El general de la Guardia Civil implicado en el caso Mediador, Francisco Espinosa Navas, presumía de lo bien que se vivía en Cabo Verde, continente africano. “Viviendo allí eres el rey, capitán general, un marajá, con cuatro negras que te la chupen tres veces al día”, dijo en un encuentro con Antonio Navarro Tacoronte, el conseguidor de la trama, el empresario Antonio Bautista, alias 'El Curilla' y Ángel Ramón Tejera, otro empresario al que el uniformado conocía bien de su anterior etapa en las Islas Canarias, como detalló El Independiente.

La obsesión con el sexo de Espinosa Navas -director del Proyecto GARSI-Sahel cuando mantuvo reuniones con Tacoronte y empersarios- es una constante durante todo el sumario del caso. Este periódico ya publicó cómo algunos empresarios decían que lo quería “todo pagado para echar un polvo”. El general mantenía en las islas una amante, de nombre Adelaida, desde hacía dos décadas, según las conversaciones en el móvil volcado del mediador.

A raíz de las conversaciones analizadas, los investigadores exponen que esta mujer es familiar del presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez Alonso. "Tomaba café todos los días en la Comandancia" de las Palmas, de la que Espinosa estuvo al frente entre 2008 y 2012. El general quería que la presunta trama diera un trabajo por "3.000 euros al mes" a su querida, algo a lo que se prestó una de las empresas investigadas.

La alusión a la manera de vivir en Cabo Verde, tan descriptiva, no es la única que se recoge en los más de 2.000 folios del sumario. 'El Curilla' le dice al mediador que el general le ha hablado de dos negocios: uno en el citado país y otro en Mozambique. Del primero no sabe el precio, pero del segundo sí, "bastantes millones": "Quieren hacer unas plantas de 35 millones". La empresa de este investigado se dedicaba a la instalación de placas solares. Lo que se desprende de las conversaciones es que el general de la Benemérita intermediaría entre la empresa de Bautista y el país donde se instalarían las placas. Llevándose su parte, claro.

-"Pues te ganas 35 millones, y le he dicho al general que él se lleva el 10% de la operación completa. Sin hablarlo contigo, porque él rápidamente me lo demostró", le explica Tacoronte, el pivote sobre el que se articulaban todas las piezas de la presunta red.

Según declaró en sede judicial, este negocio al final no salió. Según el mediador, por el miedo de Antonio 'El Curilla' Bautista a la "peligrosidad de África", recogen los investigadores.

Cabo Verde no era el único trato en el que andaba metido Espinosa. En otra parte del sumario se recoge a otro empresario, Raúl Goméz Rojo, hablar con Tacoronte de un supuesto proyecto en Perú.

-Comí con el general para un tema de Perú y le pasamos el proyecto, a ver si nos lo saca adelante.

-Ojalá que te lo saque para delante. Ojalá.

-Encima de la mesa se lo pusimos.

Gómez Rojo, alias ‘Fotovoltaica’, fue el último en entrar en la presunta trama. Según los investigadores, para "obtener distintas contratas gracias a otros investigados, como por ejemplo la construcción de una planta de compostaje para el investigado Montesdeoca García, la instalación de placas solares en las ganaderías canarias, así como vincularse comercialmente con la empresa del investigador Suárez Esteve, o la concesión de proyectos en el extranjero valiéndose de los contactos del general Espinosa Navas, entre otras diferentes pretensiones empresariales". En esa última parte es donde entraría el proyecto en Perú.

Papel del general

Espinosa Navas es la parte comercial de la trama. La política la constituía el ex diputado del PSOE Bernardo Fuentes, ‘tito Berni’, y su sobrino Taishet Fuentes. La Policía Nacional los relaciona en una “organización criminal” para solucionar problemas administrativos a empresarios ganaderos y queseros y para conseguir subvenciones a compañías.

El general se valía de su experiencia en el proyecto GAR-SI Sahel, en África, para mediar entre los empresarios. En el sumario se recoge cómo uno de los investigados, Suárez Esteve alias José Drones, consiguió contratos ligados a este proyecto mientras el uniformado estuvo al frente. La trama utilizaba sus contactos en el SEPRONA para amedrentar a los ganaderos, aunque no está probado que él mismo lo hiciese.

Espinosa ya estuvo investigado anteriormente en una causa de corrupción. Ocurrió durante su paso por la Comandancia de Las Palmas, donde fue jefe. Allí entabló relación con el empresario Ángel Ramón Tarjeta, mencionado anteriormente. 

Esta persona, al que los agentes llamaban “alférez Mon” por su relación con el general, era primo de la alcaldesa de Arrecife, investigada en el ‘caso Unión’. Espinosa Navas estuvo investigado por revelación de secretos por dar un ‘chivatazo’ a la regidora antes de ser detenida. Las acusaciones terminaron siendo archivadas.