La cúpula popular asegura estar convencida de que la moción de censura de Vox, con Ramón Tamames de candidato a la presidencia del Gobierno, tendrá el efecto colateral de incrementar el trasvase de voto al PP, elevando ese 15 por ciento ya consolidado de antiguos electores que, tras apostar por el partido de Santiago Abascal, regresan de algún modo a la "casa madre".
Aunque la estrategia popular pasa principalmente por ensanchar su base electoral hacia las posiciones más moderadas, fronterizas con el centro-izquierda, -de ahí los guiños, por ejemplo, al voto feminista-, y haber detectado en las encuestas electorales otro porcentaje de trasvase nada desdeñable del PSOE, de entre un 11 y un 12 por ciento, lo que califican de "'marcianada' de Vox ayudando a Sánchez" puede provocar un repunte en el cambio del sentido de voto de Abascal a Núñez Feijóo.
"No lo tenemos todavía monitorizado, pero lo damos por hecho", afirman fuentes de Génova desdeñando efectos negativos frente a una militancia, o una parte de la misma, que puede ver con buenos ojos una moción mejor que esperar simplemente a las elecciones, primero las del 28 de mayo y, después las generales de finales de año. De hecho, Tamames propondrá hacer coincidir las legislativas con las locales y autonómicas.
En Génova aducen que si existiera la posibilidad de prosperar, hubieran sido ellos los primeros en plantear una moción contra Sánchez, pero a las nulas posibilidades de que sume apoyos , se une la cercanía del próximo ciclo electoral y "no nos vamos a dejar arrastrar por las estrategias de otros" en un momento en que los sondeos le son favorables.
Los populares todavía están por definir quién se subirá a la tribuna en el debate
Hay otro dato no menor, esto es, la conversión de un instrumento parlamentario legítimo en una suerte de espectáculo político con un candidato de pasado comunista, imprevisible y al que la hemeroteca, extensa por su veteranía y compromiso político, le sitúa en las antípodas ideológicas de Vox incluso aunque haya virado a posiciones políticas de derechas.
Los populares todavía están por definir quién se subirá a la tribuna en el debate de la moción de censura. Todo apunta a que lo hará su portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, "pero formalmente no lo tenemos decidido", aducen en el PP. Necesitan encontrar el tono. No parece que vayan a confrontar con Tamames por el que expresan "todos nuestros respetos", sino poner el acento en las estrategias "compartidas" entre el PSOE y Vox por polarizar la campaña.
Pero aunque Núñez Feijóo no acuda esos días al Palacio de la Carrera de San Jerónimo le van a pitar mucho los oídos, porque la estrategia de los socialistas y de sus socios parlamentarios pasará por identificar al PP con Vox y viceversa y alertar del riesgo de un gobierno de coalición con la ultraderecha, estrategia ya adelantada por Pedro Sánchez en su entrevista en Telecinco el pasado lunes. Aún así, los mismos medios consultados aseguran tajantes que, "en ningún caso" les perjudicará a ellos. "Vox con esta marcianada ayudando a Sánchez y Sánchez hablando de 'Berni' y del 'sí es sí'", dicen a modo de resumen del actual panorama.
La estrategia de los socialistas y de sus socios pasará por identificar al PP con Vox
Feijóo reiteró ayer su posición al afirmar que "es una moción destinada al fracaso y no vamos a compartir paternidad" para pasar a defender la necesidad de recuperar «el concepto de respeto a las instituciones, al Congreso, a las Cortes y a los instrumentos institucionales». En definitiva la moción es «un show parlamentario y un teatrillo político», sentenció.
Lo cierto es que el PP intentó convencer a Vox de que retirara la moción de censura, tal y como reveló El Independiente, bajo el argumento de que reforzaba la posición de Pedro Sánchez. El propio Feijóo se lo trasladó tanto al líder de Vox como al candidato a la presidencia del Gobierno, cuando se pusieron en contacto telefónico con él.
Y luego el tiempo transcurrido, los vericuetos de una moción que, primero, parecía no se iba a sustanciar, y, segundo, acabó recayendo en un perfil como poco sorprendente ha convertido la cita parlamentaria "en algo más parecido a un espectáculo", a una "performance", término que escogió este lunes el portavoz del PP, Borja Sémper.
Falta de entusiasmo de algunos dirigentes de Vox
Y hay otro dato nada desdeñable, esto es, la falta de entusiasmo que la moción genera entre algunos dirigentes de Vox, nada convencidos del acierto de la estrategia ni del perfil del candidato escogido. Una moción que, en diciembre, cuando comenzaban a eclosionar las nefastas consecuencias de la ley del "sí es sí" podía tener más sentido, pero que ahora, tres meses más tarde, con el Gobierno ya abierto en canal por la ley de Irene Montero y casi en precampaña ha ido perdiendo cierta virtualidad.
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