea: puso en valor la norma por poner "en el centro la libertad sexual de las mujeres", pero advirtió de que "está teniendo unas consecuencias que no son deseadas" y que espera que "sean corregidas".
Otros barones regionales y dirigentes de Ferraz apoyaban las "sensatas" palabras de Chivite. "La malversación is over. Pero esto está siendo un coleteo constante e incómodo de casos. Nublan la EPA tan buena del último trimestre, o el crecimiento del 5,5% de PIB en 2022 que, como la subida de las pensiones de un 8,5%, son cosas muy importantes que importan a la gente —reflexiona un líder territorial— . Pero he aprendido que lo perfecto es enemigo de lo bueno y que hay arrugas en las camisas que por más que planches no salen".
"Somos el partido de las mujeres"
"Yo estoy en desacuerdo con las dos reformas, y lo he dicho —subraya un presidente autonómico—, pero no porque me hagan daño electoral, sino porque es lo que creo". "Suscribo las palabras de María", sentencia otro secretario general de una federación de mucho peso, "o se corrige la ley o nos va a seguir doliendo la cabeza. La modificación de la malversación no ha mostrado ninguno de los inconvenientes. Y con el sí es sí, es perfectamente compatible defender la ley como necesaria porque aporta un enfoque integral con la corrección de técnica penal para evitar las rebajas de condenas. Pelín de soberbia. Soberbia infantil, que lo clavó Carmena".
Justicia e Igualdad ya exploraron las opciones de cambiar la ley. Hallar una salida es complejo, y en el PSOE se teme que el "daño ya está hecho"
Los socialistas señalan que, si la reforma penal finalmente no beneficia a los independentistas, no habrá nadie que llore por ellos, porque se trata de la interpretación de los jueces después de una reforma consensuada con ellos y que ERC apoyó. "Pero nosotros somos el partido de las mujeres —observa con preocupación un mando de la cúpula federal—. Y Podemos está reacia a cambiar la ley porque sabe que nos jode más a nosotros que a ellos. Nuestras bases están muy sensibles con este tema". "Cataluña está descontado en el campo de juego, ha definido público. Está amortizado. El sí es sí, en cambio, hace mella en nuestros potenciales votantes", conviene un responsable territorial.
El problema es que resolver la ecuación es muy complejo. El pasado 6 de diciembre, Sánchez anticipó un "retoque técnico" del texto, y puso a trabajar a Justicia e Igualdad, para que apurasen las posibilidades de reforma. La solución más obvia, y que rechazan los morados, es volver al modelo anterior, que diferenciaba entre abuso y agresión sexual. Modelo que fue impugnado social y políticamente tras el caso de La Manada de Pamplona. El sí es sí sitúa el consentimiento de la mujer en el centro y unificó ambos delitos en uno solo, el de agresión sexual, por lo que tuvo que acomodar el arco penológico.
Encontrar una salida es difícil y, además, solo operaría a partir de la entrada en vigor de la revisión, ya que los reos que hayan cometido delitos sexuales podrán acogerse siempre a la legislación más favorable. En este caso, el sí es sí. De ahí que los socialistas insistan en que "el daño está hecho" y en que realmente no hay solución, que se hallan atrapados en un "callejón sin salida". Pero modificar la norma, coinciden, sí serviría para lanzar un mensaje político, de autoridad y firmeza. Y, sobre todo, de "rectificación". "Los ciudadanos toleran los errores —sentencia una ministra—, pero no que no des marcha atrás. Con eso no se comulga".
Una vez encontrado un cabo del que tirar, volverán a resonar las voces para depurar responsabilidades políticas, y muchos creen que la titular de Igualdad debería dimitir. Posibilidad, no obstante, con pocas opciones. "Ellas [Montero y Belarra] no se van a ir. Ni con agua caliente. No van a romper la coalición", afirman en el núcleo duro de Sánchez.
La lectura en el PSOE es unánime. Cargos de distintos niveles empujan para el cambio. Parece que ahora puede ser el momento, que la puerta de la modificación está más que abierta. Pero aún quedan muchos datos por conocerse, y sobre todo si Igualdad acompañará la reforma en todo el viaje.
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