El candidato "independiente" de Vox a la presidencia del Gobierno en esta sexta moción de censura del periodo democrático vigente, Ramón Tamames, ha intervenido desde el escaño de Santiago Abascal, cedido el pasado viernes, frente al hemiciclo. Lo ha hecho después de la exposición inicial y de presentación hecha por Abascal y la intervención y réplica dada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien es objeto de la moción. Un inicio de sesión en el que el líder del Ejecutivo y Abascal se han enzarzado con la mentira como centro del reproche ajeno. Tamames, que ha ocupado el escaño de Abascal y ha desplazado a la fila de diputados a la izquierda de sector, se ha mantenido ajeno a los aplausos del Grupo Vox en todo momento. Atento a los discursos y con gesto serio, eso sí.

Ya con el turno de palabra y sentado, el economista y exdiputado del PCE, ha seguido al pie de la letra del discurso que la semana pasada fue filtrado y publicado por eldiario.es. Todo ello, aunque mencionó en una rueda de prensa posterior protagonizada con Abascal que incluiría "novedades" y correcciones al tratarse de un borrador anterior al definitivo y al elaborado junto al presidente de Vox. A diferencia de Abascal, Tamames, aunque crítico con el Gobierno, ha reducido el tono combativo.

Tamames ha hecho un breve repaso de su trayectoria política previa a la democracia y posterior a la muerte de Franco y la transición. Pronto, el profesor ha entrado en materia poniendo por delante que su estancia hoy en las Cortes se puede definir como una acción para "rendir tributo a mi país". Los primeros ejes discursivos han sido las alianzas del Gobierno con los partidos independentistas, a quien ve culpables, por la dependencia de pactos para garantizar estabilidad legislativa, de la dificultad para ofrecer un 25% mínimo de castellano en las aulas. Tamames también ha advertido que con legislaciones como la de Memoria Democrática, se "está faltando a la veracidad" de los hechos. Se está "abogando por el partidismo cuando se cometieron atrocidades en los dos bandos, intentando limitarlos solo a uno". Para él, la II República estuvo marcada por el "caos, la desorganización, la indisciplina y por luchas por la llamada legitimidad republicana; la peor la revolución de octubre de 1934", fecha en la que ha fijado "el comienzo de la guerra civil" y que supuso un levantamiento socialista en Asturias. "Hay que volver a conocer la historia y dejarla a los historiadores", ha considerado.

El candidato ha afeado que Sánchez y los anteriores ejecutivos hayan demandado pactos con partidos independentistas cuya "base es la autodeterminación" caracterizados por "la sobredimensión electoral del independentismo", para lo que ha pedido una nueva ley electoral. Con exaltación, Tamames ha afirmado que "la autodeterminación no existe" [mientras la bancada de ERC, EH Bildu o el PNV miraba al techo y el resto del Congreso seguía en silencio la alocución] porque en la Transición "se debatió y se echó abajo por votación incluyendo la mayoría de diputados vascos y catalanes". Después, ha cuestionado que el Gobierno no respeta "la división de poderes", y ha apelado a el "intento de control desde el Ejecutivo" de la Justicia, en referencia a las negociaciones para renovar el CGPJ o los cambios efectuados en el TC recientemente, que ha virado a una mayoría progresista.

La derogación del delito de sedición y la rebaja del delito de la malversación han copado parte del discurso. Tamames ha hablado de "la potestad que no le corresponde" a Sánchez y encarnada en la mayoría de investidura que ha servido para modificar el Código Penal, con "la gracia del rey" propia "de los regímenes absolutistas". Y haciendo suyas unas palabras del exsecretario general del PSOE y exvicepresidente del Gobierno y exministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, Tamames ha pedido al PSOE desengancharse de sus alianzas. "No pueden ir de la mano de los independentistas, aquellos que quieren romper aquello que desean gobernar" o de aquellos que "hasta hace no mucho utilizaban la violencia para conseguir sus propósitos", ha expresado el expolítico en una solicitud para "apoyarse en otros partidos" y que se cese en los pactos con ERC y EH Bildu. Para que no se dé alas a quienes profesan una "fe declarada para acabar con la monarquía parlamentaria, la figura de Felipe VI y la unidad de España". Incluso ha recordado que socialistas como Alfonso Guerra, reconocen, recientemente, que no se sienten identificados y viven en otro tipo de socialismo.

Otra de las novedades añadidas al anterior texto ha sido la demanda a que los "partidos constitucionales", véase PSOE, PP, Ciudadanos y Vox, fomenten un "cambio radical" y el retorno a los principios que cimentaron la transición, para garantizar la preservación de esos pilares básicos aludidos. También la bandera. Hay que cumplir con "un mínimo para toda la nación; un paquete de medidas adecuadas, una ley electoral sin sobre representación de los separatistas, de vigilancia de la corrupción" y "un pacto" para retornar a la senda de "la concordia, de la paz y el entendimiento entre la mayoría de los españoles", ha pedido Tamames

Pese a todo, y aunque estaba inicialmente marcado en el borrador publicado de manera previa al inicio del debate, Tamames ha obviado definir la España actual y gobernada por el PSOE y Unidas Podemos como una "autocracia absorbente" como sí evaluó en las semanas previas mientras confeccionó el texto junto a su entorno y la tutela de Vox. Tamames tampoco se ha explayado más que Abascal, aunque se preveía dentro de la formación ultraconservadora. Como el líder de Vox, el economista ha empleado algo menos de una hora, pese a no tener límite de tiempo. Y ha destacado por hacer esbozos breves de un discurso más amplio, del que ha descartado párrafos e ideas. Como han observado, además, fuentes de Moncloa, Tamames no ha hecho referencia al objetivo troncal de la moción: convocar elecciones generales anticipadas y hacerlas coincidir el 28 de mayo con las municipales y autonómicas.

Sí se ha dedicado unos segundos para hablar del caso Mediador y la rama parlamentaria por los negocios del Tito Berni, que ha englobado como "corrupciones de última hora". Concretamente, se ha referido a la negativa por parte del PSOE y los socios a impulsar una comisión de investigación en el Congreso para incidir en los negocios que se hicieron en las Cortes y en el despacho del exdiputado Juan Bernardo Fuentes Curbelo y limitar la investigación que se hará empleando las comisiones de Interior y de Calidad Democrática a la rama que afecta a miembros de la Guardia Civil.

Respecto al ámbito económico, Tamames ha afeado que el Gobierno desatienda las recomendaciones de la AIReF mientras que usa el presupuesto con fines electorales, apelando al fomento de medidas sociales como las desplegadas tras la aprobación de las últimas cuentas, como los impuestos a la banca, a las energéticas o a las grandes fortunas. Sobre las empresas, Tamames ha acusado a Sánchez de tratar con "aversión" a los empresarios del Ibex35, "como si fuera una especie de conjunta del maligno capital español", justificando, así, la marcha de Ferrovial a Países Bajos por el "trato obsoleto" recibido por Moncloa.

Tamames, que no ha levantado la mirada apenas del documento escrito, ha asegurado que "cuando se supo el propósito para reformar el Código Penal, debería haberse presentado una moción de censura de parte de toda la oposición, porque se rompió un principio fundamental de la Constitución", ha dicho, en una crítica sutil dirigida al PP de Feijóo, ausente y que se abstendrá en conjunto. Otros temas tocados por el expolítico ha sido "el suicidio demográfico" nacional o la ausencia de propuestas del Gobierno para gestionar la inmigración irregular, algo que ha definido como "la pereza legislativa" de la UE. Hilando la cuestión con la guerra de Ucrania, Tamames ha apostado por volver al tratado de Schumann para "ofrecer una salida a la paz".

Uno de los puntos más destacados es que, para sorpresa de los asistentes, Tamames ha exigido al Gobierno que de luz verde a una nueva ley de vivienda para aumentar la protección de los jóvenes. Algo que está paralizado en este momento en las Cortes.