Habrá iniciativa para la reforma de la ley del sí es sí "en los próximos días", en un plazo "muy inmediato", y consistirá en el aumento de las penas a los agresores sexuales manteniendo el consentimiento como eje de la norma. Pero los socialistas tienen un dato más claro: presentarán la iniciativa en el Congreso aun sin acuerdo con Unidas Podemos. Buscarán una solución negociada con sus socios, pero si no es posible, darán un paso "adelante" para evitar que los "efectos indeseados" de la norma se repitan en el futuro. Y tienen "medidas" las consecuencias políticas de su decisión, sean las que sean, incluso en el seno del propio Gobierno, porque consideran que lo prioritario es dar una respuesta a la alarma social generada por una ley que ha beneficiado al menos, por ahora, a 280 agresores sexuales.
Han pasado algo más de tres meses desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual y, respondiendo a una creciente "preocupación social" y un clamor unánime dentro del PSOE, Pedro Sánchez decidió actuar. Ya. Los socialistas corren ahora para poner freno a una sangría que creen que les está dañando electoralmente, cuando quedan ya menos de cuatro meses para los comicios del 28-M. Y corren en este lunes para fijar sus líneas rojas y advertir a Podemos y a Igualdad. El Gobierno rechazó desde primera hora el plan del ministerio de Igualdad de medidas urgentes de especialización judicial, la formación en violencias sexuales y el incremento de efectivos para la protección de las víctimas. Después dejó bien claro que la propuesta que se tomaría como base sería la planteada por Justicia, que pide aumentar las penas a los agresores y mantener el consentimiento de la mujer como eje de la norma.
No se trataría de volver a la anterior división entre abuso y agresión, sino de agravar las penas cuando concurre violencia e intimidación
Y a media mañana, tras la reunión del comité electoral del PSOE, su portavoz, Pilar Alegría, anunció el siguiente paso: la presentación de una proposición de ley en el Congreso que no tocará el consentimiento pero que sí agravará las condenas para los violadores. Texto que se presentará, dijo, "en los próximos días" en la Cámara baja. Será "muy inmediato", precisaron más tarde fuentes de la cúpula. Este martes por la tarde en el Senado, Sánchez vuelve a medirse con Alberto Núñez Feijóo, así que no sería sorprendente que la iniciativa se presentara horas antes de ese duelo para privar de munición al líder del PP. En todo caso, aseguró la también ministra de Educación, será un texto "serio, riguroso" y que dará respuesta a futuro a los "efectos indeseados" de la ley.
La dirigente socialista subrayó en todo momento que la voluntad del partido es que la propuesta cuente "con el consenso" de los dos socios que conforman el Ejecutivo, que desea que se firme un documento "conjunto" y que pueda contar con el respaldo "mayoritario" del Parlamento. Pero también incidió en que el camino de salida es uno solo: no "tocar el corazón de la ley", pero sí "endurecer las penas a los agresores sexuales". "Vamos a seguir trabajando para hacerlo conjuntamente [con Podemos], pero la posición del PSOE si no se llega al acuerdo es clara": si no hay acuerdo, "daremos un paso adelante". Es decir, que los socialistas no se frenarán, haga lo que hagan los morados.
"¿Quién va votar en contra de esto?"
Alegría no dio detalles de cómo se articulará la nueva iniciativa, pero fuentes de Justicia incidieron, a preguntas de este diario, que solo se trata de "tocar las penas", de agravarlas "para los casos en los que concurre violencia e intimidación". No se volvería a la anterior división entre abuso y agresión sexual. "Todo será considerado agresión, y el eje sigue estando en el consentimiento", recalcan. Sin embargo, desde Podemos rechazan esta vía porque creen que el centro se desplaza hacia la violencia. Se optará por este camino, abundaban desde Ferraz, por ser la fórmula "más rápida" y tratarse de un departamento con "buenos penalistas".
IU se desmarca de Igualdad y dice que puede ser "oportuno" corregir la norma siempre que se preserve el consentimiento
Pero si los socialistas tiran hacia delante es porque están convencidos de que sacarán la reforma, con o sin Podemos. "¿Quién va a votar en contra de endurecer las penas?", se preguntan retóricamente. Además, destacan que no todo el espacio confederal está en contra. Sitúan el foco de resistencia en la dirección de Podemos y en Igualdad, y no en la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. De hecho, la portavoz federal de IU, Sira Rego —mujer de la máxima confianza del ministro Alberto Garzón, muy próximo este a Díaz— señalaba este lunes que "puede ser oportuno" aplicar alguna corrección "puntual" a la ley, siempre que preserve el consentimiento como base. Y el PP creen que estará a favor, como de hecho este lunes ratificó Feijóo. De hecho, los conservadores ya presentaron en diciembre una proposición de ley [aquí en PDF] que plantea la solución en unos términos muy similares a como lo hace Justicia.
La decisión del PSOE y de Sánchez, aseguró la portavoz, "no tiene nada que ver con efectos electorales". La ministra apuntó que en todo momento en el partido han sido "conscientes" de la "preocupación social", que han defendido el sentido de una ley "necesaria", "pionera", demandada por muchas mujeres y colectivos feministas, pero que tras el periodo de adaptación de la norma y la cascada de resoluciones del Supremo y de tribunales inferiores con las que se han rebajado penas, se han comprobado los "efectos indeseados que nadie quería ni deseaba". Alegría no quiso hablar de "error" ni de dimisiones o rupturas dentro del Ejecutivo. Ni de asumir responsabilidades políticas.
"Aquí lo importante son las soluciones", sostuvo Alegría, quien rehusó responder a las críticas de algunos dirigentes de Unidas Podemos hacia el PSOE —como las de Pablo Echenique, que cargó contra su socio por querer volver al modelo del PP—, porque a su juicio es importante evitar declaraciones que "dificulten el acuerdo" entre los dos miembros de la coalición.
En Ferraz insistían en que las consecuencias de presentar la proposición de ley de manera unilateral están "medidas" para el PSOE, como también las deberán medir, advertían, los socios de Podemos. Máxime cuando la visión del espacio morado no es uniforme y esta es una demanda a la que difícilmente pueden oponerse. "Hay que ponerle puertas al problema y arreglarlo. Se lleva estudiando y trabajando mucho tiempo, y llega un momento en el que hay que poner coto a esto", justificaban desde la cúpula de Sánchez.
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