El campo de juego entre la dirección nacional del PP y sus barones territoriales está muy bien definido. El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, pasa por ser muy respetuoso con sus organizaciones regionales, a las que ha dado libertad para hacer sus equipos y elaborar sus listas electorales para los comicios el 28-M, salvo algunas excepciones en aquellos territorios donde había conflictos internos. Pero esa concesión tiene una contrapartida, esto es, es "libertad absoluta a la hora de confeccionar las candidaturas para las elecciones generales", señalan fuentes de Génova a El Independiente.
Núñez Feijóo quiere asegurarse un Grupo Parlamentario unido y compacto con el que trabajar si llega al Gobierno de la Nación. Además, con unas encuestas electorales al alza, la tarea se antoja menos ingrata que si las perspectivas fueran malas y debiera verse obligado a "ajustar" la plantilla. De momento tiene los territorios bastante pacificados tras levantarse en armas hace un año contra Pablo Casado y Teodoro García Egea. "Se trabaja mejor cuando saben que no estamos conspirando contra ellos desde Génova", dice un alto dirigente popular.
Con la pacificación del partido, Génova espera no tener resistencias
Con la pacificación del partido, Génova espera no tener resistencias a la hora entrar en el siempre complicado proceso de elaboración de listas, sin descartar además que, si consiguen llegar a Moncloa tras las próximas elecciones generales, muchos de esos nombres darán el salto al Gobierno. Se da por seguro que tanto Borja Sémper como Íñigo de la Serna irán en las listas al Congreso de los Diputados, sin descartar algún regreso más entre los muchos ex dirigentes que preparan papeles a la dirección del PP. Una de las mayores incógnitas es con quién hará Feijóo tándem electoral, quién será su número dos de la lista madrileña, si se guarda alguna sorpresa al respecto.
Además, habrá que ver qué pasa con nombres como el de Cayetana Álvarez de Toledo, porque si bien públicamente se asegura contar con todos, hay destacados dirigentes convencidos de que "no tiene ya cabida en el grupo popular" por su acreditada rebeldía, lo que le llevó a enfrentarse tanto a Mariano Rajoy como a Pablo Casado. Además, no ha dudado en romper la disciplina de voto en dos ocasiones, una con motivo de la renovación de los miembros del TC y otra respaldando una iniciativa de Vox para aplicar el 155 en Cataluña en la enseñanza.
Antonio González Terol fue, en cambio, uno de los fieles de Casado hasta el final. Paradójicamente, recibió un día la llamada de la mismísima Isabel Díaz Ayuso, que le propuso ser candidato a la alcaldía de Alcorcón (Madrid). Tampoco es segura su continuidad en las listas de las generales. La navarra Ana Beltrán, que junto a González Terol y Pablo Montesinos protagonizaron aquella escena en la que salieron tras Casado cuando éste se despidió de la Cámara Baja, es muy probable que dé el salto al Senado.
Díaz Ayuso tiene el camino despejado para hacer sus listas y las de Martínez Almeida
Madrid va a ser un buen ejemplo de la libertad con la que las baronías territoriales pueden confeccionar sus listas. Casado impuso hace dos años a la presidenta autonómica Isabel Díaz Ayuso la inclusión de varios nombres en las listas a la Comunidad, entre ellos el de Toni Cantó y, aunque finalmente no cumplía los requisitos legales para poder ir en las mismas, aquello dejó un mal sabor de boca a la baronesa popular. Eran los tiempos en que el PP de Madrid respondía a la disciplina de la planta séptima de Génova.
Ayuso tiene ahora el camino despejado para confeccionar tanto su lista "como la del Ayuntamiento a la capital de España, que también la hará ella", apuntan en el entorno de la poderosa baronesa popular, lo que significa que el alcalde, José Luis Martínez Almeida, va a tener menos capacidad decisoria y no es descartable que la presidenta quiera cobrarse alguna cabeza municipal.
A cambio de esa libertad, la planta séptima de Génova "decidirá en generales. Si es con acuerdo de las regiones, mejor", apuntan a sabiendas que el mensaje ha llegado claro a las baronías. A fin de cuentas, el coordinador general del PP, Elías Bendodo; el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, y el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local, Pedro Rollán, no han hecho otra cosa que recorrer todas las direcciones regionales del partido desde que aterrizaron en Génova. Precisamente, los tres, junto con el vicesecretario de Economía, Juan Bravo, pasarán de la Cámara Alta, donde son senadores, a las listas al Congreso.
Su misión ha sido tanto para pulsar el sentir de las mismas y preparar la primera vuelta de las generales en que han convertido el 28-M, como evitar a futuro conflictos que les desvíen de su objetivo principal, en muy buena medida porque saben que Núñez Feijóo solo tiene una bala.
Sánchez aprovechó las elecciones de 2019 para purgar a todos los críticos
No es un modelo muy distinto al que aplicó Pedro Sánchez en la doble consulta electoral de las generales de 2019, que aprovechó para purgar a todos los críticos. Se celebraban en diciembre de un año antes autonómicas andaluzas e intentó cerrar con Susana Díaz un acuerdo similar. Pero cuando llegó la hora de las listas de las generales de abril de 2019 la líder del PSOE-A intentó también imponer sus nombres. Ferraz le dobló el pulso así como al resto de los territorios, entre ellos Aragón, que se mostraron levantiscos
No es en todo caso Feijóo no es persona de cambios telúricos. Y aunque encabezó el movimiento que defenestró a Pablo Casado hace ahora un año, decidió no poner patas arribas el resto de un partido en estado de shock. Lo primero que hizo fue pacificar Madrid para que Díaz Ayuso se convirtiera en una baronesa homologable al resto de los presidentes autonómicos populares, todos ellos líderes de sus respectivas organizaciones.
Segundo, y salvo contadas excepciones como la de La Rioja, mantuvo a los dirigentes periféricos, algunos de ellos impuestos por el anterior equipo de Génova, como es el caso del valenciano Carlos Mazón y del aragonés Jorge Azcón. Otros tienen, como el propio Feijóo, su última oportunidad. Es el caso del castellanomanchego Paco Núñez. Pero si hay dos territorios donde se está volcando el líder de manera especial con sus candidatos autonómicos son, precisamente, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha.
Tiene pendientes, además lo congresos de País Vasco y Cataluña "pero ahora no estamos para debates internos sino para volcarnos en las elecciones". Ya se celebrarán, bien tras el 28-M o después de las generales, "sin prisas". Pero la intención es abordar a futuro una profunda renovación en esos territorios, donde el PP es una fuerza muy testimonial.
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