Se veía venir desde diciembre. Y la discrepancia no se ha resuelto desde entonces. Pero ahora llega la hora final. Este jueves, el pleno del Congreso debate y vota el dictamen de la ley de bienestar animal, proyecto ahora mismo en peligro porque PSOE y Unidas Podemos siguen chocando a cuenta de los perros de caza. El mismo punto de fricción que les separa desde hace meses. Con la diferencia de que, si no hay cesiones, la norma puede decaer y no viajar al Senado, y sería el primer proyecto del Gobierno que naufraga en su trámite parlamentario. Justo en una semana de horror para el Ejecutivo, empantanado por la reforma del sí es sí, el conflicto de mayor calado político desde que echó a andar la legislatura.
La portavoz socialista, Pilar Alegría, comentaba a principios de semana que tenía la esperanza de que la ley animal se aprobaría. Pero eso no está nada claro. En absoluto. Este miércoles, Podemos incrementó la presión hacia el PSOE y registró una enmienda firmada junto a ERC, Bildu, Más País y Junts. El texto plantea volver a incluir a los perros de caza en el ámbito de aplicación de la norma, algo que los socialistas rechazan tajantemente. Y aunque desde el Ministerio de Derechos Sociales se decía a última hora de este miércoles que se seguía "negociando" con los socialistas, que no tenían aún su respuesta, fuentes del más alto nivel de Ferraz consultadas por este diario insistían en que no hay cambio de posición del partido ni lo habrá: "No nos movemos. Se lo dijimos hace un mes y lo repetimos: no nos movemos". "Todo quieto", confirmaba uno de los ponentes de la ley.
UP cierra con ERC, Bildu, Más País y Junts una enmienda para volver al texto original, pero el PSOE la rechaza
Los socialistas, por tanto, defienden con uñas y dientes la letra del dictamen que se aprobó a finales de diciembre en la Comisión de Derechos Sociales del Congreso. Entonces, consiguió que saliera adelante, gracias al apoyo de PP, Vox, PNV y Coalición Canaria, una enmienda para excluir de la ley a los animales utilizados en actividades específicas —las deportivas reconocidas por el Consejo Superior de Deportes, las aves de cetrería, los perros pastores y de guarda del ganado—, los empleados en actividades profesionales (perros de rescate o los que acompañan a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y a las Fuerzas Armadas), y los perros de caza, rehalas y animales auxiliares de caza. Unidas Podemos se opuso a esa enmienda pero votó a favor del dictamen con la esperanza, alegó entonces, de que en el tiempo que se abría hasta la aprobación por el pleno de la Cámara baja el PSOE rectificara.
Se vota también la reforma penal
Pero Ferraz ya avisó de que no lo haría. Y no lo ha hecho. O, al menos, en eso insiste la cúpula. Sabe que se juega mucho con esta ley. Ante la presión del campo y de sus federaciones territoriales, pactó con asociaciones y colectivos del mundo rural una enmienda para sacar a los perros de caza de la norma. En la dirección han operado los movimientos de los barones y también el miedo a perder espacio electoral en las zonas no urbanas, donde sigue teniendo una gran penetración, de la que carecen los morados. Por eso proclama que no se moverá en ningún caso de su posición. La actividad cinegética es un motor económico importante en las áreas rurales y es la segunda federación deportiva con más licencias, según el Consejo Superior de Deportes: 337.326 en 2021, solo por detrás del fútbol (907.223) y por delante del golf (284.776), los deportes de montaña (273.549) o el baloncesto (272.451).
Para que la ley no muriera, la abstención de UP sería insuficiente, dada la negativa de PP y Vox a avalar el proyecto
En Unidas Podemos deslizaban esta semana el mensaje de que no harán caer la ley, su ley, la norma bandera impulsada por la titular de Derechos Sociales y Agenda 2030 y líder de Podemos, Ione Belarra. Pero se negaban a confirmar el sentido del voto. La abstención sería insuficiente, porque PP y Vox ya han adelantado que se oponen a la norma, así que si los morados quieren salvar su proyecto, tendrían que votar sí. No bastaría solo con su apoyo: se requeriría el de los socios de investidura. Porque el pleno vota la ley de bienestar animal, de carácter ordinario —basta mayoría simple: más síes que noes—, pero también la reforma que afecta al Código Penal (y que aborda los castigos por el maltrato animal), con carácter orgánico, que requiere de mayoría absoluta de la Cámara (175 diputados, porque hay 349 señorías, ya que no se cubrió la vacante del canario Alberto Rodríguez).
Desde Derechos Sociales y desde la dirección de Podemos se afirmaba este miércoles por la tarde, horas antes de la sesión, que no se podía dar "nada por seguro", ni siquiera esa voluntad de salvar su ley con el argumento de que ese sería el mal menor, como ocurrió en diciembre en comisión. Así que todo está abierto.
Justo en el momento más delicado para la coalición. A la grave crisis por el sí es sí se podría sumar el desencuentro por la ley animal. Sería la primera vez que un proyecto salido del Consejo de Ministros quedara varado.
Belarra llama al PSOE a volver al consenso inicial, para poner fin a la "impunidad de los maltratadores de animales"
El año pasado, los dos socios votaron separados —el PSOE, a favor; los morados, abstención— en la ley audiovisual, pero la norma no corría peligro porque el PP se abstuvo. Ahora, esa red de seguridad no existe.
Belarra llamaba este miércoles a los socialistas a rectificar, a volver al consenso inicial, al texto que salió del Consejo de Ministros para acabar con la "impunidad de los maltratadores de animales" y apoye la enmienda conjunta de UP y de otros grupos para reincorporar a los perros de caza en la norma, texto que retorna a la redacción original.
Comparación con Abascal
"Creemos que en estas últimas horas todavía podemos convencer al socio de Gobierno para que todos los perros, sean de caza o si están en casa con sus dueños, estén protegidos por la ley independientemente del tipo de perro que sea o de la actividad que realice", señaló por su parte la secretaria de Estado de Agenda 2030, Lilith Verstrynge. "Es primordial que el PSOE entienda que todavía está a tiempo de recuperar el espíritu y el corazón de la ley, que todavía podemos salvarlo y proteger a todos los perros por igual", insistió, informa EFE. La número dos de Belarra colgó en Twitter un vídeo la semana pasada, que luego eliminó, en el que comparaba al presidente del Gobierno con Santiago Abascal, líder de Vox: "Pedro Sánchez se pone del lado de los que maltratan a sus perros", rezaba el rótulo.
Es una gran ley, en la que solo hay un desacuerdo del 1%. No debería caer cuando estamos de acuerdo en el restante 99%", dicen en Ferraz
Las palabras de ambas no hicieron al PSOE reconsiderar su postura: "Nosotros estamos en un consenso amplio que es el de todo el tejido asociativo del medio rural, con el que hemos hablado durante meses parar lograr una ley que tenga su apoyo —indicaban fuentes de Ferraz a este diario—. Nos gustaría que otros grupos también escuchasen a todas esas voces, que tienen en el campo su vida y su sostén económico. Es una gran ley, en la que solo hay un desacuerdo del 1%. No debería caer cuando estamos de acuerdo en el restante 99%. Y para el desacuerdo, ya hemos dicho que abogamos por una legislación específica para estos animales, los perros de caza, que por otro lado ya están protegidos por el Código Penal en vigor".
El pulso, por tanto, no cesa. Sigue arriba. Los dos socios señalan que no hay riesgo de ruptura, pero esta, la ley animal, sería otra muesca más en su larga cadena de encontronazos. Y el corolario de una semana para el horror para la coalición. Semana que aún no ha terminado.
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