A punto de cumplirse un año de la carta que escenificó el giro copernicano en el conflicto del Sáhara Occidental, el Gobierno admite por primera vez que no se midieron las consecuencias que una decisión de política exterior española difundida por la Casa Real marroquí podría tener en las relaciones comerciales con Argelia, hasta entonces principal socio gasístico. La consigna ahora es apostarlo todo a la carta de Marruecos.

Según ha podido saber El Independiente, ese reconocimiento es el nítido mensaje que han trasladado altos cargos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo -que sigue dirigiendo Reyes Maroto, a pesar de ser la candidata del PSOE a la Alcaldía de Madrid- a algunos de los empresarios españoles afectados por la crisis abierta con Argel. El pasado julio el régimen de Abdelmadjid Tebboune rompió unilateralmente el tratado de buena vecindad e impuso el bloqueo de las operaciones de comercio exterior con España, en represalia por el histórico cambio de posición de Moncloa en el litigio del Sáhara Occidental, la ex colonia española que, tras 47 de ocupación marroquí, es el último territorio por descolonizar en África.

"No se podían prever las consecuencias"

En una de las reuniones mantenidas en el ministerio, las compañías españolas afincadas al otro lado del Mediterráneo -en su mayoría, pequeñas y medianas repartidas por todo el territorio- recibieron como respuesta, tras meses de incertidumbre, que desde el Ejecutivo “no podían saber ni prever las consecuencias” de una decisión que reconoce el plan de autonomía marroquí para el Sáhara como “la base más seria, realista y creíble” para la resolución del conflicto, reactivado por el fin del alto fuego por parte del Frente Polisario en noviembre de 2020.

Unas declaraciones que el empresariado participante considera la constatación de que el cambio -una acción unilateral del PSOE, sin el apoyo del ala morada del Gobierno de coalición ni apoyo parlamentario- es “un movimiento político para satisfacer las demandas de Marruecos sin tener en cuenta los perjuicios que ello podía suponer en las relaciones con Argelia”. Según fuentes consultadas por este diario, las pérdidas acumuladas por las empresas españolas con negocios en Argelia superan ya los 600 millones de euros, una sangría que -sin visos de una rápida resolución- acumula nuevos números rojos a diario.

En 2021 las exportaciones desde España hacia Argelia supusieron 2.700 millones de euros, frente a los cerca de 9.500 millones de euros de las exportaciones con Marruecos como destino. Un dato que desde el ministerio mencionan para ilustrar la disminución gradual de las ventas a Argel, producto de las trabas burocráticas y el enfriamiento de las relaciones comerciales. Una estrategia que quedó patente en la Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos, celebrada en Rabat. A pesar del desplante de Mohamed VI a Pedro Sánchez, ambos países rubricaron una veintena de memorandos de entendimiento en diversos sectores y un protocolo financiero de 800 millones de euros para facilitar las inversiones españolas en el país magrebí. A cambio, se estableció el compromiso recíproco de “no ofenderse” en asuntos de soberanía.

Apostar por Marruecos, la estrategia de Moncloa

Un plan que pasa por aprovechar las inversiones lanzadas en Rabat para captar inversión privadas. Entre los proyectos en busca de socio extranjero figura la compra a corto plazo de entre ochenta y cien nuevos trenes, de una velocidad de hasta 200 km/hora, con un coste que ronda los 839 millones de euros. Talgo y Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) han mostrado interés en la licitación cuyo resultado debería hacerse público en la primera mitad de 2023.

Hay que hacer una lectura correcta de las causas, como la pandemia y los graves problemas políticos internos que supuso el cambio de presidente en Argelia, alegan las empresas

También seduce la ampliación del itinerario de la alta velocidad hacia las ciudades sureñas de Kenitra y Marrakech, con un presupuesto de 3.800 millones de euros, que conectaría con la actual ruta que enlaza Tánger y Casablanca. En ambos casos, España tendrá la dura competencia de Francia, ya asentado en el país, y China.

Otro de los sectores donde, si la inestabilidad histórica de las relaciones hispano-marroquíes lo permite, se abren oportunidades es en la construcción de desalinizadoras, comenzando por la de Casablanca, a la que aspiran Acciona de la mano de firmas locales. El propósito último es duplicar el número actual de desalinizadoras -apenas nueve- en el plazo de siete años.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, durante el pleno de la XII Reunión de Alto Nivel Marruecos-España, en la sede del Ministerio de Exteriores marroquí.

Los afectados contradicen al Ejecutivo

Las empresas afectadas por el cierre del mercado argelino, con una facturación que oscila entre los 2 y 12 millones de euros, no comparten el análisis sobre la necesidad de optar por uno de los dos mercados. “Les transmitimos nuestro total desacuerdo en los motivos  expuestos y corregimos su conclusión. Hay que hacer una lectura correcta de las causas, como la pandemia del covid y los graves problemas políticos internos que supuso el cambio de presidente. Todo eso contribuyó a un enfriamiento importante de la economía argelina, el único  y principal causante directo en la reducción de las importaciones  de Argelia a nivel general y no específico con el mercado español”, señala uno de los empresarios asistentes a la reunión. Subrayan, además, que en la cuantía de las exportaciones a Marruecos no se cifra el porcentaje que representan las reventas de gas de España.

España asegura que 'los intereses comerciales con Marruecos son superiores a los de Argelia'

En el encuentro, los afectados trasladaron a sus interlocutores la extrema debilidad de algunas de las firmas, que dependen íntegramente de su negocio con el país árabe. La respuesta gubernamental les resultó desconcertante. “Nos dijeron literalmente que no había que haber puesto todos los huevos en la misma cesta, cuando en muchos casos se entró en el mercado argelino con el acompañamiento de la administración española”, se quejan desde el entorno de las empresas. En una conversación telefónica, semanas después de celebrarse la citada reunión, el ministerio de Reyes Maroto no aportó soluciones, denuncian los empresarios.

A pregunta de las compañías, que llegaron a plantear una rectificación de Exteriores que pudiera allanar el camino, el ministerio se limitó a admitir que la coyuntura con Argelia, que afecta a todos los ámbitos de interlocución, es de “complicada solución”. España, apuntan los empresarios, ha decidido sacrificar su estratégica relación con Argelia -que, sin contemplaciones, está ocupando Italia-. “Sus comentarios nos resultan frustrantes. Demuestra una falta de empatía hacia las empresas, que han invertido esfuerzo dedicación y recursos  desde 1999 en la apertura y consolidación de un mercado tan particular y exigente como el de Argelia. Si no se remedia, estaremos abocados a perder nuestra posición estratégica en Argelia, a tener que volver a empezar de cero con la pérdida de un mercado donde ya se está establecido”, esbozan.

Unos lamentos que han encontrado una justificación sin medias tintas en los despachos del ministerio. Se insiste en que “los intereses comerciales con Marruecos son superiores a los de Argelia” y se advierte de que el Ejecutivo no está dispuesto ahora a “incurrir en rectificaciones que puedan, en este caso sí, hacer peligrar las relaciones comerciales con Marruecos bajo ningún concepto”. Un compromiso que los responsables de Industria, Comercio y Turismo acompañaron con una sugerencia: “cambiar de país”.

Desde el empresariado se recalca, además, la pasividad del departamento que dirige aún Maroto, a falta de concretar cuándo abandonará el ministerio camino de la campaña de las elecciones municipales del próximo mayo. Desconfían incluso de las informaciones que le han trasladado desde Madrid y que contrastan con el ambiente en los despachos de Argel y lo que transmiten desde la embajada española en la capital argelina. “Es que no existe ningún tipo de negociación”, deslizan las empresas, que se enfrentan al escenario de la rescisión de contratos.

Entre las promesas que han caído en saco roto, figura el compromiso del ministerio de conceder ayudas a los afectados para tratar de capear el temporal. Solo la docena de empresas participantes en la reunión de este martes cifra las pérdidas en alrededor de 150 millones de euros, en su mayoría, PYMES con entre 2 y 12 millones de facturación. “De eso no hay nada”, se quejan. Un "inmovilismo" y “un abandono” que van a motivar en los próximos días la constitución de una asociación de afectados. “Lo que le hemos manifestado es que no nos vale eso de que 'no se podía saber' la reacción de Argelia. Ahora ya la saben”, replican.