En el PSOE nadie se llama a engaño: la competición contra el PP en Madrid, tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento de la capital, será durísima. No solo por una campaña que se presume como un barrizal, a la vista de cómo están siendo los primeros compases —Isabel Díaz Ayuso acusó el pasado jueves a los socialistas de mandarle "sicarios" a sus actos—, sino porque parece titánica la tarea de intentar arrebatar el poder a un partido con sólidos cimientos en la región, tras 28 años encadenando gobiernos autonómicos, y una marca todavía pujante. Pero el PSOE no quiere dar la batalla por perdida antes de tiempo, y cree que, a la vista de una mayor erosión del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, la izquierda puede reconquistar la ciudad, que desde que una moción de censura barriera al socialista Juan Barranco en 1989, no ha dejado de estar en manos del PP, salvo en los cuatro años en que Manuela Carmena dirigió el Consistorio (2015-2019). Batir a Ayuso se contempla como un reto aún mayor por la fortaleza y popularidad de la presidenta: en 2021, sus 65 escaños representaban más que toda la izquierda, y con la suma de Vox alcanzó la mayoría absoluta con holgura.
Para recuperar la capital, Pedro Sánchez optó por una de sus ministras, la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, el nombre que puso encima de la mesa también el líder de los socialistas madrileños y rival de Ayuso el 28-M, Juan Lobato. Una mujer que tiene como primer reto darse a conocer a los ciudadanos y presentar un proyecto solvente frente al Ejecutivo "gris" y "triste" de Almeida. Este sábado era su puesta de largo como candidata, junto a Sánchez y Lobato, arropada por siete ministros y la presidenta del Congreso, ante 1.500 militantes y simpatizantes en La N@ve del distrito obrero de Villaverde, feudo socialista clásico de la ciudad que también sucumbió a la ola Ayuso en 2021.
Los ejes de su proyecto: 15.000 viviendas en alquiler, proyección internacional, reactivación del ascensor social, combate a la desigualdad, refuerzo de los servicios sociales...
Maroto no tiene aún lista —el primer paso se dará el 19 de febrero, pero no pasará por los órganos regionales hasta principios del mes próximo y la tendrá que validar el comité federal del PSOE el 18 de marzo— ni un programa cerrado, pero este sábado ya apuntó algunos de los ejes sobre los que hará pivotar su candidatura. Proyección internacional de la ciudad, reactivación del ascensor social, combate a la desigualdad, reindustrialización, reforzamiento de los servicios sociales, construcción de 15.000 viviendas de alquiler, reducción de la contaminación, impulso de la cultura, reequilibrio territorial. Pero el hilván que cose esos compromisos, el intangible que la todavía ministra proyecta —y también Sánchez— es su experiencia al frente de su departamento en estos casi cinco años y su reivindicación de la gestión del Gobierno.
Lo dijo ella misma, sin preocuparse por ser modesta: viene "experimentada de casa" y cree que puede lucir "buenas notas" como jefa de Industria, ministerio en el que ha resuelto crisis del sector como la de la galletera Siro o Alcoa. También está determinada a exhibir perfil internacional, por sus relaciones con los máximos ejecutivos de grandes multinacionales.
Ahora, como candidata por Madrid, su prioridad es llevar la justicia social que invoca Sánchez a la ciudad. Esto es "reducir la pobreza y la desigualdad, reactivando el ascensor social". "Como lo estamos haciendo desde el Gobierno de España", señaló, para comprometerse durante el primer año de mandato a reforzar los servicios sociales, aumentar la cuantía de la tarjeta familias, abrir espacios de igualdad para recuperar un "Madrid feminista". Su obsesión son los barrios del sur, los más obreros y tradicionales graneros de voto progresista, y también los que cree que han sido más abandonados por Almeida.
"Gobierno triste, Gobierno gris"
La candidata reivindicó la importancia de la llegada de los fondos europeos y afeó a Almeida que intentara "sabotearlos en Bruselas" mientras ella "recorría el mundo" buscando inversión para el país y, en particular, para la capital. "Imaginad el impulso y la transformación que podrían traer de ser bien gestionados. La clave es la gestión. Hay que saber gestionar. Aporto ilusión, pero también experiencia de gestión en el ministerio", recalcó la candidata.
Un consejo asesor le ayudará a redactar su programa. En él, García Montero, Matilde Fernández, Antonio Catalá o José María Ezquiaga
Maroto quiere que la capital vuelva a convertirse en un referente internacional, una ciudad "admirada en el mundo por el respeto a todas las personas, vengan de donde vengan", porque "la cara de quien sostiene el Gobierno municipal es la de la intolerancia, la vuelta al pasado, el antifeminismo". "Madrid tiene que quitarse el freno de este Gobierno triste, de este Gobierno gris" y vuelva a codearse con París, Berlín, Londres o Nueva York. Pero Madrid son también, dijo, "su gente y sus vecinos", por lo que trabajará para mejorar su calidad de vida y combatir la desigualdad social y territorial.
Entre las prioridades de Maroto también figura la creación de un parque de vivienda pública, construir 15.000 nuevas casas en alquiler, regular las viviendas de uso turístico, ampliar la red de carriles bici, crear itinerarios peatonales seguros a los colegios, reducir la contaminación y los niveles acústicos, reindustrializar la ciudad y atraer empresas tecnológicas.
Aún no hay más que puntadas del programa, líneas maestras. Casi más una declaración de intenciones. A partir de ahora, se nutrirá de un consejo asesor que le ayudará a confeccionar su manifiesto electoral, un grupo de expertos referentes en sus áreas: el escritor Luis García Montero en cultura, el arquitecto José María Ezquiaga en urbanismo y vivienda, el empresario Antonio Catalá en turismo, la exministra y presidenta del PSOE Cristina Narbona para medio ambiente o la extitular de Asuntos Sociales Matilde Fernández para mayores en soledad. Quiere que trabajen en un "modelo de ciudad distinto" del de Almeida.
Sánchez avala su discurso. Él apostó por ella, para situar frente a Almeida un perfil de gestora, moderado, no de trincheras, aunque poco conocido
"Tiene que construir para su programa tres, cuatro grandes proyectos, proyectos emblemáticos, ideas transformadoras", observa un veterano dirigente de la capital. La ministra también ha buscado la ayuda de Carmena. Desea que la exalcaldesa se implique con ella y el resto de candidaturas progresistas al máximo, consciente de que el gran problema de la izquierda el 28-M será la movilización del electorado, su apatía frente a la activación de la derecha.
Sánchez fue el principal avalista de la línea estratégica de Maroto. Porque por eso apostó por ella: para situar frente a Almeida un perfil de gestora, moderado, no de trincheras, aunque, también es cierto, poco conocido pese a sus cuatro años largos en el Gobierno —la conoce el 57,9% de los españoles, según el CIS del pasado enero—. Maroto, subrayó el presidente, es de las políticas que "plantean soluciones" a los problemas.
"Te vamos a echar mucho de menos"
"Son tiempos de dar la cara, de coger el toro por los cuernos, de resolver los problemas. Es lo que aporta Reyes a la candidatura. Aporta capacidad de gestión, experiencia, gestión de equipos, convicción, compromiso social. Da la cara, se faja en los problemas y encuentra una solución", elogió el presidente, antes de despedirse de ella en el Consejo de Ministros, sin adelantar la fecha en que acometerá la crisis de gobierno: "Te vamos a echar mucho de menos. Eres una de las mejores ministras de Industria, Comercio y Turismo de la historia democrática [...]. Vas a contar con todo el apoyo del Gobierno". Ese respaldo rotundo y sin fisuras era también un mensaje en clave interna, ya que el PSOE-M es una federación muy dividida internamente, siempre zambullida en peleas intestinas.
Maroto no llegó a coger el tono mitinero y en su equipo saben que tendrá que pulirse como candidata, pero no dejó mal sabor de boca entre los asistentes
El debut de Maroto no epató pero tampoco decepcionó. Hilo un discurso largo que leyó en su mayor parte. No llegaba a coger un tono mitinero al que no está acostumbrada. En su equipo sabe que tiene que pulirse aún como candidata, pero al menos, según decían varios dirigentes a la salida, no dejó mal sabor de boca entre los cuadros. "El motor necesita calentarse. Llevará algo de tiempo porque la candidata no es un producto natural del partido en Madrid (una vez más) y aún tiene que construir su carisma. Ni Lobato ni el presidente se pueden permitir que el partido se desentienda de Reyes. Quedan cuatro meses. Fácil no será. Eso lo sabemos todos", indica un dirigente que se conoce bien las entrañas del PSOE-M. "La gente espera más de Reyes. Lo que le afean es que no tiene la cabeza lo suficientemente metida en la candidatura, al tener que repartirse con el ministerio", señala un secretario de una agrupación de distrito.
De momento no hay fecha para la salida del Ejecutivo. De ella y de la otra ministra-candidata, Carolina Darias, cabeza por Las Palmas, aunque Sánchez ha dado señales de no tener prisa. Y Maroto prefiere apurar para explotar el trampolín de Industria. En el PP ya advierten de que votarla a ella será igual que votar al presidente —una polarización que en el equipo de Maroto creen que les favorece—, y le reprochan que no conoce lo suficiente la capital. La ministra es vallisoletana de nacimiento, pero ella insiste que Madrid es la ciudad que la acogió "hace 26 años" y en la que ha desarrollado toda su vida laboral. Pero este sábado patinó con un dato que al vuelo aprovechó el PP: felicitó por su trabajo a los vocales vecinos de "los 25 distritos" de la ciudad. "21 distritos, ministra. 21", le puntualizó Almeida con sorna desde Twitter, igual que hizo la dirección regional de su partido. Fue un lapsus, responden en el equipo de la ministra, porque "por supuesto que sabe" cuántos y cuáles son los distritos de Madrid y además lo llevaba escrito.
Hay que movilizar a la izquierda y lo tenemos que hacer con inteligencia, por lo que, si hay que sumar, sumaremos", señala
"Reyes no va a ser Ha nacido una estrella, pero o damos profundidad a nuestros liderazgos o difícilmente las cosas cambiarán —reflexiona un dirigente madrileño—. Reyes necesita sacar 15-16 concejales [ahora los socialistas tienen ocho] para que nadie le tosa y pueda completar una legislatura con cierta autoridad, requisito imprescindible para poder optar con alguna perspectiva a las elecciones de 2027". Se espera que Maroto suba el listón bajísimo que le dejó en 2019 su antecesor, el extécnico de baloncesto Pepu Hernández: un paupérrimo 13,75% y cuarta fuerza. El colapso de Ciudadanos y un quizá reequilibrio con un Más Madrid —que ahora no presenta a Carmena pero que se ha asentado en la región— sirvan para tirar hacia arriba la candidatura y reposicionar al partido.
Maroto, de 48 años, es una "apuesta de futuro" para el PSOE-M. Dice que sale a "ganar" el 28-M, pero también repite que lo importante es que la izquierda sume y arrebate el poder al PP. Porque Más Madrid podría quedar por delante: Carmena ganó los comicios en 2019 aunque no pudo gobernar, y las encuestas sitúan por ahora a Rita Maestre por encima. "Hay que movilizar a la izquierda y lo tenemos que hacer con inteligencia, por lo que, si hay que sumar, sumaremos", señaló esta semana en una entrevista a EFE. La izquierda, agregó, no tiene que "confrontar", sino sumar.
Ahora comienza oficialmente el camino hacia las urnas para la ministra. Con dudas y dificultades obvias, pero con unas credenciales muy distintas a las de Pepu Hernández y con las que el PSOE ambiciona escapar del suelo y soñar con recuperar el poder que un día, en el lejano 1979, conquistó el viejo profesor, Enrique Tierno Galván.
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