Otra votación de infarto en el Congreso de los Diputados. Y por la mínima, de nuevo, el Gobierno evita que decaiga su primera ley en algo más de tres años de legislatura. El voto a favor de Unidas Podemos a su propia ley, del bienestar animal, ha permitido rebajar en parte la tensión que esta semana divide a los socios de coalición a raíz de la reforma impulsada por el PSOE de la norma del 'solo sí es sí'. Asimismo, también han orientado hacia el 'sí' su posición Esquerra Republicana (ERC) y EH Bildu, después de precisar que si el Grupo Socialista no retrocedía e incluía a los perros de caza en la protección animalista, rechazarían la norma. A lo largo de esta semana, fuentes de Unidas Podemos afirmaban que harían "todo lo posible" para evitar que el texto quedase en papel mojado, y así ha sido.
En los momentos previos a la votación, y ante unas cuentas ajustadas en cuanto apoyos, fuentes de Unidas Podemos han trasladado su intento de atar el voto de Junts, que se ha mostrado díscolo con anterioridad. Otros partidos como Coalición Canaria, viraban de la abstención al 'no', lo que complicaba el escenario. No obstante, se ha conseguido sacar adelante gracias a la coalición, ERC, EH Bildu y el apoyo logrado in extremis de Junts. De sus cuatro diputados, los independentistas han cedido dos 'síes' y han mantenido dos abstenciones. Frente a ellos, toda la derecha, con el 'no' de socios habituales como el PNV, el PRC o Más País. Teruel Existe y el BNG se han abstenido.
Concretamente, en el pleno de este jueves, se han votado la propia ley de protección animal, que ha traído de cabeza durante meses a los socios de Gobierno. Por un lado, se ha votado el texto de carácter ordinario, para el que bastaba mayoría simple, con más síes que noes. Esta ha alcanzado los 174 votos. Por otro lado, la complicación ha sido la reforma del Código Penal, que trata todo lo relacionado con el maltrato animal y con carácter orgánico; requiriéndose una mayoría de 175 diputados de 349. En esta votación se han sumado tres más gracias a Junts. El giro de los morados, que ha acabado tragando con "la enmienda de la vergüenza" planteada por el PSOE "después de llegar a un acuerdo en Consejo de Ministros", se ha fundamentado en 'el mal menor'. En el debate previo, el diputado Juan López de Uralde, que ha señalado a los socialistas por ceder a la "presión de lobby de la caza", ha ensalzado la pugna contra el sacrificio y el maltrato, o el uso de los animales en el circo, entre otros, por el que defiende la ley.
Tanto PSOE como Unidas Podemos han puesto en cuestión el posicionamiento contrario de "la derecha", basada "en bulos y tergiversación". "No se desprotege, no se va a prohibir la caza (...) hay un intento de enmascarar que lo que queremos es avanzar en derechos y garantías para todos". Además, desde el PSOE, la diputada Begoña Nasarre ha abogado por mantener unida la alianza, huyendo de la confrontación. Ya al cierre del debate, la ministra de Derechos Sociales y propulsora de la norma, Ione Belarra, ha afirmado que se da un paso "adelante" en favor "de la sensibilidad", atendiendo a la voluntad "de la mayoría social". "Votar 'no' es hacerlo a favor de los que cuelgan perros de caza a final de temporada o que entierran cachorros vivos", ha señalado Belarra a los opositores a esta norma; "cuenten conmigo para seguir trabajado".
De manera posterior al pleno, el propio Grupo Socialista, en fuentes del partido, incidían en ello. "Ante las mentiras de la derecha, la ultraderecha y sectores interesados, esta ley protege a todos los animales, sin exclusión de ningún tipo (...) y está alineada a las normativas europea, estatal y autonómica, sin dejar fuera de la protección y la garantía del bienestar animal a todos los animales en cuestión de maltrato y abandono. Siempre buscamos soluciones para el interés general, y gobernar para la mayoría social de nuestro país. Esta ley es un buen ejemplo de ello", han recalcado.
Oposición de socios y el bloque conservador
Socios habituales del Ejecutivo, como el PNV, Más País o el BNG se han mostrado críticos por la voluntad de esta ley. Los nacionalistas vascos han afirmado que desde el principio, el proyecto ha nacido "mal", ya que invade las competencias del País Vasco, que cuenta con su propia legislación como otras comunidades. Néstor Rego, diputado del BNG, se ha posicionado en la abstención por "las luces y sombras" que arroja la ley, con "vacíos legales". Sobre ellos ha hablado Íñigo Errejón desde la tribuna, apelando a que además de dejar "fuera a los animales de caza, a la industria peletera y la tauromaquia". Además, considera que la reforma penal aún permitiría "librarse" a aquellos maltratadores de animales. "Afrontarían solo multas, esta ley protege menos que otras leyes autonómicas", ha asegurado. En ello ha incidido ERC y su diputado Joan Capdevila. "El Código Penal vigente en maltrato es más estricto que lo que se trae ha votación", ha expresado en la toma de posiciones.
En el bloque de centroderecha, Ciudadanos ha trasladado que la legislación aporta confusiones como la necesidad de "realizar un curso para tener, por ejemplo, un loro, mientras que no se necesita para tener un hijo". Ha añadido a ello que, la prohibición que se hace de poseer animales exóticos o venenosos, pero a la vez de abandonarlos o "cederlos" a instituciones, supone una contradicción. Vox ha definido la ley como "chapucera" y ha afeado a la cuota "comunista" del Ejecutivo haber apoyado el dictamen pese a contener la enmienda del PSOE, faltando a su palabra.
El acento lo ha marcado el PP. La parlamentaria Milagros Marcos ha puesto en jaque la ley porque considera que "no protege, no impide el maltrato, afecta a la salud pública, puede provocar problemas de control de plagas, y perjudica a la gente que cada día lucha por mantener vivo el mundo rural". La popular ha exigido a la izquierda que "escuche a los sectores" y desista de fomentar "leyes chapuceras", el mismo término empleado por los de Santiago Abascal. Ha resaltado que "nuevamente se subasta el Código Peal", y que, como indica el CGPJ, se establecen penas "desproporcionadas". "Se castiga más la agresión a un animal que a una mujer o una persona con discapacidad".
Ahora, la norma viajará al Senado para su aprobación definitiva a pleno. La cesión de Unidas Podemos y el acercamiento del PSOE, refleja un intento entre socios de reducir las diferencias, al menos de cara el público, para gestionar de la manera menos adversa lo que resta de legislatura. Y con unos comicios locales y autonómicos en mayo, que, cada vez dejan más patente, con una mayor dificultad para alcanzar mayorías, que los partidos buscan fortalecer posiciones.
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