Es una imagen que se repite cada vez con mayor frecuencia y en un mayor número de lugares. En España la presencia de las armas blancas, fundamentalmente navajas, es ya un quebradero de cabeza para las instituciones y los cuerpos policiales que ven cómo su presencia se incrementa de año en año. Sólo en el último lustros en nuestro país los homicidios y asesinatos por arma blanca suman 540 fallecimientos. Desde 2017 las muertes violentas por el empleo de algún arma blanca superan las 80 cada año, llegando casi al millar de muertes en la última década.
Y es sólo una parte del problema. Las peleas y altercados en los que la presencia de navajas o elementos similares está presente también ha ido aumentando. Según datos recabados por las policías locales, la Guardia Civil y la Policía Nacional, en estos últimos cinco años los heridos a consecuencia del empleo de este tipo de armas han aumentado un 36%. Si en 2017 en nuestro país 2.400 personas resultaron heridas a consecuencia de ellas, fundamentalmente navajas, el año pasado, sólo en los once primeros meses de 2022, esa cifra ya alcanzaba los 3.272 heridos.
En algunas comunidades autónomas ya han comenzado a reforzar la vigilancia y control sobre este tipo de armas y a endurecer las sanciones que se imponen por su uso prohibido. En Euskadi la semana pasada entró en vigor una nueva normativa según la cual la sanción por llevar un arma prohibida aumentaba de los 900 a los 1.500 euros. Incluso portar un arma reglamentaria pero en una situación o contexto no permitido también será más castigado, 1.000 euros frente a los 600 euros establecidos hasta ahora. El empleo de navajas o armas blancas bajo los efectos del alcohol o las drogas, como herramienta para amenazar o agredir ha comenzado a ser castigado con hasta 4.000 euros, el doble que hasta ahora.
Menos de 11 centímetros
También en Cataluña se ha activado un plan para reducir la presencia de armas blancas en las calles, en especial en los entornos de ocio y de aglomeraciones de personas. Los datos oficiales aportados por los Mossos d’esquadra muestran como el año pasado se registraron 1.823 ataques con un arma blanca en Cataluña, un 44% más que en 2019. También se interpusieron 6.267 denuncias administrativas por tenencia de armas, un 80% más que en 2019.
La ley de seguridad Ciudadana prohíbe portar navajas o elementos que puedan suponer un riesgo para la integridad de las personas. El reglamento de armas, en su artículo 4 prohíbe el uso de navajas automáticas, navajas de doble filo y navajas de más de 11 centímetros de hoja. En definitiva, tan sólo estaría permitidas las navajas de menos de 11 centímetros, de un solo filo y manuales, y en un contexto y uso que no sea de riesgo. En términos generales las sanciones administrativas pueden oscilar de entre los 300 y los 30.000 euros.
Los cacheos en áreas consideradas de riesgo, como discotecas, eventos multitudinarios o similares, también han comenzado a extenderse en muchos lugares. En el País Vasco, los graves altercados de los últimos meses en los que el uso de navajas ha provocado heridos de gravedad o incluso la muerte de jóvenes, ha llevado al Ejecutivo vasco a contemplar el margen legal que tendría para poder establecer la obligación de instalar detectores de metales en el acceso a algunas discotecas o eventos.
Alicante, Almería o Málaga
Sólo el año pasado los cuerpos fuerzas de seguridad del Estado se incautaron de más de 27.800 navajas y armas blancas. Se trata de una cantidad que ha ido en aumento en los últimos años y que sumados los últimos cinco años rebasa la cantidad de 151.000 armas blancas incautadas por la Guardia Civil, la Policía Nacional y las Policías Locales. Se trata de una cifra a la que se debería añadir las miles de armas blancas incautadas por la Ertzaintza y los Mossos d’Esquadra en Euskadi y Cataluña en esos años.
En algunas provincias sorprende la alta presencia de este tipo de armas y sus consecuencias. Así, la Comunidad de Madrid, con 16 asesinatos el año pasado, encabeza el número de fallecidos tras verse implicados en alguna agresión provocada por arma blanca. Llama la atención como provincias menores, como Alicante o Almería registran cinco muertes cada una de ellas o Málaga con seis.
Es precisamente Alicante una de las provincias donde el número de armas decomisadas es más elevado, con 2.452 armas, lo que supone más del doble de lo que la Ertzaintza incautó el año pasado en todo el País Vasco. Donde se lleva a cabo un mayor número de incautaciones al año es en Madrid, con 4.483 de Madrid, seguida de las 3.496 de Valencia. En provincias como Sevilla, la Policía Nacional y la Guardia Civil se incautaron el año pasado de casi 1.600 armas blancas.
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