Este lunes, Vox registra en el Congreso de los Diputados su moción de censura al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Lo hará casi tres mes después de que Santiago Abascal, el presidente de la formación, lo anunciase a través de un comunicado audiovisual difundido por los canales del partido desde su despacho de la sede nacional de Bambú. Ésta será la segunda ocasión en la que los de Abascal recurran a la herramienta parlamentaria en la legislatura; pero la sexta vez que se pone en práctica en la democracia. La primera, propuesta por el PSOE de Felipe González contra Adolfo Suárez, lo encarriló para ganar sus primeras elecciones en 1982, dos años después. En 1987, el líder popular Antonio Hernández Mancha -que atravesaba la misma situación política que Alberto Núñez Feijóo, sin escaño y desde el Senado- la utilizó para marcar posiciones concienciado del fracaso. Las tres últimas se han producido en los últimos seis años: Pablo Iglesias y Unidas Podemos frente a Mariano Rajoy en 2017; la de Sánchez un año después, que ha sido la única que ha prosperado; y la de Abascal en 2020.
En esta ocasión, y pese a que nunca ha sido un impedimento bajo la actual Constitución, la moción de censura destaca por estar encabezada por un independiente: el economista y exdiputado del PCE Ramón Tamames. Y es que la finalidad de la misma, según Abascal y Vox, es sumar fuerzas plurales -algo que no ha conseguido por la oposición de PP y Ciudadanos a participar- para desbancar al jefe del Gobierno y convocar elecciones inmediatamente. Ello sin que ninguna corriente ideológica concreta la acabe capitalizando. Asimismo, un segundo aspecto, es que Tamames será el candidato a liderar el Ejecutivo con mayor edad en democracia a sus 89 años.
Una vez que la propuesta de moción pase a la administración del Parlamento, se inicia un proceso bajo unos criterios concretados en la Constitución, en sus artículos 113 y 114, y en el reglamento del Congreso de los Diputados entre sus puntos 175 y 179. Este será el camino que seguirá la demanda de moción a Sánchez.
Requerimiento de una décima parte de la cámara. El primer partido que puso sobre la mesa la "necesidad" de impulsar una moción de censura al Gobierno, por las decisiones adoptadas en torno a la reforma del Código Penal -en los términos de supresión de la sedición y rebaja de la malversación-, fue Ciudadanos en su etapa anterior; bajo la presidencia de Inés Arrimadas. La ahora solo portavoz parlamentaria demandaba un posicionamiento exclusivo de Feijóo al frente de la moción, y abogaba por el contacto con otras fuerzas como Vox para desarrollarlo. Y es que para promocionarla, es necesario contar con una representación de 35 miembros o más en las Cortes. Los naranjas, ahora, se desentienden de la moción y consideran que no es el mejor instrumento frente a Sánchez. La impulsará solo Vox, que cuenta dentro de su grupo con 52 parlamentarios. Algo de lo que dará crédito en primer lugar la Mesa del Congreso con la presidenta Meritxell Batet a la cabeza.
Dos días para presentar alternativas. Una vez la Mesa dé el visto bueno, se abre un primer plazo para que otros partidos presenten alternativas en la cámara. Esto no está previsto que ocurra. De suceder, se deberá seguir la misma cifra parlamentaria de apoyo.
Cinco días para fijar el debate. Transcurridos cinco días desde que se presenta y acepta la moción, incluidos entre medias los dos para atender alternativas, Batet puede elegir la fecha que considere oportuna para celebrar los dos plenos de debate. La peculiaridad de este trámite es que la presidenta del Congreso no está sujeta a un plazo concreto: puede convocarlo cuando quiera, por lo que partidos como el PP consideran que elegirá prolongarlo lo máximo posible para que coincida con las elecciones de mayo a instancias de Moncloa. Y es que, en definitiva, la moción no saldrá adelante por no contar con los apoyos suficientes ni existir una alternativa numérica a la de socios de Gobierno y de investidura.
Primera jornada del pleno. Una vez Batet determine la fecha, se realizarán dos plenos seguidos. Las últimas dos mociones celebraran se fijaron sobre el calendario entre las tres y las cuatro semanas siguientes al registro, por lo que la moción podría llegar bajo ese criterio desde el 21 y 22 de marzo hasta finales del mes. En el primer día del debate, se procederá a hacer la defensa de la moción ante el hemiciclo. Sin límite de tiempo, un representante del grupo proponente, intervendrá para dar cuenta de los motivos y la finalidad que le ha llevado a ello. Aquí entra en escena Vox y probablemente Abascal. Aunque no hay representante confirmado, por lo que podría hacer esa defensa el portavoz Iván Espinosa de los Monteros. De manera posterior, el candidato, Tamames, podrá hacer la exposición que quiera, también sin límite de tiempo. En cualquier momento, también podrá intervenir el presidente del Gobierno, Sánchez, si lo desea. Así lo confirman fuentes parlamentarias. Ello, puede alargar la jornada varias horas.
Réplicas a Tamames y a Vox en la segunda jornada. Al inicio del segundo día del debate, cada grupo podrá contestar a Tamames y Abascal -de ser el líder de Vox el interviniente- durante 30 minutos. El orden a seguir será de menor a mayor: desde el grupo mixto al PSOE. Y tras otra intervención, ahora solo de Tamames, los partidos tendrá posibilidad de pronunciarse otros diez minutos y en el mismo sentido, cerrando Patxi López o el portavoz que sea designado.
La votación. Esa mismo día, y tras un receso marcado por Batet, se procederá a someterse la moción de censura al voto de los diputados. Se requiere la mitad más uno de apoyo a la misma para que triunfe y Sánchez salga automáticamente del Gobierno. Por la peculiaridad actual, de 349 escaños ocupados y no 350, la mayoría es de 175. De ganar la moción Tamames y Vox, se considerará al primero como investido y la presidenta del Congreso lo comunicará inmediatamente al rey Felipe VI. Entonces, Tamames deberá conformar un nuevo Consejo de Ministros para, como mínimo, gestionar entre los 52 días de margen que deben pasar desde que se convocan las elecciones hasta que se cierran las urnas.
Vetada en el periodo de sesiones. De fracasar la moción, Vox no podrá presentar otra moción, al menos, hasta septiembre. Este ciclo de sesiones concluirá en julio, y el nuevo periodo se abrirá a la vuelta de verano, y ya a las puertas del cierre de legislatura.
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