La ministra de Defensa, Margarita Robles, informó al PP del real-decreto que regula la formación castrense de la Princesa Leonor y lo hizo antes de comunicárselo a sus socios de Unidas Podemos, según ha podido confirmar El Independiente de fuentes populares. El primer partido de la oposición estaba pues al día de este proceso, lo que demuestra que se mantiene un hilo de comunicación Gobierno-PP al menos para los temas que afectan a la Casa Real.
La ministra informó a la secretaria general del PP y portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cuca Gamarra, y aunque agradecen dicha comunicación siguen echando de menos una línea de interlocución directa entre el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. "Qué fácil le hubiera resultado a Sánchez llamar a Feijóo", subrayan las fuentes consultadas. "Qué llamada tan facilita de hacer para quedar como un señor", agregan. Porque lo cierto es que "de todos los temas que pueden discutir, este es uno en el que no va a haber ningún problema. No perdería nada, pero no queremos hacer de esto motivo de batalla".
Desde el Gobierno se limitaron a comentar este martes que el PP "no se ha quejado" del decreto, dando a entender que había sido informado, pero sin querer confirmarlo. Lo cierto es que, internamente, hubo todo tipo de precauciones. El texto no pasó por la comisión de secretarios y subsecretarios, que organiza el orden del día del Consejo de Ministros, y fue Pedro Sánchez el que llevó en mano el texto para evitar cualquier tipo de filtración.
En todo caso no deja de ser una demostración de la escasa confianza que Moncloa y Defensa tienen de Unidas Podemos, que antes informan al PP que sus propios socios. De hecho, todo lo que tiene que ver con la Casa Real es guardado bajo siete llaves por apenas un puñado muy reducido de miembros del Ejecutivo y, entre ellos, nunca están los del sector minoritario.
Defensa no ha respondido a la petición del PP para que Feijóo pueda viajar a Letonia a ver a las tropas
Este asunto ya fue motivo de controversia en el Ejecutivo cuando los morados se enteraron casi al mismo tiempo que el común de los ciudadanos de la marcha del Rey emérito a Abu Dabi, en agosto de 2020, lo que generó un profundo malestar al entonces vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Sin embargo, en su entorno llegaron a afirmar en aquel momento que "preferimos pasar por tontos e ignorantes que por cómplices" de una decisión que no compartían y más habida cuenta de que Juan Carlos I seguía teniendo causas judiciales abiertas en España.
Pero curiosamente, del mismo modo que Robles informó al PP, Defensa sigue dando la callada por respuesta a la petición de Génova para que su líder pueda visitar a las tropas españolas destacadas en Letonia bajo el paraguas de la OTAN. Una petición cursada el pasado mes de febrero que, según la versión popular, fue bien aceptada por el gabinete de la ministra de Defensa y finalmente boicoteada por Moncloa.
La jefa de gabinete de Feijóo, Marta Varela, llegó a remitir una carta a su homólogo en el Ministerio, Juan José García de la Cruz, para subrayarle que las Fuerzas Armadas no son del Gobierno, sino de todos los españoles, “por lo que no parece razonable impedir que el líder de la oposición vaya simplemente a reconocer y agradecer el trabajo de las tropas de nuestro país”. “Lo partidista sería prohibirlo”, concluía. Pero de esta carta no ha habido respuesta en ningún sentido, ni siquiera para justificar una negativa.
Es la falta casi absoluta de interlocución con el Gobierno lo que más critican en Génova
Precisamente, es la falta casi absoluta de interlocución con el Gobierno lo que más critican en la sede nacional del Partido Popular. Génova reclama un trato preferente como primer partido de la oposición, pero lo más que consigue es ser considerado como cualquier otro grupo que no forma parte de la mayoría de la investidura. Y, en algunos casos, es ignorado directamente. Ocurrió con la reforma socialista de la lesiva ley del "sólo sí es sí", salvada por los populares a pesar de que hubo una negativa expresa del portavoz socialista, Patxi López, a sentarse a negociar con ellos.
El PP se niega a pasar por la misma experiencia ante la reforma de las pensiones. "Esto no es lo del 'sí es sí'. No es apoyo gratuito", advierten. De hecho, el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, adelantó ayer el rechazo de su grupo, que se traducirá en una contrarreforma porque el modelo pactado entre el Gobierno y las organizaciones sindicales "no garantiza la sostenibilidad del sistema", dijo. Aunque se determinó que las pensiones debían ser una cuestión de Estado alejada de la pugna electoral y residenciarse para ello en el Pacto de Toledo, este tema sí, y no el de la Princesa, enfrenta a Ejecutivo y PP.
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