La Casa Real alauita y el Gobierno marroquí "toman nota" de todo lo que la clase política española dice sobre las relaciones bilaterales y las cuestiones internas del país vecino y pone el foco especialmente sobre quien puede ser el próximo inquilino de la Moncloa de ganar las próximas elecciones generales, esto es, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Y es que durante la Reunión de Alto Nivel (RAN) que se celebró en Rabat los días 1 y 2, miembros del ejecutivo marroquí trasladaron a algunos de sus homólogos españoles "su malestar" por las criticas del líder de la oposición al cambio histórico de nuestro país respecto al Sáhara occidental y a esa cumbre tras más de siete años sin celebrarse.
Aludieron, según ha podido saber El Independiente de fuentes gubernamentales, a la intervención de Núñez Feijóo en el Senado el pasado 24 de enero en su sexto "cara a cara" con Pedro Sánchez. Lo cierto es que no fueron unas palabras especialmente hirientes las del líder del PP aunque sí críticas respecto a un giro que no comparte ninguna otra fuerza política con representación parlamentaria al margen del PSOE y, muchos de sus dirigentes a regañadientes por los tradicionales lazos del socialismo con el pueblo saharaui.
Los "bandazos" sobre el Sáhara Occidental
Fue precisamente eso lo que le reprochó Feijóo a Sánchez en el Senado. Primero le afeó no cumplir la tradición de hacer su primer viaje oficial a Rabat tras ser investido presidente del Gobierno, para acabar "dando un bandazo sobre nuestra posición histórica del Sáhara Occidental que todavía no ha aclarado a los españoles". Fruto de ese giro, agregó el líder del PP, "ha sido su incapacidad de seguir manteniendo el tratado de amistad con Argelia", para terminar "votando en la Eurocámara en contra de la libertad de expresión".
Aludía a la votación el 19 de enero en el Parlamento Europeo contra «el continuo deterioro de la libertad de prensa en Marruecos, que ha descendido hasta el puesto 135 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de 2022» lo que se traduce en acoso judicial, espionaje y encarcelamiento al que somete a periodistas locales y extranjeros, entre ellos, algún español. Los eurodiputados socialistas rechazaron la moción y unieron sus votos a los de la ultraderecha europea. Fue lo que el ex ministro y ahora europarlamentario Juan Fernando López Aguilar justificó bajo el término "tragar sapos".
Asimismo, Feijóo destacó el hecho de que Sánchez acudiera a la cita en la capital marroquí "con la mitad de su Gobierno ausente", puesto que no fue ni un solo representante de Unidas Podemos, para acabar concluyendo que "de verdad no soy capaz de ver el beneficio para España de su política con Marruecos. Usted sabrá y la historia le juzgará".
Lo cierto es que si el líder del PP llega a la presidencia del Gobierno el modelo de las relaciones con el país vecino -con el que comparte frontera terrestre en Ceuta y Melilla- y la posición de España respecto al Sáhara van a ser una patata más que caliente. En Moncloa creen que, a pesar de las críticas vertidas por los populares, "no habrá marcha atrás de Feijóo y asumirá el nuevo estado de las relaciones y de las cosas, como ha hecho el PP en tantos y tantos asuntos", léase la ley del aborto, por ejemplo.
Moncloa cree que "no habrá marcha atrás de Feijóo y asumirá el nuevo estado de las cosas"
Y Rabat está muy pendiente respecto a si hay relevo en la presidencia del Gobierno español a finales de año y las consecuencias que pueda tener para las relaciones entre ambos países.
Núñez Feijóo sí elevó este viernes -un día después de culminada la cumbre bilateral- el tono de la crítica contra la política de Sánchez con Marruecos hasta el punto de llegar a hablar de "humillación", en referencia a la ausencia del rey Mohamed VI en Rabat, que le "despachó", subrayó, con una llamada telefónica. Dijo apostar por un país "respetado en el mundo al que no se le puede humillar porque este país tampoco humilla a ningún otro". Para ello apeló a una política exterior "creíble" y no, simplemente, a "hacerse la foto".
"El modelo de Sánchez es dar bandazos inexplicados e inexplicables en política exterior e ir a Marruecos a hacerse una foto y ser despachado con una llamada telefónica", resumió durante su participación en un acto electoral en Alcantarilla (Murcia). Un día antes, su coordinador general, Elías Bendodo, afirmó desde la sede del PP que que el jefe del Ejecutivo había dado «la medida de su peso pluma internacional» y que era difícil "hacer más el ridículo". Mientras tanto, Rabat sigue pendiente de lo que aquí se dice.
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