El presidente del Gobierno había dado la orden a los suyos, pero no la había verbalizado públicamente. Hasta este martes. Pedro Sánchez justificó ante su grupo parlamentario en Congreso y Senado por qué decidió cambiar ya, sin demoras, la ley del solo sí es sí. Lo hizo porque había que "resolver el problema" de las rebajas de pena a agresores sexuales de cara al futuro. Diálogo sí, pero solución también. Y por eso, ante el bloqueo de las negociaciones con Podemos, tiró hacia delante y resolvió que su grupo registrara en solitario —lo hizo ayer lunes— la proposición de reforma de la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, de tramitación todavía incierta.
"La actualidad es la que es". Sánchez sabía que todo el foco informativo se sitúa en los últimos días en el sí es sí, y no rehuyó el tema en cuanto tomó la palabra. Es una "buena ley", un "avance neto en los derechos de las mujeres" tan innegable, sostuvo, que "pocos ya propugnan la vuelta atrás". Pero "resulta evidente" que tras su entrada en vigor se han comprobado "efectos indeseados" por las revisiones de condenas. "Y me quedo corto...", confesó, dando a entender que estaba siendo cuidadoso con las palabras para no calificar el agujero que ha provocado la norma y no zaherir a su socio de coalición. Se quedaba corto, añadió, porque "nadie, ni el Ejecutivo, ni los grupos parlamentarios" que apoyaron el texto tuvieron como "objetivo que se rebajara la condena a ningún agresor en ningún caso". "Ni era el objetivo ni era el propósito. Pero lo cierto es que existe un problema, porque se han producido rebajas de pena. La pregunta es qué se hace cuando un problema se plantea y la respuesta es evidente: utilizar el diálogo, pero resolver el problema".
Vamos a hacer lo que hay que hacer, lo correcto, de sentido común: defender la ley y corregir el problema a futuro"
PEDRO SÁNCHEZ, PRESIDENTE DEL GOBIERNO
Es decir, que hablar con Podemos, con Igualdad, sí, pero sin perder de vista que había que encontrar una salida para que no se reproduzcan las condenas bajas en el futuro. Y por eso actuó ante el punto muerto que habían alcanzado las conversaciones. Diputados y senadores entendieron el mensaje y correspondieron al presidente con un aplauso. Y es que en el partido también se sentía en las últimas semanas, meses, la angustia por una ley cuyo goteo de reducciones de penas y excarcelaciones está siendo insoportable para los candidatos a las autonómicas y municipales del 28 de mayo. Como resumían en Ferraz: lo que quiso decir el jefe del Ejecutivo era diáfano, que "no es tiempo para otros debates, que hay que resolver el problema y punto".
"Vamos a hacer lo que hay que hacer, lo correcto, de sentido común: defender la ley y corregir el problema a futuro para que no haya ni una sola rebaja de condenas", subrayó el líder socialista, defendiendo la decisión de registrar de manera unilateral la iniciativa legislativa en el Congreso.
Sánchez, como prólogo de su referencia al sí es sí, recordó el "compromiso histórico del PSOE con el movimiento feminista", con la voluntad expresa de reivindicar una bandera que el partido luce a gala y que se disputa con Podemos. Insistió en que "los avances en favor de la igualdad real y efectiva siempre llevaron la firma del PSOE". Ocurrió, dijo, con la ley de igualdad y la del aborto que impulsó José Luis Rodríguez Zapatero.
El consentimiento, en el "centro"
Y ha ocurrido esta legislatura, siguió, con la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad, la reforma laboral, la subida del salario mínimo a 1.080 euros, la cotización a la Seguridad Social de los cuidadores no profesionales (mayoritariamente mujeres), el "cumplimiento" del pacto de Estado contra la violencia de género o el aumento de las plantillas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para proteger a las mujeres. Y también, claro, la ley del sí es sí, que nace de una "amplia reivindicación feminista", y que busca "garantizar que cualquier forma de agresión sexual sea perseguida", "sin culpabilizar a las víctimas" y que "sitúa en el centro el consentimiento explícito de la mujer".
La portavoz evita polemizar con Podemos: lo "más importante", dice, es "defender la ley" y evitar futuros efectos no deseados
No hubo más críticas ni más referencias al sí es sí durante su intervención en abierto ante los medios —y tras la cual se marchó—, pero la pelota siguió rodando hasta la Moncloa, a la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes. Allí, la portavoz, Isabel Rodríguez, no dio más pistas de cómo espera el PSOE que sea la tramitación parlamentaria ni elevó el tono contra Podemos, como sí había hecho la titular de Justicia, Pilar Llop, este martes a primera hora en Hoy por hoy (SER), en una entrevista muy criticada por los morados porque dejaba a las claras, dijeron, que el PSOE regresa al "Código Penal de La Manada", en el que era necesario probar la violencia para determinar que hubo violación y no abuso.
"Con esta reforma, no se toca el consentimiento, no se presume, ha de ser expreso, sigue estando en el centro de la ley. Solo sí es sí. Es lo más importante a subrayar", sostuvo. La portavoz rehusó contestar a las declaraciones de Igualdad o a las de dirigentes de Podemos como su líder, la ministra Ione Belarra, o su portavoz parlamentario, Pablo Echenique: "Lo más importante en este momento no son las manifestaciones públicas. Lo importante es defender esta ley, demandada por las mujeres, icónica, pionera, pero que ha propiciado efectos no deseados". Por eso los socialistas buscan una "solución" al problema de las rebajas de penas y defienden que "la mejor forma" de proteger la norma es haciendo esos ajustes "técnicos".
La pregunta ahora es cómo se canalizará la modificación legal en el Parlamento. Los socios habituales están fríos y llaman a socialistas y morados a entenderse primero antes de pasarles a ellos la responsabilidad, y el PP sí sigue mostrando su disposición a apoyarla. Ahora comienza el "momento del diálogo con todos los grupos políticos, no solo con los de la coalición sino también del resto". "Ahora está en manos de los grupos parlamentarios", precisó la portavoz. Con respecto a la posición de los populares, es "comprensible" mantenerse "escéptico" porque votaron en contra del sí es sí, sumando otro no a una larga lista de leyes de conquista de los derechos de las mujeres, dijo. Pero, en cualquier caso, el Gobierno aspira a conseguir el mayor número de apoyos. Algo similar a lo que ayer afirmaron los portavoces socialistas en partido y Congreso, Pilar Alegría y Patxi López: si el PP respalda el texto, "bienvenido sea su apoyo".
Las críticas de Podemos a las palabras de Llop
Unas palabras de Llop soliviantaron especialmente a los socios. Aseguró que si hay violencia o intimidación —el subtipo que permitirá, si sale adelante su propuesta en las Cortes—, será muy fácil probar una agresión sexual porque con una "herida" se puede demostrar que hubo violencia, y en esos casos ya se presume que no hubo consentimiento, porque así lo explicita el vigente artículo 178.2 del Código Penal. "Si probar la violencia en una agresión sexual es tan sencillo, ¿por qué en 2021 de 4.000 sentencias solo 500 mujeres pudieron probarla? Otra vez el foco en las mujeres, en cuánto resistimos, en si cerramos las piernas. Es el modelo de La Manada, no el del consentimiento", advirtió Belarra en Twitter.
Llop solivianta al socio de coalición al asegurar que será más fácil probar una agresión sexual si hay violencia porque bastaría una "herida"
La portavoz no desautorizó a Llop y subrayó que la voluntad es "dar una respuesta a las víctimas que "han visto incrementado su sufrimiento" y "dar tranquilidad" a la sociedad que está viviendo el goteo de reducciones de pena y excarcelaciones con "alarma social". Así que ahora se trata de "endurecer las penas" sin tocar el consentimiento. Y frente a Igualdad, que sostiene que lo que hay entre los socios son diferencias políticas profundas de modelo, Rodríguez indicó que les separan "matices" en cuanto a la respuesta "técnico-jurídica" a una cuestión "compleja", dado que no tiene remedio más que a futuro, a partir de la entrada en vigor de la reforma. Todos los reos por casos cometidos hasta entonces podrán seguir acogiéndose a la legislación más beneficiosa para ellos, el sí es sí.
Ni el PSOE ni Podemos quieren oír hablar de dimisiones, de desautorización de la ministra Irene Montero o de responsabilidades políticas. "La ley es buena y nadie en el Consejo de Ministros ni en los grupos hubiera deseado nunca los efectos que se han producido —remachó Rodríguez—. La responsabilidad es cambiar lo que está siendo perjudicial, y es lo que estamos haciendo".
Discurso eminentemente económico
Por lo demás, y salvo esos minutos iniciales dedicados al sí es sí, Sánchez enhebró sobre todo un discurso eminentemente económico ante los suyos en el Congreso. Para rearmarles de argumentos de cara al 28-M, unas elecciones que se prevén muy apretadas y que están ahora mismo empantanadas por los duros reproches que se cruzan PSOE y Podemos y que, hoy por todo, tienen difícil salida.
Sánchez carga contra la "convención 'vintage'" del PP en la que no hubo "propuestas" y sí "insultos y descalificaciones"
El presidente recordó la hoja de ruta desplegada por el Gobierno, los "problemas e incertidumbres" que acechan, que nunca se han "ocultado" ni "minusvalorado", sacó pecho de las cifras de inflación (la menor de la zona euro) y de crecimiento del PIB, defendió su estrategia de distensión en Cataluña, presumió de la "eficacia de las políticas" del Ejecutivo que hasta sus adversarios "saben". Y cargó enseguida contra "la convención vintage" de este pasado fin de semana del PP en Valencia, en la que Alberto Núñez Feijóo reunió a los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy: "No parece que haya habido ninguna propuesta, ninguna idea, solo insultos y descalificaciones".
Sánchez señaló a los suyos cuál debe ser el camino de cara al 28-M: "Mientras otros insultan y gritan, nosotros a lo importante, dar respuesta a los problemas y anhelos de la gente", centrarse en la "consolidación del Estado del bienestar, debilitado por la derecha", proteger "a la mayoría social". En suma, "frente al apocalipsis que no llega ni llegará nunca, nosotros política útil". El presidente arremetió entonces contra las "conspiraciones" que a su juicio inventa la derecha para atacarle, que provocan "hilaridad" y que "no se creen ni ellos". "No damos lecciones de patriotismo a nadie, pero no las admitimos de nadie".
Y para concluir les apremió a no dejarse abatir: "Con el deber de ser un partido de gobierno, probablemente hoy, en el actual escenario político español, el partido de gobierno, os animo a seguir trabajando, por el bien de España y de los españoles". El problema es que toda la discusión pública bascula en torno al sí es sí, y parece difícil que quede desplazado el foco en días y semanas.
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