En la atribulada historia de la coalición en esta legislatura ya próxima a su fin, los socios del Gobierno han atravesado todo tipo de tormentas, de choques, de crisis. Ninguna como la ligada a la ley del sí es sí, una norma que concentra todas las tensiones entre las dos ala del Ejecutivo desde hace más de tres años y cuya reforma va a marcar un antes y un después. Porque se trata de una ley absolutamente simbólica, capital para socialistas y morados y demandada por el movimiento feminista, al que ambas fuerzas se dirigen también con ánimo electoral. Y porque precisamente la modificación legal visualizará, al menos en su primer trámite parlamentario, la ruptura interna del bipartito en la votación en el Congreso. El PSOE respaldará, lógicamente, la toma en consideración por el pleno de su propia proposición de ley, y Unidas Podemos votará en contra. Votará no. Un gesto contundente y mucho más explícito que una abstención, una alternativa más templada. Pedro Sánchez logrará así que la Cámara baja arranque la tramitación de la reforma de la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual contra el criterio de sus socios, singularmente del Ministerio de Igualdad de Irene Montero, y con la ayuda, al menos, del PP, además de pequeñas fuerzas como el PNV y el PDeCAT.
Oficialmente, ninguno de los dos socios se sitúa en la pantalla siguiente. En el escenario que siga al pleno del próximo 7 de marzo —víspera del Día de la Mujer— y, más aún, al que llegue cuando el cambio de la norma se haya completado tras su paso por Congreso y Senado, fin del proceso que se sitúa, aproximadamente, a mediados de abril, a un mes del comienzo de la campaña de las autonómicas y municipales del 28-M. El presidente del Gobierno ha reiterado que la coalición no se romperá en ningún caso. La reestructuración del Ejecutivo que acometerá este mismo mes, obligada por la salida de las ministras de Industria y Sanidad, Reyes Maroto y Carolina Darias, candidatas a su vez por Madrid y Las Palmas, se limitará a relevar a ambas, según ha reiterado él mismo en diversas ocasiones. La última, hace dos semanas, durante su primera gira preparatoria de la presidencia de la UE.
El presidente ha insistido en que la coalición no se romperá en ningún caso y que la crisis de gobierno se limitará, este marzo, a Maroto y Darias
Este viernes, Pedro Sánchez cerraba su segundo tour en Finlandia, tras visitar Irlanda y Dinamarca. Poco antes de su comparecencia en Helsinki junto a la primera ministra del país nórdico, la socialdemócrata Sanna Marin, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso anticipó que su grupo votaría el martes en contra de la proposición de ley socialista de reforma del sí es sí.
"Nosotros pensamos que el PSOE debería apostar por un acuerdo con la mayoría feminista de la Cámara, con un acuerdo en el seno del Gobierno con el Ministerio de Igualdad y no apoyarse en el PP. Si finalmente llega el momento de votar una vuelta al Código Penal de La Manada —aseguró Pablo Echenique—, evidentemente nosotros votaremos en contra de volver al Código Penal de La Manada, pero no queremos que eso ocurra. Queremos que haya un acuerdo y es en lo que estamos". Ante el "espectáculo poco edificante" de una división de los socios del Ejecutivo, los morados instaban a los socialistas a sentarse a negociar. Pero, en realidad, las conversaciones llevan paradas desde hace casi un mes. Desde que el PSOE registró su iniciativa en el Congreso precisamente porque las negociaciones entre Justicia e Igualdad habían llegado a un punto muerto.
Sánchez, en Helsinki, buscó evitar el choque con Podemos de manera ostensible tras ser preguntado por los periodistas. Recalcó que el martes solo se sustancia la toma en consideración de la proposición de ley del PSOE, y hay "un sentir mayoritario entre los grupos" a favor de hacerlo, no para "enmendar políticamente" el sí es sí, una norma que el presidente siempre ha alabado y ha tomado como propia, pese a haber sido impulsada por Igualdad. Se trata, recordó, de "corregir técnicamente" una "buena ley" que está teniendo "efectos indeseados". Las reducciones de condenas, ya son al menos 721, de las cuales 74, como mínimo, son excarcelaciones, según los datos publicados el jueves por el Poder Judicial.
Compromiso feminista "total y rotundo"
El presidente enfatizó a continuación el "compromiso feminista del Gobierno en su conjunto, también de Unidas Podemos", que es "total y rotundo", como lo prueba la hoja de ruta desplegada a lo largo de la legislatura. El Ejecutivo, concluyó, "comparte muchas más cosas" de las que les "separan".
Con sus palabras, Sánchez reconocía que la prioridad para él y para su partido es aprobar la reforma del sí es sí, sin importar si sale adelante con el PP y sin el concurso de los morados. Pero no por ese choque saltará por los aires el Ejecutivo.
Estamos más que dispuestas a negociar hasta el último segundo. Trabajamos para que el escenario de ruptura no se produzca y seguimos esperando a que el PSOE negocie", aseguran en la formación morada
En la Moncloa, en Ferraz y en la cúpula parlamentaria socialista daban por hecho en los últimos días que el voto de Unidas Podemos a la toma en consideración del martes sería negativo. Por eso buscaban desdramatizar. ¿Y más adelante?
¿Qué puede ocurrir si los morados llevan su pulso hasta el final y no hay acuerdo? "No tiene que pasar nada. Estamos en campaña electoral", aseguraban este viernes desde la dirección federal. En la formación morada, no adelantan si Montero se replanteará su continuidad en el Ejecutivo si la reforma se aprueba con los votos del PP —necesarios, al tratarse de una ley orgánica—, ya que supondría, según sus propios términos "volver al Código Penal de La Manada", ya que se aniquilaría el consentimiento, eje del sí es sí. "Estamos más que dispuestas a negociar hasta el último segundo. Trabajamos para que el escenario [de ruptura en el sentido de voto] no se produzca y seguimos esperando a que el PSOE negocie", contestan desde Podemos. Idea en la que también abundó la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, horas después de Echenique.
Lo cierto es que el sí es sí marcará un antes y un después en la legislatura. Los dos socios se separaron en la votación de un proyecto del Gobierno en el Congreso el año pasado, en la ley audiovisual. Pero entonces los morados se abstuvieron y el texto salió adelante gracias a la abstención del PP. Con la ley de bienestar animal, el mes pasado, UP cambió su posición en el último momento al ver que el proyecto peligraba y lo apoyó pese a que el PSOE había logrado introducir una enmienda decisiva, la que excluía del ámbito de aplicación de la norma a los perros de caza. En este caso, se trata de una proposición de ley, a iniciativa del Grupo Socialista, no del Ejecutivo, pero está directamente alentada por la Moncloa.
El mismo bloqueo en el mismo punto
PSOE y Podemos son especialistas en alcanzar acuerdos in extremis, pero en la reforma del sí es sí no hay siquiera conversaciones en marcha. Tanto Igualdad como Podemos, de un lado, como Justicia y el PSOE, por otro, confirmaban a este diario que las negociaciones siguen detenidas. Y sin visos de reanudarse.
ERC y Bildu se acercan a Podemos, mientras que el PNV y PDeCAT apoyarán la iniciativa socialista. Más País se guarda sus cartas
"En principio, paz y después gloria", resumen en la Moncloa para describir el escenario que quedará una vez que se consume el lanzamiento de la reforma. Los socialistas están convencidos de que Podemos no se marchará del Ejecutivo, pese al peso de la contradicción, porque fuera de él se quedarían sin foco. Tampoco pronostican que sea Sánchez quien rompa la baraja. Pero nada es cien por cien seguro, porque el líder del PSOE es "experto en giros de guion", aunque ahora no se espera ninguno a la vuelta de la esquina. "Y ya se sabía que en este año electoral las tensiones iban a explicitarse más", remachan.
El punto de discrepancia sobre el sí es sí sigue siendo el mismo: los socialistas subrayan que la reforma ha de pasar por el endurecimiento de penas a futuro preservando el consentimiento. Y arguyen que, hasta el momento, la única fórmula que ofrece garantías es la que planteó Justicia desde el principio: añadir un subtipo agravado para que cuando concurran la violencia, la intimidación o la anulación de la voluntad de la víctima se apliquen condenas más severas. Para Podemos, supone volver al patrón anterior, según el cual la víctima tendrá que probar si se resistió. El PSOE defiende, sin embargo, que no se toca el corazón de la norma en ningún caso.
Los socios habituales orbitan en torno a socialistas o morados, sin una posición compartida. ERC y Bildu se acercan a Podemos y advierten de que no aceptarán ninguna solución legal de la que no participe Igualdad. El PNV y el PDeCAT sí han adelantado su sí a la iniciativa socialista. Y Más País se guarda sus cartas y no anuncia su voto a la espera de que cuaje el acuerdo entre PSOE y UP. Pero ese pacto, a escasos cuatro días del pleno y a las puertas del 8-M, se hace hoy imposible.
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