Cuando el nombre de Francisco Espinosa Navas, general retirado de la Guardia Civil, apareció entre los detenidos del caso Mediador no sorprendió a quienes han tratado con él.
Un hombre "simpático", "dicharachero", de los que "te tronchas con él", contador de chistes y con un gran don de gentes. Pero uno de esos garbanzos negros que avergüenza a la Benemérita porque "se ve por donde va".
Quienes han estado a sus órdenes lo recuerdan como una persona con una "mente brillante", muy inteligente. "Era un tío prodigioso, se sabía los nombres de todos los agentes habiéndolos saludado una sola vez", apunta un agente de Las Palmas que coincidió con el cuando fue jefe de aquella Comandancia entre 2008 y 2012.
Nacido en Guillena, un pueblo de Sevilla, es doctor en Derecho, habla con fluidez inglés y francés (estuvo como agregado en la Embajada de París), es ferviente seguidor del equipo de fútbol que lleva el nombre de su provincia natal y es un tipo conocido entre los mandos de la Guardia Civil. Incluso entre quienes no compartieron operativo con él.
Quienes lo conocen destacan su inteligencia, su sentido del humor y su faceta de seductor. Tanto en el trato personal como con las mujeres. La obsesión con el sexo de Espinosa Navas es una constante durante todo el sumario del caso. Este periódico ya publicó cómo algunos empresarios de la trama decían que lo quería “todo pagado para echar un polvo”. El general mantenía en las islas una amante, de nombre Adelaida, desde hacía dos décadas. La llamaba "chocho volador". El uniformado quería que la presunta trama diera un trabajo por «3.000 euros al mes» a su querida, algo a lo que se prestó una de las empresas investigadas.
En otro episodio recogido en el sumario del caso, resaltaba lo bien que se vive en Cabo Verde, donde "eres el rey, capitán general, un marajá, con cuatro negras que te la chupen tres veces al día”.
Jefe en Canarias
Su paso por las islas en la década pasada le granjeó importantes contactos. Políticos y empresarios pasaban por su despacho con asuididad, pero también malas compañías. La presunta trama de Mediador vio en él una figura clave para desarrollar la rama empresarial. Las estrellas de sus hombros daban apariencia de seriedad y fiabilidad ante quienes buscaban hacer negocio a la sombra de la legalidad.
Una de aquellas "amistades peligrosas" con la que se le empezó a ver era Ángel Ramón Tejera, un constructor isleño. Los agentes le conocían como "alférez Mon" por su estrecha amistad con Espinosa. “Tenía una empresa de reformas, una constructora, y se llevaba todos los mantenimientos de las casas cuartel y de la Comandancia. Todos con contratos menores, claro", tal y como publicó El Independiente el día que fue detenido.
Antes de Mediador, el mayor caso de corrupción que se recordaba en Canarias era el Unión, una trama urbanística y de contratos que salpicaba a varios políticos y empresarios. La investigación la llevó a cabo la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. El coronel que dirigió el caso era de la promoción de Espinosa Navas, y al ver que su compañero era quien mandaba en la isla tuvo la deferencia de avisarle de la operación. Nada fuera de lo común.
Entre los documentos que manejaba la UCO había un dosier donde se recogían registros que afectaban a 15 personas. Cada rostro llevaba un número asignado que no indicaba el orden a seguir. Cuando llegaron a uno de ellos, la persona se extrañó al ver a los uniformados y les dijo, más o menos, que qué hacían allí si todavían no habían intervenido a números que aparecían antes en la lista. Ahí se percataron de que había habido un chivatazo.
Una de las investigadas era Isabel Déniz, entonces alcaldesa de Arrecife y prima del Alférez Mon, aquel empresario con el que tan bien se llevaba Espinosa. La política fue avisa de que iba a detenerla y todos los dedos apuntaron al uniformado por su relación con Mon. La causa por revelación de secretos contra el general fue archivada "de manera sospechosa" porque el empresario negó los hechos, "pero es que no se lo pudo decir nadie más".
La relación con Mon era tan estrecha que, según las fuentes consultadas, cuando el general pisaba las islas se movía en un Porsche Cayenne que le dejaba el constructor.
Obras de Mon
Una de las remodelaciones que se hicieron en 2009 en la comandancia de Las Palmas fue la de convertir un soportal en una "sala de conferencias" con 40 butacas del antiguo cine Galaxy de color rojo y negro. De las charlas no tienen muchos recuerdos los que servían en el Cuerpo por aquel entonces, pero lo que sí tienen fresco en la memoria es ver partidos de Sevilla en una pantalla gigante.
Años después, Alférez Mon hizo negocios con la Guardia Civil con hasta 20 contratos entre finales de 2016 y principios de 2021 en distintas comandancias. En total, 632.717 euros en obras todas calificadas como menores en Canarias, Andalucía y la Comunidad Valenciana, según publicó El periódico de España. Ahora, un juzgado de Madrid investiga la reforma de 13 cuarteles por parte de Ángel Ramón Tejera, después de que Asuntos Internos de la Guardia Civil observara que dos empresas obtuvieron una adjudicación supuestamente irregular de obras de acondicionamiento en la Comandancia de Ávila.
GAR-SI Sahel
El siguiente gran destino de Espinosa fue en África. En 2017, el ministro Zoido le encargó la tarea de dirigir el proyecto GAR-SI Sahel que arrancaba ese año. Este plan, en el que participa España, Italia, Francia y Portugal, está capitaneado por la Guardia Civil. La experiencia en zonas rurales, unido a la ideosincrasia militar del Cuerpo y la lucha contra ETA, hacen del Instituto Armado el idóneo para este plan.La misión se basa en formar a las unidades de los países que conforman esa franja africana para combatir el terrorismo.
Los países que conforman el Sahel son Mauritania, Senegal, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea, Etiopía y Malí. Precisamente a este último país se ha desplazado durante varios días esta semana la ministra de Defensa, Margartia Robles. Lo ha hecho acompañada, entre otros, de la directora del CNI, Esperanza Casteleiro.
Allí fue Espinosa a pesar de no contar con experiencia ni conocimiento antiterrorista. Y allí echó el ojo a cómo hacer negocios en un futuro.
En el sumario del caso Mediador se pone de relieve que este cargo le sirvió en la trama para entablar relación con empresarios. En concreto con José Suárez Esteve, alias José Drones, que tenía una compañía en Valencia de aeronaves sin piloto.
La jueza instructora del caso ha puesto el foco en cuatro contratos adjudicados durante los últimos años del general en Sahel antes de retirarse en junio de 2021. Se trataban de suministros de equipamientos para proyectos de seguridad en África (tres para el proyecto GAR-SI Sahel y uno para el proyecto CT Public Spaces para Ghana, Kenia y Senegal) por un precio total de 2.352.278 euros.
Las cuatro licitaciones incluyen drones entre los equipos a adquirir. Y esos lotes concretos, los relativos a drones, los ganaron sociedades del empresario valenciano. La Policía detallan que se adjudicaron a la empresa Asesoramiento y Servicios de Drones SL cuatro suministros por valor de 137.569 euros. La Guardia Civil eleva el montante total a 232.101 euros.
Marco Antonio Navarro Tacoronte, el conseguidor que da nombre a la trama, declaró en sede policial "que el general recibía pagos en efectivo en un sobre cada vez que se veía con él, dinero aportado por los empresarios previamente a las reuniones con el general".
Por su parte, el Servicio de Asuntos Internos de la Guardia Civil, que llevó el peso de la investigación sobre el general, subraya en un informe que hay grabaciones en las que Suárez Esteve reconoce reunirse "habitualmente" con Espinosa Navas, en las que se le escucha decir, entre otras cosas: "Todo lo que hago en África lo hago con Papá" (apodo con el que supuestamente se referían a él en la trama).
Registro de la vivienda
El 14 de febrero era detenido Espinosa en su casa de Madrid y saltaban las alarmas en la Guardia Civil. Tenía 61.110 euros en billetes, en fajos escondidos en una caja de zapatos y entre la ropa de un cajón, que la juez cree que eran de comisiones.
En el registro a su casa no solo aparecieron los fajos de billetes, sino también una cartulina con una cuenta bancaria anotada. Su numeración coincide con la que el propio Espinosa le da al intermediario Navarro Tacoronte en uno de los audios del sumario.
También apareció una libreta donde llevaría la contabilidad en A y en B de su parte de la trama. Estas anotaciones llevaban escrita al lado la palabra "CASH".
La jueza está a la espera de que las autoridades de Bélgica respondan a la orden europea de investigación que les ha cursado para pedir su ayuda para conseguir los movimientos de una cuenta bancaria en ese país relacionada con este oficial.
Espinosa ha solicitado su puesta en libertad. Es el único de los 12 investigados que permanece en prisión. La magistrada se la ha denegado porque cree que hay riesgo de destrucción de pruebas. El general retirado está investigado por los presuntos delitos de cohecho, tráfico de influencias y malversación de caudales públicos.
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