La primera advertencia que se hace de la moción de censura propuesta por Vox y que Ramón Tamames encabeza como "candidato independiente" es que sus declaraciones chocan con las del partido que lidera Santiago Abascal. Ello, sin embargo, es concebido como "un éxito" dentro que reafirma que "se ha cumplido el propósito de neutralidad". Mientras que Vox exalta la soberanía energética, pone en tela de juicio el cambio climático y rechaza cotas altas de inmigración, con un ataque frontal a las migraciones irregulares, Tamames colabora con Greenpeace, una de las principales entidades ecologistas a nivel mundial, y con Amnistía Internacional, del mismo calado y centrada en la defensa de los derechos humanos. Pero ello no les ha impedido cerrar filas, rueda de prensa incluida.
Es más, Tamames aboga por la necesidad de atraer inmigración para garantizar la sostenibilidad de la economía nacional [aunque en el discurso filtrado habla de la necesidad de controlarla], incide en la necesidad de concienciación ambiental [considera que Vox se equivoca con sus planteamientos anticlimáticos, porque la mayoría de sus votantes no lo apoyan]. También por la defensa del sistema autonómico frente a la recentralización que quiere consolidar Vox, uno de los aspectos que más controversia generan para una organización autodefinida como constitucionalista. Incluso ha desvelado su cierta "estima" por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Lo que genera incongruencias sobre la razón que le ha llevado a dar este paso.
Pese a todo, Tamames y Abascal rebajan cualquier posibilidad de divergencias una vez se planteen sus dos discursos en la cámara baja. En una de sus últimas comparecencias, el economista asegura que "no siempre llueve a gusto de todos", pero que su propósito único es dar "una explicación de cómo está España, con los problemas que hay y el trabajo que hay que hacer para frenar los deterioros". Quien conoce a Tamames puede dar dos versiones de él. La amable radica en sus conocimientos, experiencia profesional y capacidades demostradas hasta el momento. Esa la comparten fuentes cercanas a su entorno, que mantienen amistad con el profesor y su hijo 'Moncho' [tiene otras dos hijas, Alicia y Laura]. A ella, y como fundamento de su selección [tras fracasar opciones como Rosa Díez y Joaquín Leguina, que rechazaron dar un paso a la nada], se agarra Vox. Y lo cierto es que el expolítico, por su obra Estructura Económica de España, editada por primera vez en 1960 por Alianza Editorial, es uno de los autores más estudiados y reconocidos en las universidades nacionales. Asimismo, es premio Rey Jaime I de Economía y Premio Extraordinario en Ciencias Económicas, entre otros.
Ahora bien, entre las personalidades que lo conocen o han compartido momentos profesionales con él, aunque también ahondan los halagos, hay la concepción extendida de que entre sus rasgos despunta el ego. Incluso de escatimar en gastos, quizá por formación profesional. Estas valoraciones llegan desde su expropio partido, el Partido Comunista de España y desde otras secciones del ámbito político en las que Tamames militó entre los cincuenta y los ochenta. De hecho, se afirma que hasta Santiago Carrillo, el exsecretario general del PCE, lo advertía. Respecto al afán de protagonismo que se le adjudica, fuentes comunistas lo justifican apuntando al propio compromiso adquirido con la moción de Vox sin haber necesidad y también a que considere que su visión sobre la realidad del país es la correcta.
Tamames, de 89 años, nace en Madrid en 1933, en pleno contexto republicano y a tres años de que se inicie la Guerra Civil. Lo hace en el seno de una familia acomodada, aunque las consecuencias de la contienda se hace notar en la economía de los Tamames-Gómez con reiteradas "cenas" basadas en "sopa de ajo y lentejas", según ha relatado el propio autor en su biografía. Su padre, Manuel, era doctor en Medicina y Cirugía, mientras que su madre Carmen se dedicaba a las labores domésticas y al cuidado de sus cinco hijos. Ella se suicidó cuando Tamames tenía siete años, lo que le marcó [encontró una carta con las explicaciones cuando era adulto]. Lo hizo a razón de no sentirse parte de la vida de su marido, a quien culpaba, a la vuelta de su estancia en las trincheras [no hay constancia de entre qué filas]. "La vida conyugal era distinta en ese periodo", reflexiona Tamames en sus memorias.
Quien conoce a Tamames puede dar dos versiones de él, la de intelectual de altas capacidades, o la de ambicioso y egocéntrico. Vox se acoge a la primera
Desde entonces, a partir de 1940, la educación de los Tamames recayó en el padre, que inculcó a Ramón el afán por la cultura y la lectura. También lo hizo su abuelo, quien entretenía a los nietos con diversas obras como El Quijote. Esa semilla intelectual germinó durante su paso por el Liceu Francés de Madrid para estudiar el bachillerato y por la Universidad de Madrid, la actual Complutense, para licenciarse en Derecho (1958) y Económicas (1964). Posteriormente, pasó por la elitista Escuela de Economía de Londres y se doctoró en Estructura de la Economía. Unos conocimientos que compagina con los lingüísticos: habla francés, inglés, portugués, italiano y entiende el alemán.
Tamames está casado con Carmen Prieto-Castro desde 1960, cuando ya había establecido contacto con la política, ejercía de profesor universitario y había pasado a integrar las filas del PCE por su deseo de transitar hacia una democracia. Y es que el partido era la estructura más consolidada de oposición al régimen franquista. Tras un breve paso por la cárcel por unas revueltas estudiantiles, el economista se afilió a la hoz y el martillo en 1956. Volvió a ser internado en el centro penitenciario de Carabanchel durante un mes después de redactar una carta dirigida al Ejecutivo en el que solicitaba la amnistía y por "las fuertes multas que le fueron impuestas por el intento de encabezar una manifestación" para ese objetivo, detalla el diario El País el 3 de abril de 1976, ya con Franco fallecido. Un aspecto a destacar, que lo ha enlazado directamente con Vox, es la coincidencia allí y la amistad tejida desde entonces con Fernando Sánchez-Dragó.
Con el PCE legalizado, Tamames entra a formar parte del Comité Ejecutivo de los comunistas, se convierte en diputado nacional en la legislatura constituyente y participa junto a Carrillo en las negociaciones de los Pactos de La Moncloa. Y repite en el Congreso durante las tres primeras legislaturas, con Adolfo Suárez primero, al frente del Gobierno, y con Felipe González, después. Entre esos años, compagina el cargo con el de primer teniente de alcalde en Madrid, el coalición con el socialista Enrique Tierno Galván. Su sustituto tras su muerte, Juan Barranco [candidato del PSOE], es una de esas personas que, públicamente, apela al ego de Tamames, con quien compartió bancada en la antigua sede del gobierno madrileño, la Casa de la Villa. También habla de "sus ambiciones", las "legítimas" y las que "no vuelan, se arrastran".
De una moción con el CDS, a otra nacional con Vox
En unas declaraciones recientes a El Español, Barranco, el último alcalde socialista de Madrid, afirma que Tamames, a quien define como "saltimbanqui de la política", no le "gustó desde el principio". El economista, durante sus últimos años de estancia en las Cortes fue virando hacia posiciones más conservadoras. En 1981 se salió del PCE y cuatro años después creó el partido Federación Progresista, que se integró en la recién creada IU entre 1986 y 1987 para un año más tarde desaparecer. En ese momento, Tamames encabezó la lista por la capital para las municipales y, tras cuatro años de gestión del PSOE, facilitó con su apoyo [aunque no era determinante] la moción de censura que AP y el CDS de Suárez promovieron [años después se arrepintió]. Fue justo en el momento en el que, con escaño parlamentario obtenido con IU, se adhirió al grupo de Suárez en el Congreso. Pocos meses después abandonó la política y se dedicó al mundo de los negocios.
"Hoy es candidato de un partido que representa el peor pasado de este país. Es todo un vodevil de egos [tanto la moción con los centristas como con Vox ahora]. Ha tenido una gran lealtad a sus intereses privados y eso sigue. Si se hubiese preocupado por los intereses de los demás habría sido un fenómeno", determina Barranco para el mismo medio. Para El Confidencial, el actual diputado de Más Madrid en la Asamblea, y por entonces uno de los tres concejales de IU en el Ayuntamiento de Madrid cuando Tamames desertó, Félix López-Rey, afirma que su principal cualidad es que "llamaba la atención" por su altas capacidades y su "cultura". Algo que destacaba, sobre todo, ante gente trabajadora y con baja formación entre finales de los setenta y los ochenta. A los reproches de egoísta y agarrado que se vierten desde su exformación, se añaden los de López-Rey, y es que asegura que Tamames "no se implicaba a fondo" en las campañas, no participaba en "los mítines difíciles" y acudía poco a los plenos. Tanto municipales como nacionales. Y cuando lo hacía, hablaba más con gente del CDS, advierte para el mismo medio.
A su marcha, dice el hoy diputado del partido de Mónica García, Tamames "no dio explicaciones". Aunque destaca que, una de las posibles consecuencias de su salida posterior de las filas de Suárez es que en la formación no estaban cómodos con su presencia, y consideraban que les daba "mala imagen" por proceder de la extrema izquierda.
Otra de las valoraciones más recientes sobre Tamames, procede del hasta hace poco uno de los respaldos mediáticos o menos lesivos con Vox; del Grupo Libertad Digital y de su presidente y presentador en esRadio Federico Jiménez Losantos. Al conocerse que las negociaciones entre Abascal y Tamames avanzaban a buen puerto, y con la ruptura de relaciones cordiales con Vox de por medio, Losantos, que también militó en la izquierda por la época de esplendor del economista, lo calificó de "cantamañanas con ínfulas". "Si creen que no se va a extralimitar es que no conocen al personaje", decía de su discurso en la moción de censura.
Este martes, Abascal abrirá la moción de censura para dar la exposición de motivos que ha llevado a la formación a presentar su segunda moción de censura. Será a las nueve, y según explican desde Vox, el diputado no sobrepasará la hora de alocución. Sobre las diez de la mañana, Tamames, que ocupará el escaño de Abascal, expondrá un discurso ya público y que da margen a Gobierno y bloque de investidura a prepararlo con más seguridad. La moción no saldrá por la incapacidad de conjugar una alternativa parlamentaria a la suma actual. Los únicos ganadores serán Sánchez, a quien se le otorga un balón de oxígeno, y Tamames, quien treinta años después ha vuelto a copar los focos en el Congreso.
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