Pedro Sánchez, el Gobierno, necesitan cuanto antes curarse por las profundas heridas que está dejando la reforma de la ley del solo sí es sí. Pasar página y exhibir que la coalición, pese a sus disfunciones y sus discrepancias, sigue viva y es estable, y sigue aprobando medidas en favor de la "mayoría social". Y una de ellas es la reforma de las pensiones, pactada con Bruselas y en el seno del Ejecutivo, entre PSOE y Unidas Podemos, y a punto de cerrarse con los sindicatos. El presidente maneja la opción de aprobar este último hito comprometido con la Comisión, imprescindible para el cuarto desembolso de los fondos europeos, en un Consejo de Ministros extraordinario y único este jueves, 16 de marzo. Todo dependerá de si el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, logra atar definitivamente el texto con UGT y Comisiones Obreras en las próximas horas. La aprobación permitiría a Sánchez lucir ese logro de cara al comité federal del sábado, el que supondrá la puesta a punto definitiva de la maquinaria orgánica del PSOE para las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. El lunes 20 puede celebrarse otro Consejo de Ministros, este ya ordinario, adelantado un día para despejar el martes 21 al debate de la moción de censura presentada por Vox y liderada por el economista de 89 años Ramón Tamames.
El acuerdo en pensiones con los morados fue el asidero al que se agarró la Moncloa la semana pasada para intentar girar el viento adverso, cambiar el clima de división interna y frenar el enorme desgaste que viene arrastrando desde hace meses por la ley del sí es sí, el potente corrosivo que ha envenenado y tensado al máximo las relaciones de los dos socios. Sánchez y sus ministros, y la cúpula del PSOE, han venido subrayando desde el viernes este consenso interno como una prueba de que la coalición merece la pena. Este lunes, incidían en esta misma idea la portavoz del partido, Pilar Alegría, y la vicesecretaria general y titular de Hacienda, María Jesús Montero.
Inclusión envía este martes a los sindicatos un nuevo texto con el que pretende satisfacer a las centrales sindicales
Pero ahora al Gobierno le falta rematar la reforma. Convertirla en un real decreto ley que entre en vigor y que el Congreso convalide en un plazo de 30 días. Y Sánchez quiere hacerlo cuanto antes. En cuanto sea posible. Por eso la Moncloa sopesa, tal y como confirmaron fuentes de primer nivel a este diario, la convocatoria de un Consejo de Ministros extraordinario para este jueves, para llevar a él el pacto trenzado por Escrivá. Pero el texto no tiene el visto bueno aún de los sindicatos, un plácet imprescindible para el Gobierno, más aún después de que la patronal se haya descolgado.
La intención de Inclusión es que el acuerdo con las centrales esté cerrado en las próximas horas, para que se pueda exponer la reforma consensuada a la Comisión del Pacto de Toledo previsiblemente el miércoles. Este lunes se reunió la mesa de diálogo social entre patronal, sindicatos y el ministerio, y de ella se desenganchó la CEOE por tratarse de una reforma "regresiva".
Inclusión se comprometió a mandar a CCOO y UGT un nuevo texto que incorpore sus demandas, que cierre los "flecos" pendientes, tal y como relató el vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján. Entre las cuestiones abiertas, la llamada cuota de solidaridad, un recargo adicional de cotización para los salarios más altos, ya que no está claro a cuántos colectivos puede afectar, informa EFE. También Carlos Bravo, secretario de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO, valoró los "avances significativos" en la propuesta del Ejecutivo, aunque la negociación continúa, avisó, sobre puntos como medidas de impacto de género y pensiones mínimas.
Cuando se logre el acuerdo, lo mejor es no marear mucho y aprobarlo formalmente cuanto antes", sentencian en el equipo del ministro Escrivá
CCOO y UGT tienen previsto convocar a sus órganos de dirección el miércoles para pronunciarse sobre el texto de Inclusión. Si dan su visto bueno, el Gobierno tendría el camino expedito, de tal manera que el Consejo de Ministros podría reunirse el jueves para aprobar el real decreto ley. "Ya está todo el mundo muy alineado y el acuerdo está muy a punto. Así que cuando se logre, lo mejor es no marear mucho y aprobarlo formalmente cuanto antes", aseguran desde el equipo de Escrivá a este diario, donde sostienen que en las próximas horas se pueden introducir cambios menores, porque "el grueso de la propuesta" sí convence a todos los interlocutores.
Un proceso muy diferente al de la reforma laboral
En Inclusión destacan que el proceso de negociación ha sido esta vez muy distinto al de la reforma laboral, que a punto estuvo de decaer en el trámite de convalidación en el Congreso, porque ERC, Bildu y PNV dieron la espalda al texto cerrado por Yolanda Díaz, patronal y sindicatos. La salvó, de hecho, el error de un ya exdiputado del PP. Ahora, recalcan, Escrivá ha conducido las conversaciones con Bruselas, con los socios habituales y con los sindicatos, porque los empresarios se sintieron fríos desde el principio.
La Moncloa no ve problema en cambiar de día el Consejo ordinario, aunque sea festivo en la Comunidad de Madrid
Sánchez preside este martes el Consejo de Ministros ordinario, tras el cual viajará a Lanzarote, para la XXXIV Cumbre Hispanoportuguesa, que le mantendrá en la isla hasta el miércoles. El jueves, presidiría de nuevo otra reunión extraordinaria de su Ejecutivo —siempre que el acuerdo esté cerrado y con todas las bendiciones—, que le serviría para sacar pecho ante los suyos en el comité federal del sábado. El máximo órgano de dirección aprobará las candidaturas autonómicas y municipales (las de las ciudades de más de 50.000 habitantes) del 28-M y será abierto por una intervención del líder. La reforma de las pensiones es oxígeno puro en un momento muy complicado para la coalición.
Como lo es la moción de censura de Vox. Se debatirá en el Congreso, tal y como confirmó este lunes la presidenta de la Cámara, la socialista Meritxell Batet, el 21 y 22 marzo. Ella comunicará a la Junta de Portavoces la hora de arranque de la sesión, pero se espera que comience pronto, antes de mediodía, por lo que Sánchez, probablemente —así lo indican desde su núcleo de confianza—, desplazará la cita del Consejo de Ministros al lunes 20. Ese día es festivo en la Comunidad de Madrid, pero es la única región que traslada al lunes San José, así que la Moncloa no ve problemas para cambiar de día la reunión del Gabinete.
El Ejecutivo afrontará con "máximo rigor" la moción. Queda la duda de si, además de Sánchez, intervendrán más ministros
El Ejecutivo afronta "con máximo rigor y seriedad" la moción de censura de la ultraderecha. "Un rigor y seriedad que nunca ha estado en esa agenda política de Vox. Usan este instrumento constitucional para impulsar su estrategia de ruido en las instituciones", denunció Alegría. La portavoz no quiso avanzar la estrategia que seguirá la Moncloa, aunque desde Ferraz dan por seguro que intervendrá directamente Sánchez frente a Santiago Abascal y Ramón Tamames, pero queda la duda de si tomarán la palabra más ministros y, singularmente, algún miembro de Unidas Podemos, como Yolanda Díaz. En la anterior censura, la liderada también por Vox en octubre de 2020, sí participó, además de Sánchez, también Pablo Iglesias como vicepresidente segundo del Gabinete.
La moción defendida por Tamames se votará el miércoles 22 en la Cámara baja. El 23 y 24 de marzo, Sánchez asiste al Consejo Europeo en Bruselas, y de allí partirá hacia República Dominicana, para participar en la XXVIII Cumbre Iberoamericana junto al Rey, que habrá llegado a Santo Domingo el día anterior. Con Felipe VI también compartirá otro acto este viernes, 17 de marzo, este en Sagunto (Valencia), por el inicio de la construcción de la gigafactoría del grupo Volkswagen, y allí acudirá con la titular de Industria, Reyes Maroto.
201 iniciativas legislativas aprobadas
Este lunes, la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, restó importancia a las diferencias con los morados, y recalcó la labor "cuantitativa" y "cualitativa" del Gobierno de coalición, ya que son 201 las iniciativas legislativas aprobadas en estos más de tres años juntos —sobre temas tan importantes, dijo, como el la reforma laboral, el ingreso mínimo vital o el reciente acuerdo de pensiones—.
Alegría contrasta la "prudencia, el silencio y el rigor" del PSOE frente al "ruido" de Podemos, que horas más tarde acusó al socio mayor de dejar caer la reforma de la 'ley mordaza'
Alegría, no obstante, no se privó de reivindicar el estilo de su formación, contrastándolo con el de Podemos: "Somos un partido político con mucha trayectoria y forma de hacer política distinta, desde la prudencia, el silencio y rigor". "Prudencia" que se aplican los socialistas, dijo, al hablar de la ley de vivienda, sobre la que está cerca de cerrarse el acuerdo con los socios. "Es evidente que nos gustaría que hubiera menos ruido" en el Gobierno de coalición, señaló sobre los morados. "Ruido" que explica a que están cerca las "contiendas electorales", que llevan a los partidos a hacer "afirmaciones o comentarios" subidos de tono. "De lo que se trata es de seguir trabajando, de dar pasos hacia adelante, y de seguir aprobando leyes que mejoren la vida de la gente", sostuvo. Ferraz, pues, prefiere centrarse en la acción del Ejecutivo, intentando apartar el "ruido" y las discrepancias.
El Ejecutivo pone el acento en lo que le une y dispara a Alberto Núñez Feijóo por oponerse a la reforma de las pensiones: el jefe del PP no tiene "ningún tipo de miramiento" para "agarrarse fuertemente a la ultraderecha", pero "a la hora de apoyar a los pensionistas y votar la subida de las pensiones se pone nuevamente de perfil. Y cuando una persona se pone tantas veces de perfil, acaba desapareciendo", criticó Alegría desde la sede federal del partido, al término de la reunión habitual del comité electoral.
Pero aunque el PSOE se afanase en rebajar la tensión por la mañana, por la tarde se despertó otro foco de tensión con los morados, esta vez por la reforma de la ley mordaza, que previsiblemente decaerá este martes en la Comisión de Interior en el Congreso.
Fuentes oficiales de Podemos mostraron su "preocupación" por la actitud de los socialistas, por su "absoluta negativa a negociar" los cuatro puntos que hacen imposible el acuerdo con ERC y Bildu (desobediencia a los agentes, faltas de respeto a los uniformados, uso de las pelotas de goma como material antidisturbios y devoluciones en caliente. Sería "uno de los mayores fracasos políticos de toda la legislatura y no hay excusa que valga".
Podemos denunció la "aparente intencionalidad del PSOE para que la derogación [de la Ley de Seguridad Ciudadana del PP] caiga", porque es "consciente" de que esa reforma "no tiene mayoría parlamentaria" y, en vez de retrasar la convocatoria de la comisión para negociar, "ha decidido precipitarla para forzar su caída". Los morados se posicionan al lado de los socios, al señalar que sus demandas son "perfectamente legítimas en clave de salud democrática y protección de los derechos fundamentales". El choque, pues, está otra vez servido.
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