El barco, sienten, no se irá esta vez a pique. Sobrevivirá, aunque la travesía no será tan plácida como la de hace cuatro años, en 2019. Tampoco tan oscura y devastadora como la del pasado 19 de junio. Es, al menos, la perspectiva que para Andalucía alberga la federación autonómica que dirige Juan Espadas y también la cúpula de Pedro Sánchez. No habrá, repiten candidatos, alcaldes, secretarios provinciales y miembros de la dirección regional y federal, una avasalladora segunda ola PP, ni un efecto Juanma Moreno. Los socialistas están convencidos de que los populares subirán en las elecciones del 28-M, pero no les aplastarán como hace casi nueve meses, cuando arrasaron en las ocho provincias y cosecharon una histórica mayoría absoluta. El PSOE cree que podrá retener con seguridad las alcaldías de Sevilla y Huelva, y aguantar con más dificultad la de Jaén. Mantener el bastón de mando en Granada será, anticipan, mucho más complicado, y hacerse con el poder en Córdoba, Málaga y, sobre todo, Almería, parece más inalcanzable. Cádiz, tras la retirada de su regidor desde 2015, José Manuel González Kichi, se presenta como una batalla de resultado incierto. "Moneda al aire", advierten.
El pronóstico, con matices, es coincidente, según manifiestan los cuadros federales, regionales, provinciales y locales consultados por este diario. La carrera ya se acorta, quedan 90 días clavados, y alcanza un punto culminante este martes, 28-F, Día de Andalucía. "Las elecciones municipales del 28 de mayo van a ir bien", señalan todos ellos, intentando conjurar el peligro de una segunda hecatombe del que durante cuatro décadas ha sido el transatlántico del PSOE, la federación que atesoraba un poder más fiel, más nutrida en militantes, la que equilibraba la balanza interna. Porque un segundo golpe sería fatal y leído como un toque de atención severo para Espadas —un líder que necesita de una mejoría en las urnas para consolidarse— y para Sánchez en la comunidad que ha sido históricamente el principal granero de votos para los socialistas en las generales.
En el PSOE-A están convencidos de que los ciudadanos discriminan cada vez más por tipo de elección. Ahora, siguen, valorarán la gestión de los alcaldes, que han estado "en primera línea" durante la pandemia
En los comicios locales de mayo de 2019, los que sucedieron a las primeras generales que ganó el presidente del Gobierno, el PSOE ganó en todas las provincias andaluzas, salvo Almería y Málaga. Y se impuso con holgura al PP: 36,92% frente a 27,11%, 1.434.953 votos frente 1.053.687, con una participación del 61,41%. De entrada, se hizo con la alcaldía de Sevilla —la principal ciudad en manos de los socialistas en este ciclo—, Jaén y Huelva, y en julio de 2021, gracias a la moción de censura que siguió a la ruptura del Gobierno Cs-PP, reconquistó Granada. Seis de las ocho diputaciones provinciales —las de Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Jaén y Granada— son presididas por el PSOE-A, y el partido dirige 458 ayuntamientos de un total de 785 (cerca del 60%). Los datos de hace cuatro años, con un PP sumido en una profundísima crisis interna, fueron apabullantes para el PSOE.
"Siendo conscientes de que es difícil mantener los resultados de 2019, las perspectivas son buenas y más porque el PP se ha equivocado poniendo las expectativas tan altas", indica un alto mando de la cúpula regional de Espadas. Esta responsable se refiere, como hacen otros cargos del partido contactados, a los datos, del mes pasado, de la encuesta del Centro de Estudios Andaluces (Centra) —organismo público adscrito a la Consejería de la Presidencia—, que adelantó que el PP ganaría en las ocho capitales, aunque podría no gobernar en todas ellas.
Según el barómetro del Centra, el partido de Juanma Moreno se aseguraría las ciudades que ya gobierna (Málaga, Almería y Córdoba), conquistaría Huelva, con un crecimiento espectacular (acercándose a la mayoría absoluta), y en Granada y Jaén podría hacerse con la alcaldía pactando con Vox. En Sevilla, habría empate entre la izquierda y la derecha, igual que en Cádiz. Expectativas altas que el PP ya estaría intentando bajar, como recordaban en Ferraz esta semana, remitiéndose a una entrevista en Cope del portavoz de campaña de Alberto Núñez Feijóo, Borja Sémper, en la que decía esto: "Somos conscientes de que las elecciones municipales y autonómicas no son un resultado fidedigno de lo que ocurrirá en diciembre [en las generales]".
Si no se espera una réplica del efecto Moreno el 28-M se debe a que, explican todas las fuentes consultadas, los ciudadanos saben discriminar el tipo de elección que tienen delante. Y las municipales son distintas, "menos lejanas para la gente que las autonómicas, en las que hay una menor participación y un menor interés electoral", observa un candidato socialista de una capital andaluza. Pero hay más factores: "Nuestros alcaldes han estado en primera línea en estos años", "el papel de nuestros alcaldes en la pandemia, cerca de la gente, ha sido clave, y han estado implicados con sus ciudadanos", "nuestra fortaleza son los alcaldes, que han salido fortalecidos por la pandemia", convienen tres barones provinciales, en una reflexión muy compartida. "El efecto Moreno aún está ahí, no se ha desinflado, pero sí creemos que empieza a ir a menos… y estas elecciones pueden ser un buen termómetro de todo. El presidente de la Junta se parece cada vez más a la última etapa de Susana [Díaz]. Está endiosado, no escucha a nadie", valoran en San Vicente, sede regional del PSOE.
La "ventaja" de partir desde el Gobierno
También la actitud con la que afronta el partido estas urnas es muy distinta a aquella con la que abordó las autonómicas del 19 de junio de 2022, en las que Moreno, literalmente, arrasó, sentando a 58 diputados en el Parlamento autonómico, por los 30 de los socialistas, que cosecharon su peor resultado histórico. "Entonces, nuestra gente pringó lo justo, pero ahora nuestros candidatos y alcaldes pelean por sí mismos y por la organización. Se juegan su propio pellejo. Y si el 28-M sale bien, los nuestros irán a por todas y sacarán el orgullo socialista", "el año pasado, los regidores se movilizaron poco y algunos se pusieron de perfil, y en cambio ahora están supermovilizados", reconocen dos líderes provinciales. Además, el PP tendría, a juicio de los socialistas, otra dificultad obvia: ahora no se presenta Moreno y no se puede multiplicar. "Juanma necesitaría ahora 785 mensajes, y no puede, lógicamente", ironiza un peso pesado del partido.
Aunque se reconoce el daño de polémicas nacionales como el 'sí es sí', el partido cree que el debate será más local salvo en los grandes núcleos, pero no habrá problema en "rebatir el ruido" y defender las políticas sociales de Sánchez
Pese a que en la federación reconocen la erosión de polémicas nacionales, como "el daño por la ley del solo sí es sí" o el desgaste de la coalición con Unidas Podemos, se anticipa que el debate tendrá mucho de local, de defensa de la gestión de los alcaldes, aunque en las poblaciones más grandes "son más permeables a lo nacional y a lo regional, tanto en positivo como en negativo", conceden en el PSOE-A. No obstante, candidatos y cuadros coinciden en remarcar que no habrá problema en "rebatir el ruido" y explicar "con orgullo" las políticas del Gobierno de Sánchez, como la subida de las pensiones y del salario mínimo, la mayor partida de becas de la historia o el ingreso mínimo vital.
No obstante, los socialistas no dependen solo de sí mismos para revalidar o conquistar ayuntamientos. Como subrayan en la dirección de Espadas, también dependerá de que las formaciones a su izquierda resistan, y de que se extienda la convergencia entre IU —la fuerza mayoritaria y con mayor penetración territorial desde hace décadas— y Podemos. Por ahora, las señales de confluencia son positivas. El mapa final también dependerá del desempeño de Vox. "Y en el ámbito rural, mayoritario en Andalucía, el peso de la persona que se presenta es muy importante. Y partir desde el Gobierno da ventaja siempre", analizan en la cúpula regional.
La joya de la corona para el PSOE, en la que se volcará Sánchez, es Sevilla. Es clave mantenerla para el partido, dado que la competición por Barcelona, la capital que aspiraba recuperar, se ha complicado por la entrada en escena del exalcalde Xavier Trias. Desde enero de 2022, Sevilla está gobernada por el sucesor de Juan Espadas, Antonio Muñoz, de 63 años, un hombre, recalcan los suyos, que ha logrado conectar tanto con los sectores más conservadores de la ciudad como con los más vanguardistas. A su perfil transversal quiere sumar un "nuevo relato" de la capital andaluza, no centrada solo en el turismo, que atraiga inversiones y que explote su nuevo perfil como sede de la Agencia Espacial Española.
El alcalde, Muñoz, se siente "fuerte" y siente "buenas sensaciones, incluso de la Sevilla más tradicional". En el PSOE-A y en Ferraz también se muestran convencidos de que, aunque la pugna será apretada, el regidor podrá mantener la ciudad en sus manos, siempre y cuando su izquierda no se desplome. Pero Muñoz también ha cultivado un perfil centrista, como lo prueba que los últimos presupuestos, los de 2023, los haya aprobado con el apoyo de Cs. Todos son conscientes de la importancia de Sevilla. Lo resume así un importante barón provincial: "Si ganamos en la capital y ganamos en votos al PP en el conjunto de Andalucía, podremos venderlo como un triunfo. Una derrota en Sevilla es difícil de maquillar con más victorias, y sin embargo una victoria en Sevilla sí puede maquillar más derrotas". En la provincia, el partido aspira a conservar sus feudos, como Utrera, Dos Hermanas o Alcalá de Guadaíra.
Una derrota en Sevilla es difícil de maquillar con más victorias, y sin embargo una victoria en Sevilla sí puede maquillar más derrotas", avisa un barón provincial
Los socialistas dan por seguro que mantendrán Huelva, que Gabriel Cruz gobierna desde 2015, aunque ahora podría perder la mayoría absoluta. Con Jaén hay más dudas, porque Julio Millán consiguió la alcaldía en 2019 gracias a un pacto con Cs, formación con la que gobierna. Los naranjas, previsiblemente, desaparecerán del consistorio. La previsión, tal y como precisan fuentes de la dirección provincial —que encabeza el presidente de la Diputación, Paco Reyes—, es que Millán se refuerce y pesque incluso en el caladero de la derecha, al compartir su Ejecutivo con los liberales. "Habrá mucha gente que no vote al PSOE pero sí a él porque tiene credibilidad, y una parte del voto de Cs sí nos puede venir", subrayan. Pero el regidor dependería, para revalidar su mandato, de su izquierda, porque de entrar Jaén Merece Más, calculan, apoyarán al PP. Pero la plataforma de España Vaciada "se ha quedado sin argumentos", añaden, después de que Defensa decidiera instalar en la ciudad el Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación (Cetedex), para el que el Ayuntamiento ya ha cedido los primeros 80.560 metros cuadrados "en tan solo dos meses". Los socialistas confían en mantener su enorme ventaja en la provincia (controlan 67 de los 97 municipios).
La apuesta de Moreno, Granada
Granada es la capital andaluza que en Ferraz y en la federación ven más en peligro. Es una ciudad "más conservadora" —el PP la gobernó ininterrumpidamente desde 2003 a 2016—, y que recuperó el PSOE, por primera vez, justo en 2016, tras la detención del alcalde popular, José Torres Hurtado, por corrupción. Una moción de censura apoyada por la izquierda y por Cs dio el bastón de mando al socialista Paco Cuenca. En 2019, él fue el más votado, pero el pacto de naranjas y populares aupó a Luis Salvador (Cs, y exsenador del PSOE) a la alcaldía. El acuerdo se rompió en 2021 y Cuenca volvió a dirigir el consistorio en 2021, con la ayuda de un Salvador ya lejos de su formación. En la dirección regional apuntan que la estrategia decidida para el PP en Granada es distinta a la desplegada en Jaén. Aquí optó por una cara más desconocida, José Agustín González Romo, mientras que Moreno ha situado en la capital nazarí a una de las consejeras de su Gobierno, Marifrán Carazo, evidenciando que esa plaza es caza mayor. La ciudad "va a estar reñida", conceden.
Granada es una ciudad más conservadora, que el PSOE recuperó en 2016 tras la detención del alcalde, y que reconquistó en 2021. El PP lanza a la consejera Marifrán Carazo
En contra, Cuenca tiene la decepción por la pérdida de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA), que el Gobierno asignó el pasado 5 de diciembre a A Coruña. El Ayuntamiento de Granada ya ha recurrido la decisión ante el Supremo, en señal de protesta. "Paco tiene un proyecto de ciudad potente, ligado a la Universidad de Granada, a la potenciación de la cultura y la tecnología. Y no olvidemos que Marifrán Carazo fue concejala de Torres Hurtado", defienden desde la dirección provincial, que capitanea Pepe Entrena, también presidente de la Diputación.
Si el PSOE perdiera Granada, podría peligrar también la institución provincial, como ocurre en el resto de la comunidad, ya que las capitales aportan buena parte del voto. La provincia se ha visto sacudida en los últimos días por lo ocurrido en la localidad metropolitana de Maracena (22.000 habitantes): el secuestro de una concejala socialista, Vanessa Romero por parte del que era pareja de la alcaldesa, Berta Linares. La víctima apuntó a la posibilidad de que su secuestro pudiera estar ligado al hecho de que dispusiera de información comprometida contra la regidora, de su mismo partido, sobre la gestión municipal. Linares aseguró que nada tenía que ver lo sucedido con corrupción y lo achacó a los problemas de salud mental que padece su hasta entonces compañero sentimental. En el partido aseguran estar tranquilos, que así lo trasladó el secretario de Organización regional, Noel López, alcalde de Maracena desde 2007 hasta el pasado julio. Linares ha ofrecido a la Justicia que se investiguen todos los expedientes urbanísticos desde 2007.
En Córdoba, el panorama, reconocen en Ferraz y en la dirección regional, es "complicado", porque el alcalde, José María Bellido (PP), "está fuerte", y absorberá a Cs, formación con la que ha gobernado estos cuatro años. Los socialistas presentan a Antonio Hurtado, diputado en el Congreso desde diciembre de 2011. En su entorno, sí ven posible arrebatar a Bellido la alcaldía, por la tradición de izquierdas de la capital —la gobernó el PCE-IU desde 1979 a 2011 con un solo paréntesis de la derecha (1995-1999), y desde entonces la dirigió el PP (2011-2015), el PSOE (2015-2019) y de nuevo el PP (desde 2019)— y por el estilo de su campaña, más cercana a autónomos, profesionales y funcionarios. Hurtado además promete quedarse en la ciudad, a diferencia de los exalcaldes del PP, que continuaron su carrera en Madrid. Los pueblos medianos de la provincia (Montilla, Puente Genil, Peñarroya...) seguirían en manos de los socialistas, según su cálculo.
El PP estrena candidata en Almería
En Málaga repite como candidato Dani Pérez, portavoz municipal y también secretario provincial del partido. En 2019 la izquierda se quedó a un solo escaño de tumbar al histórico Paco de la Torre, al mando de la ciudad desde 2000. "Es innegable que Paco está fuerte. Pero es también innegable que estaba fuerte hace cuatro años también y estuvo a un solo concejal de perder la mayoría absoluta", esgrimen en la dirección regional.
En Málaga, De la Torre se quedó a un concejal de perder la absoluta. Y ahora su debilidad es la vivienda, subrayan en el entorno del candidato del PSOE, Dani Pérez
Pérez, insisten fuentes muy próximas, va a centrar su campaña en la situación de la vivienda, cuyo precio se ha disparado: "Se han ido de la ciudad 7.500 malagueños y solo llegan compradores extranjeros. Málaga es inalcanzable para jóvenes y familias. Málaga está de moda para quien se la pueda pagar. El alcalde vive de espaldas a la ciudadanía". Por eso, el candidato cree que hay una oportunidad de recuperar el Gobierno local, por la "fractura" social ahora mucho más honda y "dramática". Dependerá de cómo se organice su izquierda y de si Cs, que ha trabajado "concienzudamente" estos años, pacta de nuevo con el PP o da las llaves de la capital del sur a la izquierda.
Almería es la ciudad (y la provincia) más escorada a la derecha de toda Andalucía. En principio, no se prevé que tenga dificultades para revalidar su puesto la actual alcaldesa, la popular Mar Vázquez, que sustituyó el pasado verano al entonces regidor (y candidato del PP en 2019), Ramón Fernández-Pacheco, reclutado por Moreno para su Gobierno como consejero de Sostenibilidad y portavoz de la Junta. Frente a Vázquez concurrirá la portavoz municipal socialista, Adriana Valverde. En la provincia, los municipios más grandes en manos del PSOE son Vícar, Níjar y Cuevas del Almanzora, que espera mantener.
Cádiz es una incógnita tras la salida de escena de Kichi, su alcalde desde 2015. La pugna está "muy abierta" entre Adelante Cádiz, el PP y el PSOE, que presenta como cabeza de cartel a su portavoz en el consistorio, Óscar Torres. "Podemos incluso ganar la alcaldía teniendo menos votos", aventura un barón provincial. Otro compañero, presidente de Diputación, cree que el partido "perdió una oportunidad" de componer una candidatura "más potente" aprovechando la marcha de Kichi, cuya impronta ha sido absoluta en los últimos ocho años.
"Aquí no se mueve nadie"
Pase lo que pase el 28-M, muchas miradas se girarán hacia el secretario general del PSOE-A y candidato en las últimas autonómicas, Juan Espadas. Él fue arrasado por Moreno y, desde entonces, ha intentado reconstruir una federación muy debilitada. Pero, a ojos de algunos cargos, no acaba de levantar el vuelo y no está claro que repita frente al presidente de la Junta en las próximas elecciones. Si en mayo los resultados son peores de los esperados, ¿podría caer?
No va a haber ruido tras el 28-M, pero no vamos a permitir que lo haya", advierten en Ferraz. "Estamos todos a una. Nos la jugamos todos", convienen en el PSOE-A
"Nos va a ir bien en municipales, pero aunque no fuese bien no vamos a entrar en ningún tipo de proceso orgánico con unas generales a la vista. No va a haber ruido pero no vamos a permitir que lo haya", subrayan en Ferraz de manera gráfica. Esa es la tesis que sostienen en la cúpula regional y también en las provincias. Que no puede abrirse ningún melón interno hasta que no pasen las legislativas de final de año, en las que la aportación de Andalucía es fundamental para que Sánchez repita en la Moncloa. "Aquí no se mueve nadie hasta entonces y se haya examinado todo el mundo. No se mueve nadie... salvo los cuatro de siempre", señalan en la dirección autonómica, aludiendo a los partidarios de la exbaronesa Susana Díaz, descabalgada por Espadas en primarias en junio de 2021. "Los poderes fácticos provinciales y el regional estamos todos a una. No hay otra. Nos la jugamos todos".
Todos los barones provinciales advierten de que no puede abrirse ninguna guerra interna tras el 28-M, porque sería un suicidio colectivo. "El PSOE-A no se lo perdonará a quien lo haga —avisa uno de ellos—. Desviar el discurso a si Juan está de paso o no es un error. Porque vendrán las generales y no podemos perder ni un minuto. Hay algunos como Susana que están en la clave de abrir un proceso interno tras el 28-M, pero nadie les va a hacer caso".
"No va a haber ningún lío —analiza otro de los líderes provinciales—. El resultado no será como el del 19-J. Que Juan mejorará los datos, dalo por hecho, porque entonces tocamos fondo. Hay gente que votó Moreno y que ahora votará a su alcalde del PSOE. El vehículo cogerá gasolina, la duda es si esa mejoría será suficiente. La situación de Juan no es fácil, pero ese debate quedará para después de generales. Si ganamos en las municipales, empezará un cierto desgaste de Juanma". Candidatos de dos importantes ciudades también insisten en que se la juegan ellos, y no el líder autonómico, así que sería injusto cargar sobre sus espaldas sus respectivas derrotas. "Juan es un candidato de medio plazo. Agotará su mandato como jefe de la oposición y como secretario general", pronostica uno de ellos.
El consenso interno es que no conviene abrir ningún proceso interno hasta pasadas las generales, pero hay cargos que dudan en caso de que el resultado sea un nuevo varapalo
Un alto cargo provincial no tiene tan claro que no vaya a haber ruido tras el 28-M si vienen mal dadas: "Si los resultados son muy negativos, no se sostiene la situación. Alguien tendrá que pagar el pato. No se puede no hacer nada ante un gran varapalo".
El 28-M se mide, en buena medida, en Andalucía. La comunidad más poblada de España, el nicho clásico de votantes socialistas hoy agrietado y que ahora tendrá que demostrar si las autonómicas fueron una excepción o el comienzo de un ciclo de la derecha también allí. Probar si el efecto Moreno pervive y si además se solapa con un efecto Feijóo o si la izquierda recupera parte de la fuerza de antaño y proporciona un valioso combustible a Sánchez.
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