98 días. Solo 98 días por delante para las elecciones municipales y autonómicas. Los barones socialistas afrontan los comicios con moderado optimismo, sin euforia ni alivio porque saben, como sabe Ferraz, que la competición con el PP será muy ajustada y nada está ganado o perdido de antemano. El terreno que pisan es incierto. También porque el escenario a su izquierda está aún abierto. Sumar, la plataforma con la está construyendo su proyecto Yolanda Díaz no concurrirá el 28 de mayo, pero para el PSOE el papel de la vicepresidenta segunda del Gobierno no es irrelevante en los próximos comicios.
No lo es para algunos líderes y mandos territoriales, que creen que ella puede ayudar a la unidad de las candidaturas de izquierda y empujar al conjunto de fuerzas progresistas. Pero no para otros, que difieren y creen que el papel de Díaz es más lateral en unas elecciones que pretenden que basculen sobre su gestión en comunidades autónomas y ayuntamientos y no sobre dinámicas nacionales. La pegada electoral de la ministra de Trabajo, señalan, es por ahora una incógnita, dado que no cuenta todavía con una marca propia ni una alianza forjada con Podemos. Porque Díaz, de hecho, ni siquiera ha dado el paso oficial de postularse como candidata a la Moncloa ni lo hará de manera inminente, pese a la presión de los morados. Lo que sí es un hecho es que el PSOE no solo depende de sí mismo el 28-M. En la mayor parte de los casos, solo podrá mantenerse en el poder si su izquierda no se desploma. Hoy, preside nueve de las 12 comunidades que celebran elecciones —y cogobierna en una décima, Cantabria, con el PRC—, dirige 22 capitales de provincia (del total de 52), tiene 2.500 alcaldes y casi 22.500 concejales.
Los territorios esperan que se cierre pronto la herida del 'sí es sí', mientras Ferraz y la Moncloa intentan situar el foco en la sanidad y educación públicas
A falta de encuestas más cercanas a las urnas, los barones socialistas esperan que el castigo por la ley del solo sí es sí se mitigue en cuanto se culmine su reforma. La norma está abrasando al Gobierno día a día, como admiten de hecho en la Moncloa, y la crisis con el socio minoritario de la coalición sigue abierta. Ambos partidos quieren encapsular la herida y niegan que el Ejecutivo pueda romperse. El propio Pedro Sánchez, que también ha abonado el terreno a que la modificación legal pueda ser aprobada gracias al PP, retaba a Podemos a presentar su propuesta de cambio, demanda que Igualdad rechazó atender, pero apenas 24 horas más tarde, desde Eslovenia, remarcó que se sentía "orgulloso" de su Gabinete y de todos sus ministros, incluida la titular de Igualdad, Irene Montero.
El líder socialista, de manera evidente, pretende presentar su coalición como su aval para los comicios. Para el 28-M y para las generales de fin de año. Pese a las "discrepancias" entre los socios, como reconoció el viernes. El partido intenta bajar la tensión interna y conducir el debate público a otro terreno más favorable: la defensa de la sanidad pública, aprovechando la multitudinaria protesta contra la gestión de Isabel Díaz Ayuso en Madrid hace una semana y también que la preocupación ciudadana ha crecido —es la cuarta inquietud (17,9%), según el último barómetro del CIS—, y la apuesta por la educación pública. Este mismo sábado, desde Zaragoza y acompañado por el presidente aragonés, Javier Lambán —uno de los barones más distantes de Ferraz, junto al castellanomanchego Emiliano García-Page—, anunció "el mayor reparto de partidas en becas de nuestra historia, un total de 2.520 millones de euros, 1.000 millones más que los consignados por los distintos gobiernos del Partido Popular". Pero Alberto Núñez Feijóo continúa percutiendo por la "chapuza" del sí es sí. La reforma de la ley no ha salido de la primera línea informativa.
¿Sánchez lastra?
"Está claro que se tiene que cerrar el sí es sí. Me incomoda que sea con el PP —manifiesta un alto cargo territorial socialista, miembro de un Gobierno autonómico—, sobre todo en vísperas del 8-M, pero que sea cuanto antes si tiene que ser así. Pero la parte positiva es que la economía va muy fuerte y aquí hay falta de motivación para un cambio".
Los candidatos quieren hacer una campaña centrada en su realidad y la dirección ha concedido autonomía a los líderes regionales. Reina por ahora un prudente optimismo
Esta lectura se extiende por el partido. Que pese a temáticas muy adversas, como el sí es sí —la reforma de la malversación y la derogación de la sedición no ha tenido por ahora una traducción en rebajas de penas por corrupción, tan temida en diciembre—, primará en el votante su bolsillo. Y su conciencia, esperan, de que el 28-M se celebran elecciones autonómicas y municipales. Y no generales. "Los ciudadanos cada vez tienen más claro qué votan. Nosotros tenemos aquí 450 alcaldes, más de 4.000 concejales —sentencia un primer espada del PSOE andaluz, la federación más potente del partido—, y estamos seguros de que habrá una valoración positiva del electorado. El efecto Juanma Moreno ha pasado".
Es cierto que no en todos los territorios tienen la misma percepción. "Todo puede ocurrir. En este momento, el impacto de Sánchez es letal para nosotros", observan con inquietud en el círculo de Lambán. En Castilla-La Mancha, sin embargo, subrayan que tienen buenos datos y que las "sensaciones en la calle son estupendas". El hilo conductor que une a los candidatos socialistas, no obstante, es la planificación de una campaña micro, centrada en los temas locales y regionales, defendiendo su gestión allá donde gobiernan o su labor de oposición. Y Ferraz ha concedido autonomía a sus barones, lo que no quiere decir, en absoluto, que Sánchez no vaya a implicarse en la campaña del 28-M. Desde el arranque de 2023, de hecho, protagoniza mítines cada semana para presentar candidatos a las locales junto al líder autonómico de turno. Como este sábado en Zaragoza con Lambán y con la aspirante a la alcaldía de la ciudad, Lola Ranera, en un acto con unos mil militantes y simpatizantes.
El sí es sí marcará, previsiblemente, el devenir de la coalición en estos últimos meses de legislatura. El socio minoritario cuenta con una líder ascendente, Yolanda Díaz, pero que aún no es candidata oficial, aunque todos en su entorno dan por descontado que lo será. En federaciones socialistas como Madrid, La Rioja o Baleares, igual que en Ferraz, creen que la vicepresidenta sí tiene un papel por cumplir en mayo, por mucho que Sumar no concurra. "Nos vendría muy bien que Yolanda empujara un poco. Aquí en La Rioja sí sería bueno. Porque de lo contrario, quizá Podemos e IU no terminen de entenderse", señalan fuentes muy próximas a la presidenta autonómica, Concha Andreu. Ella persigue la mayoría absoluta (17 diputados, y ahora tiene 15), para no depender de los morados, pero necesita ese colchón de seguridad, y que concurran unidos, en una región muy conservadora y feudo clásico de los populares, que estrenan candidato, el exconsejero Gonzalo Capellán. "Concha está fuerte, su gestión está bien valorada y además el PP está en descomposición", recuerdan en su entorno, aludiendo al hecho de que un histórico cargo popular, Alberto Bretón, anunció el lanzamiento de un nuevo partido, Por La Rioja, nutrido de descontentos del PP y del Partido Riojano. "Estamos muy bien, muy unidos, con mucha ilusión. Confianza total", insisten fuentes muy próximas a Andreu.
En Madrid, Baleares o La Rioja sí creen que Díaz puede animar la movilización de la izquierda o fomentar el cierre de listas de unidad
En Madrid, la preocupación gira en torno a la división entre Más Madrid —segunda fuerza en la región, primera en la capital— y Unidas Podemos, porque si los morados no alcanzan el umbral del 5% del voto en las autonómicas, se quedarían fuera de la Asamblea de Madrid y sus votos se perderían. En la ciudad, Podemos no tiene hoy representación y precisaría el 5%, barrera alta para la formación y para los carmenistas de Recupera Madrid. "La división entre Podemos y Más Madrid no es buena cosa para la izquierda. Y es que de Yolanda no entendemos nada. Es que si no te mojas no eres activo de nada, pero debería al menos hacer campaña como vicepresidenta", indican fuentes del entorno del secretario regional, Juan Lobato.
La importancia de la barrera electoral
"La unión a nuestra izquierda es fundamental", apuntan en el mismo sentido en el círculo de la presidenta balear, Francina Armengol. "Yolanda se ha ofrecido a ayudar en campaña —añade otro alto mando de su equipo—, y puede contribuir a movilizar. Donde se le pida ayudará a las fuerzas de izquierda, y espero que se lo pidan. Si no, podrá venir como Gobierno y que movilice, porque es un buen activo. En Ibiza, que tiene una población compleja, ella tiene muy buen perfil".
En Valencia, se estima que el peso de la ministra será menor porque su espacio lo ocupa Compromís. Y en Andalucía limitan su impacto a las grandes ciudades o a Cádiz
Pero la opinión de otras federaciones socialistas es muy distinta. "Yolanda en la Comunitat no tiene incidencia. Es un espacio ocupado por Compromís, que es una marca muy consolidada. En otros sitios donde solo existe Podemos puede que sí pese más ella", aseguran fuentes del entorno del president valenciano, Ximo Puig. La Comunitat es una de las joyas de la corona del PSOE y que el PP ambiciona reconquistar. El barón socialista podría repetir sumando a Compromís y si los morados, en caso de que repitan coalición con Esquerra Unida (la marca autonómica de IU), superan el listón del 5%. De quedarse fuera, reeditar el pacto del Botànic se antoja mucho más complicado. En los últimos días ha vuelto a resurgir la posibilidad de aprobar de manera exprés una reforma de la ley electoral para bajar la barrera al 3%. La iniciativa parte de Cs, pero sus votos (13), sumados a los del tripartito (52) no son suficientes para impulsarla: se requieren 66, así que falta uno, que podría pescarse en los tránsfugas de los naranjas o de Vox. Pero el PSPV no se fía, confirman desde su dirección a este diario, y quiere tener garantías antes de comprometerse a impulsar el cambio legal. Puig en cualquier caso, está marcando día a día distancias con la Moncloa y con Ferraz, y en esa estrategia se enmarca su último paso: llevar al Supremo al Gobierno por el recorte del trasvase Tajo-Segura.
En Andalucía, donde solo se celebran locales el 28-M, limitan mucho el impacto electoral de Díaz. "Puede tener su entrada en Cádiz o en grandes núcleos urbanos, pero en la mayoría de municipios habrá un mano a mano de PSOE y PP, y nosotros tenemos una impronta muy municipalista —aseguran en la cúpula del líder regional, Juan Espadas—. El ambiente nacional puede afectar, pero esperamos que sea menor, y nosotros queremos trasladar el proyecto singularizado de nuestros candidatos, recordar cómo de cercanos y sensibles han estado nuestros alcaldes en la pandemia, por ejemplo. El contexto es muy distinto al de las autonómicas del año pasado y el resultado confiemos en que también". El feudo principal es, obviamente, Sevilla, la principal ciudad en manos de los socialistas y en la que Ferraz se está empleando a fondo. El alcalde, Antonio Muñoz, que tomó el testigo de Espadas hace poco más de un año, confía en seguir gobernando, ofreciendo un nuevo relato de Sevilla, no solo focalizado en el turismo, pero también necesita que Podemos e IU concurran juntos.
"Los de Madrid, para ayudar, lo mejor que pueden hacer es quedarse en Madrid, incluida Yolanda, que me parece un bluf", señalan desde la dirección del PSOE aragonés, donde insisten en que confeccionarán una campaña puramente autonómica frente al candidato del PP, Jorge Azcón, alcalde de Zaragoza. Se prevé que su batalla con Lambán sea ajustada, pero el actual presidente tiene más capacidad de suma: ahora mismo dirige un cuatripartito (con PAR, Chunta y Podemos, e IU desde fuera) que se ha probado estable en esta legislatura.
El "nosotros, a lo nuestro" que apuntan en Extremadura es compartido por otros presidentes, que quieren focalizar la campaña en su gestión de estos años
También Page hará valer su gestión en Castilla-La Mancha y su discurso diferenciado de Sánchez y Ferraz, que ha enfatizado consciente de que sus electores están más situados a la derecha. Pero él necesita preservar su mayoría absoluta, porque los morados son, por ahora, extraparlamentarios. "Madrid está muy lejos. Nosotros, a lo nuestro", repiten en el círculo del presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, también secretario de Política Autonómica de la dirección federal de Sánchez. El barón regional disfruta de mayoría absoluta, pero de perderla necesitaría el sostén de Podemos, que aún aguanta en la Asamblea autonómica, según las encuestas.
Tampoco en Cataluña
"Estamos con el lío de los trenes. Nos trae sin cuidado lo que haga Yolanda o lo que deje de hacer", despachan fuentes muy próximas al presidente de Asturias, Adrián Barbón, un barón muy consolidado y que en principio no tendría problemas para repetir en el Gobierno pero al que ha estallado el fiasco por los convoyes encargados que no cabrían en los túneles del Principado ni en los de Cantabria. En esta última comunidad, los socialistas están convencidos de que podrá mantenerse el pacto con el PRC de Miguel Ángel Revilla, e incluso que juntos podrían conquistar la alcaldía de Santander, desde la Transición siempre en manos de la derecha.
Si Sumar y Podemos cierran un acuerdo antes del 28-M, resume un alto mando regional, puede ayudar a minimizar ciertos riesgos, se lanzaría un mensaje "positivo"
En Cataluña, el PSC parte con buenas expectativas de cara al 28-M. Aspira a reconquistar Barcelona, que cedió en 2011 a Xavier Trias, ahora de nuevo candidato por Junts y con opciones de regresar a la alcaldía. "Las cosas están bien en Cataluña y tenemos buenas perspectivas. Lo de Yolanda no afecta en ningún sentido. Aquí es indiferente", subrayan fuentes muy cercanas al primer secretario del partido, el exministro Salvador Illa. En la comunidad, la referencia es Ada Colau, regidora de la capital desde 2015 y cuyo bastón de mando ahora peligra.
En otros puntos como Murcia, el problema al que se enfrentan los socialistas es muy diferente, como reseñan en la cúpula del líder regional, Pepe Vélez: "Aquí el problema es que Vox tiene demasiada fuerza y junto a PP suman una mayoría muy fuerte. De todas formas, no vamos a dar nada por perdido. Es muy posible que en otros territorios el efecto Yolanda sea necesario, pero aquí no lo creemos, no lo vemos determinante".
A fin de cuentas, la repercusión de Díaz el 28-M también dependerá de otro elemento que destacan en la cúpula de los socialistas gallegos: "Si Sumar y Podemos cierran un acuerdo [de cara a generales] antes de las autonómicas y municipales, lanzarían un mensaje positivo. Otra cosa es que ahí hay dificultades serias como para que cuaje antes del 28-M, entre otras porque juntos el 28-M está claro que no van a ir [por ejemplo, Más Madrid es seguro que irá por separado]. Ahora, que ella cierre la grieta con Podemos, acuerde el reparto y la cuota de cada uno y se dejan de pelear entre ellos, pueden ayudar a minimizar algunas cosas. De todas formas, el nivel de influencia de Yolanda en regionales y locales, no obstante, es bajo. Sí puede dar certidumbre de una pugna ordenada y no fragmentada frente al bloque de PP y Vox".
Falta de implantación territorial
El gran problema para la política gallega, como para cualquier proyecto nuevo, reseña esta fuente del PSdeG, es su implantación territorial. Si es débil, alerta, no cogerá vuelo. Otro es su falta de fuerza para imponerse sobre sus posibles aliados y evitar la ruptura: "No tiene capacidad para evitar que UP y Más Madrid vayan separados, o que en Andalucía pasara lo que pasó en 2022 [el acuerdo de las izquierdas se cerró in extremis y, de hecho, Podemos no llegó al registro]".
"Estas elecciones van con Yolanda, y mucho", avisan en Ferraz. "Ella dijo que Sumar no se presentaba el 28-M, no que no fuese a hacer campaña", conceden en el entorno de Díaz
En definitiva, no hay una opinión unánime en el PSOE sobre el efecto Díaz. "Cada territorio es un mundo. Es una constatación de los que saben de cada territorio", concluyen en Ferraz. En la cúpula federal han llamado en numerosas ocasiones a la unidad de su izquierda, y por eso sí reclaman a la vicepresidenta que se mueva. "¿Es que no van con ella estas elecciones? Sí van, y mucho", advierten en el cuartel general de los socialistas. "Yolanda puede ayudar. Todo lo que sea sumar nos beneficia a la izquierda —valora un miembro de la ejecutiva de Sánchez—. Pero han de organizarse entre ellos. Están reconstruyendo su espacio. No veo a Yolanda especialmente nerviosa, y todos saben que tienen que entenderse. No queda otra. Son conscientes de lo que nos jugamos".
En el equipo de la vicepresidenta, guardan con celo sus planes. "Ella dijo que Sumar no se presentaba. Pero no que no fuese a hacer campaña", explican. Cómo, cuándo y con quién está todavía en duda. 98 días por delante en los que aún faltan cartas por conocer. Y la de Díaz, si se materializa, puede pesar.
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