Fue hace apenas quince días. Se cruzaron agendas y diagnósticos. Euskadi, Cantabria, Asturias y Galicia temen quedarse aisladas respecto a otras regiones españolas en sus comunicaciones ferroviarias y en sus ‘conexiones’ y transiciones energéticas con Europa, en las que comunidades como la vasca deben jugar un papel determinante.

El lehendakari Iñigo Urkullu, en su calidad de presidente del Arco Atlántico, una organización que reúne a las comunidades autónomas, regiones y naciones de la zona atlántica europea, organiza el próximo lunes una cumbre autonómica que reunirá a Miguel Ángel Revilla (Cantabria), Alfonso Rueda (Galicia), Adrián Barbón (Asturias) y al propio lehendakari en el Palacio de Ajuria Enea, sede del Gobierno vasco.

Será una suerte de ‘cumbre de presidentes’ con la cuestión ferroviaria y energética como tema central y con los que presionar al Gobierno de Pedro Sánchez para reclamarle medidas para acelerar la ejecución de los proyectos de alta velocidad. Se trata de trazados muy retrasados en muchos puntos de la región cantábrica. También se reclamará que despeje las no pocas incógnitas que aún sobrevuelan la conexión que tendrá el AVE con Francia tras su llegada a Irún. Un trayecto que, en el mejor de los casos, no se prevé que culmine antes de 2027.

En el encuentro, tras el cual está prevista una comparecencia conjunta de todos los presidentes, también se abordará el futuro de las transiciones energéticas, y en particular de las conexiones con Europa. Se incidirá en lo relativo al suministro de hidrógeno, gas y electricidad proyectados desde ámbitos comunitarios pero con un desarrollo aún insuficiente. Otro de los elementos que se quieren abordar son las conexiones de la tecnología 5G que se está desplegando en toda la Unión Europea. “El arco atlántico corre el riesgo de verse relegado frente a la pujanza de otras zonas y por eso queremos plantear nuestras preocupaciones”, aseguran desde el Gobierno vasco.

Conexión con Francia

Actualmente el País Vasco y Cantabria son dos de las regiones que acumulan mayores retrasos en las obras del AVE en toda la cornisa Cantábrica. En 2021 el AVE llegó a Galicia tras más de dos décadas de obras y está previsto que este año lo haga a Asturias, por la Variante de Pajares. En el caso de Cantabria, el proyecto está aún en fases de desarrollo en muchos casos. Además de la conexión con Palencia, con un trazado que partirá de Santander, aún está por definir cómo será la conexión con la llamada ‘Y’ vasca, aún en ejecución en Euskadi.

Es precisamente la conexión en Irún la clave de muchos de los temores de ‘aislamiento’ que inquietan a las comunidades autónomas que se reunirán este lunes en Vitoria. La necesidad de que Francia y España puedan acordar una conexión ferroviaria adecuada, que garantice la alta velocidad al paso de la frontera, es uno de los mayores escollos para una comunicación de alta velocidad entre ambos países.

El gobierno galo no parece querer priorizar la construcción de una vía entre Irún y Dax de ancho internacional, con la que se conectaría con el AVE. Si finalmente no se hace, obligaría a discurrir por vía convencional, -y velocidad convencional-, en ese tramo de territorio francés hasta la conexión de alta velocidad más cercana. Macrón ya ha mostrado que su Gobierno inyectará mayor urgencia a otros tramos, como el referido a Burdeos-Tolouse, y que la vía hacia Dax podría demorarse hasta 2042.   

Triple transición

En la cita prevista en Ajuria Enea se analizará la llamada triple transición (verde, digital y socio-demográfica) y el impacto y desarrollo que podría estar condicionando por la falta de avances a una escala nacional. Urkullu ha defendido el encuentro en la necesidad de mitigar el efecto negativo de la cada vez mayor interdependencia con Europa.

El portavoz del Ejecutivo vasco recuerda que en noviembre de 2022 se celebró el plenario de la Comisión del trabajo de los Pirineos -que reúne a todas las comunidades autónomas que se ubican a los dos lados de los Pirineos- y tras la cual se aprobó una declaración en la que "se mostraba el interés y la preocupación por diferentes asuntos, pero especialmente por las conexiones entre la Península Ibérica y el Estado francés, a través de los Pirineos": "Son cuestiones que afectan a todas las comunidades autónomas europeas, pero que especialmente preocupan en el ámbito atlántico que, como antes de la pandemia de la guerra Ucrania, corren el riesgo de verse relegadas en el ámbito europeo frente a la pujanza de otras zonas centrales", asegura el portavoz Bingen Zupiria.