El incendio por el caso Mediador no se extingue. Y se suma a otros fuegos a los que está teniendo que hacer frente el Gobierno de Pedro Sánchez en este primer arranque de año electoral que preveía —y falló en el pronóstico— más plácido, de explicación de gestión. La preocupación interna, a la par que la indignación, aumenta, de manera visible, y por eso el PSOE se afana en lanzar mensajes de total "contundencia" y "tolerancia cero" frente a cualquier caso de presunta corrupción, y los contrasta con la laxitud que atribuye al PP y a su líder, Alberto Núñez Feijóo. Mientras, la Moncloa, de manera oficial, minimiza el desgaste electoral porque, a la postre, los ciudadanos sabrán valorar la "determinación" de los socialistas al forzar al supuesto cabecilla de la trama, el canario Juan Bernardo Fuentes Curbelo (Tito Berni) a entregar su acta de diputado "a las 16 horas" de que trascendiesen los hechos y días antes incluso de que fuera detenido.
Pero ahora el foco de inquietud se sitúa en el Grupo Parlamentario Socialista, en Madrid, dado que el intermediario —el mediador que da nombre al caso—, Marco Antonio Navarro Tacoronte, asegura tener pruebas de una cena en el madrileño restaurante Ramsés a la que asistieron una quincena de diputados socialistas. Entre ellos, Fuentes Curbelo. Cena que, teóricamente, tuvo lugar el 21 de octubre de 2020 en el citado local, según figura en un mensaje de audio que el mediador envió ese día al hoy exparlamentario socialista para concertar una cita para esa misma noche. Navarro Tacoronte no ha dado nombres de los comensales, ni ese dato aparece en el sumario que instruye la jueza de Santa Cruz de Tenerife que lleva el caso. "A las nueve de la noche en el Ramsés, mesa para quince. Solo personas del Partido Socialista". El contenido del audio es el origen del huracán que está abrasando al partido.
López admite que se ha "hablado, mirado o, si quieren llamarlo, investigado" dentro del partido, sin que hasta ahora haya "constancia de ninguna otra actitud con comportamientos deshonestos"
"Una cosa es ir a una cena y otra es corromperse", advertía este martes el portavoz parlamentario socialista, Patxi López, en rueda de prensa en el Congreso. El dirigente reconoció que se ha "hablado, mirado o, si quieren llamarlo, investigado" dentro del partido, sin que hasta ahora haya "constancia de ninguna otra actitud con comportamientos deshonestos". "Y en el momento en que los conozcamos, actuaremos". Con la misma celeridad, incidían también en el Gobierno. "Cuando no hay nada que ocultar, no hay tiempo que perder, y yo creo que aquí se ha visto claramente [...] —abundaba poco después desde la Moncloa la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez—. Este es un Gobierno que traslada tolerancia cero frente a la corrupción, es un seña de identidad" de este Gabinete, que ha operado en este caso de manera "tajante", "con rotundidad y prontitud".
Las armas de defensa están claras: si algún otro diputado "se ha deslizado por la vertiente de la corrupción será apartado", como ha ocurrido con Fuentes Curbelo, precisó López. Pero si se demostrara que alguno de ellos, además de ir de cena —actividad obviamente no delictiva—, hubiera después contratado los servicios de una prostituta, se actuaría con contundencia: se vería "obligado a dejar su escaño", en coherencia con el código ético del partido y con su propio corpus ideológico, ya que el PSOE es una formación declaradamente abolicionista, y que incluso ha presentado una iniciativa legislativa para erradicar y castigar el proxenetismo y sancionar a los puteros. "Un diputado socialista tiene que saber que hay cosas que son incompatibles y que no se pueden hacer, y que si las hacen se atienen a las consecuencias, que es la expulsión del partido y del grupo parlamentario", sostuvo el portavoz durante su comparecencia.
"No hay nada de nada"
Desde la cúpula parlamentaria socialista se reconoce una creciente preocupación por un caso cuyas derivadas últimas aún se desconocen, si bien en Ferraz y en la Moncloa se subraya que "no hay nada de nada" y que el escándalo se circunscribe a Canarias, a la trama de presuntas extorsiones a empresarios del sector agroalimentario a los que se ofrecía agilizar sus expedientes o cancelar inspecciones sanitarias.
En el grupo reconocen el "daño" que está generando el caso. Y avisan: si aparecen casos de más diputados con prostitutas, serán obligados a dejar el acta porque no casa con el código ético del PSOE
En la dirección del grupo admiten que afrontar este asunto no es plato de gusto, que está haciendo "mucho daño", que les sitúa en el foco de la tormenta. Que el PP buscará sacar todo el rédito que pueda, anticipan, y más cuando quedan tres meses para las elecciones municipales y autonómicas. "Más que desgaste es que me duele profundamente —comenta consternado un alto responsable de la dirección en la Cámara—. No consigo entender a la gente que se deja corromper y dice representar a miles de socialistas que se parten la cara por este partido".
Inquietud también, siguen en la cúpula, porque no se sabe aún qué terreno pisan. "Vamos a ser prudentes. Quitando a Curbelo, no hemos visto facturas, ni tráfico de influencias, ni pruebas —insisten en el puente de mando parlamentario a este diario—. Seremos prudentes, sin que signifique bajar la guardia, sin descartar nada. Pero mientras no conozcamos más información, interna o a través de los medios, lo único que tenemos es un señor [el mediador] con el ventilador encendido, contando cosas y que no ha probado. Así que precaución, atención y vigilancia. Y si hay más comportamientos deshonestos, aplicaremos medidas drásticas e inmediatas. Puede haber contundencia al mismo tiempo que sosiego".
En el grupo, pues, no se descarta ningún escenario. Algunos diputados, señalan en la dirección, "pueden estar en fase de negación", sin dar más detalles de sus contactos con Fuentes Curbelo, asustados por lo que pueda trascender.
En Ferraz, a última hora de la tarde, se instaló una sensación de cierto alivio tras escuchar la última entrevista de Navarro Tacoronte. Fue en Más vale tarde, en La Sexta, y en ella el mediador, a la pregunta de si los diputados socialistas que acudieron a la cena del Ramsés conocían los trapicheos de la trama, respondió: "A mi parecer, supongo que no". Pero a la vez insistió en que el presidente de Canarias, el socialista Ángel Víctor Torres, "sí tenía constancia de todo". "Todo lo que yo digo en algún momento está acreditado en algún sitio, ¿o usted se cree que yo estoy tan loco como para nombrar a alguien y prestarme a una querella?", remachó.
En el PSOE canario, obviamente, la preocupación es aún mayor, porque el caso puede chafar las expectativas, altas, que manejaban de cara al 28-M, con un presidente al que las encuestas dibujaban reforzado por el abordaje de las sucesivas crisis que han sufrido las islas en esta legislatura. Torres se ha querellado contra el mediador por su acusación de que estaba al tanto de la supuesta red mafiosa.
"Que se investigue lo que se tenga que investigar"
Y este martes, durante el debate sobre el estado de la nacionalidad canaria, anunció que el PSOE se personará en la causa como acusación popular, dado que los servicios jurídicos del Ejecutivo autonómico han concluido que, al no haberse producido hasta el momento daño a las arcas públicas, el Gobierno canario no puede personarse como acusación particular. El presidente volvió a mostrar su repulsa hacia unos hechos que le "repugnan" y "avergüenzan", y reiteró que aprovechar el cargo público para extorsionar y estafar, sumado a comportamientos personales indignos, debe ser condenado "enérgicamente".
El PSOE canario se personará en la causa. El partido mira a Feijóo por la alcaldesa de Marbella y el presidente del Consell de Ibiza
"Que se sepa todo. Que se investigue lo que se tenga que investigar, que caiga quien tenga que caer", incidió. La federación regional emite mensajes cada vez más duros, consciente de que tiene una vía de agua abierta. Dirigentes del PSOE canario no descartan, de hecho, que se vayan adoptando más medidas para detener la hemorragia.
Desde la Moncloa, la portavoz apuntaló el mensaje de "absoluto" rechazo y condena a "comportamientos denigrantes, incompatibles con el compromiso público", aunque no dio más detalles de si el Ejecutivo aceptará la solicitud de comparecencia de ministros impulsada por el PP aduciendo que no sabe en qué trámite se encuentran. Fuentes del Ejecutivo agregaron que se ha actuado "con ejemplaridad", con "determinación", y que los ciudadanos sabrán valorar con su voto esa "tolerancia cero" con la corrupción.
En todo momento, el PSOE ha intentado poner el acento en la actitud que le separa del PP. En la respuesta a la corrupción. Desde el fin de semana, sus dirigentes, en el partido, en el grupo y en el Gobierno, recuerdan que Feijóo almorzó el domingo con el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, investigado por un supuesto contrato a dedo en plena pandemia, o que tanto él como el presidente andaluz, Juanma Moreno, se hicieron fotos con la alcaldesa de Marbella y senadora, Ángeles Muñoz, y avalaron su candidatura, pese a que no ha justificado un patrimonio de 12 millones de euros, que ocultó a la Cámara alta, y pese a la causa abierta en la Audiencia Nacional por narcotráfico y blanqueo de capitales que implica al marido y al hijastro de la regidora. Los socialistas también denuncian cómo el exministro Jorge Fernández Díaz mantiene su carné de militante pese a que la Fiscalía pide para él 15 años de prisión por la operación Kitchen, cuando en esta trama ya han sido suspendidos de militancia Fuentes Curbelo y su sobrino, Taishet Fuentes, ex director general de Ganadería del Ejecutivo canario, y a los dos se les ha abierto expediente disciplinario.
Un PP "animoso" con el PSOE, no con los suyos
"La corrupción o se ataja o se compadrea. El PSOE la ataja y expulsamos, otros compadrean", despachó López desde el Congreso. El PP está ahora "animoso" con el caso Mediador, ironizó Rodríguez desde la Moncloa, pese a que no lo estuvo hace un año cuando empujó a Pablo Casado hacia su salida del liderazgo del partido por haber cuestionado los contratos de Isabel Díaz Ayuso con una empresa de su hermano en la pandemia. "En aquel momento de lo que se trataba en el PP era precisamente de abordar la regeneración del PP o tapar la corrupción, y aquello se resolvió por la segunda vía, la de tapar la corrupción eligiendo a Feijóo como responsable", descargó, volviendo a incidir en el almuerzo del jefe del PP con Marí y en sus fotos con la regidora marbellí.
Algunos diputados se sienten acosados, señalados sin razón. "Cenar no es delito. El Estado de derecho no se basa en sospechas. ¡Que tenemos familia!", se queja un parlamentario
En el seno del Grupo Socialista, cunde la inquietud, el nerviosismo y la indignación a partes iguales. "Arriba [en Ferraz y en la Moncloa] también están preocupados. Y esto en los territorios nos hace daño. El PP tiene la campaña hecha, porque además esto suena a algo tipo los ERE de Andalucía", indica un parlamentario. Otro compañero expresa su "miedo" a que "se generalice" la mancha de la sospecha sobre todo el grupo, "y eso no es justo". "Preocupación hay porque fue una sorpresa que te deja descolocado. Pero una vez pasada, empieza la tranquilidad, esto es un caso muy local. No veo a diputados de parranda. Cenar no es delito, y todos cenamos en grupo alrededor del Congreso, unas veces con unos, otras veces con otros. Lo normal", asevera un tercer diputado que recuerda que el Estado de derecho "no se basa en sospechas". "¡Que tenemos familia!", exclama, indignado con la situación.
Pero puede que lo peor esté por venir. Hay quienes en el grupo vaticinan una "agonía mediática", un serial del caso Mediador de aquí a las elecciones, "bombitas" que pueden erosionar al partido, sobre todo en Canarias, a Torres.
Algunos integrantes del grupo dicen sentirse acosados, señalados sin razón, y lamentan que "se meta a todos en el mismo saco". Reportan, por ejemplo, que la senadora Olivia Delgado, a quien Navarro Tacoronte trató de involucrarla con afirmaciones "rotundamente falsas", está "destrozada", porque además él dijo que había sido su pareja, lo que ella niega. Delgado se ha querellado contra el mediador.
La desazón, la "tensión interna", describe un dirigente que conoce muy bien a sus compañeros, es palpable. "Yo no pongo la mano en el fuego por nadie, pero quien lo haya hecho, fuera. Yo es que jamás he utilizado siquiera la tarjeta que nos da el Congreso. ¡En política no vale todo!", protesta un diputado que dice, como tantos otros, que ni "ponía cara" a Fuentes Curbelo. Ahora, la trama presuntamente encabezaba Tito Berni amenaza con desestabilizar al grupo, al partido y al Ejecutivo en el peor momento, a tres meses de unas elecciones decisivas. Sánchez no encuentra resuello. Tras el choque con Podemos por la ley del sí es sí, luego por la guerra de Ucrania o la cesta de la compra, ahora afronta un delicadísimo y escabroso caso de supuesta corrupción.
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