Siempre que se pregunta al presidente del Gobierno por la vida orgánica de otros partidos, y ocurrió este viernes de nuevo en Bruselas, intenta rehuir. Argumenta que es respetuoso con lo que ocurre puertas adentro de otras formaciones, del mismo modo que no quiere que desde fuera se interfiera en la marcha del PSOE. Pero lo que ocurre a su izquierda, en el espacio heredero de Unidas Podemos, sí le concierne directamente, y le afecta. E inquieta a su partido, aunque no se verbalice en las declaraciones públicas, en las que Pedro Sánchez y los dirigentes de su cúpula expresan únicamente su deseo de que su izquierda concurra unida a los comicios. Pero ese objetivo aún no está nada claro, por el choque irresuelto entre Yolanda Díaz y Podemos. Las expectativas de Ferraz, y de la Moncloa, es que el acuerdo de Sumar y los morados llegará finalmente, pero que no cuajará antes de las elecciones municipales y autonómicas del 28-M. Será después, creen, por una cuestión que también opera en política: el instinto de supervivencia. Y el "sentido común".
La moción de censura de Vox de esta semana en el Congreso proyectó una imagen nítida: el tándem electoral de Sánchez y Díaz. El presidente cedió parte de su tiempo de respuesta al candidato de la ultraderecha, el independiente Ramón Tamames, a la vicepresidenta segunda, para que ella blandiera una defensa cerrada de la coalición, para que hilvanara un discurso que sirviera de anticipo al lanzamiento de su propia candidatura para las generales, el próximo 2 de abril. Para que se viera con claridad que ambos son la garantía del propio bipartito más allá de las próximas elecciones. Y para reforzar, obviamente, los cimientos de una alianza muy erosionada por las constantes fricciones entre los socios. Sánchez, en suma, hizo una apuesta por Díaz, realzó su papel frente a las ministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, que no intervinieron en ningún momento de las dos sesiones, como habían reclamado.
Sánchez necesita tener a su izquierda unida para repetir en la Moncloa. Los suyos destacan que tan importante es la carrera con el PP por la victoria como la lucha de Sumar y Vox por el tercer puesto
Sánchez y el PSOE son perfectamente conscientes de que el espacio a su izquierda debe mantenerse unido para poder repetir en la Moncloa. De lo contrario, con tres ofertas progresistas en diciembre —PSOE, Sumar y Podemos—, el Ejecutivo se daría prácticamente por perdido. Fuentes de la Moncloa y de la cúpula de Ferraz explican que en las generales se dará una doble batalla por los escaños. Una primera liga, entre PSOE y PP, por la primera plaza, y una segunda lucha por el tercer puesto, que librarán Vox y Sumar. Y no es accesorio quién quede por delante, porque caer al cuarto cajón supone perder diputados de muchas provincias menos pobladas y no acceder al reparto de restos. Si la ultraderecha saltó, entre abril y noviembre de 2019, de 24 a 52 asientos en el Congreso, fue porque logró el bronce. De ahí que, en los cálculos que se dibujan en la Moncloa, apunten que necesiten un Sumar con una fuerza electoral pareja a la que tuvo hace cuatro años Unidas Podemos (35 diputados).
La previsión de la dirección socialista, compartida por varios barones y dirigentes territoriales consultados por este diario, es que Podemos y Sumar tejan un acuerdo, pero asumen que no llegará antes del 28-M. El partido morado y la plataforma de Díaz se han reunido "unas cuatro veces" desde mediados de enero, y no ha habido acercamiento. La formación de Ione Belarra recalca que no se ha entablado una negociación con ellos como tal, e insiste en que su voluntad para alcanzar una entente es "toda". "Y que sea cuanto antes, mejor hoy que mañana, y ya vamos más tarde que el resto de partidos", señalan. Su condición es que la vicepresidenta manifieste su deseo de ser la candidata de todo el espacio y que acepte unas primarias abiertas. Solo si se cierra "un primer acuerdo" en los próximos días, los dirigentes estatales de Podemos están dispuestos a acudir a la puesta de largo de Díaz, el 2 de abril en el madrileño polideportivo Magariños.
"Nada no justificar no caminar juntos"
"No hay ninguna razón" para que los morados no estén, defendió el pasado miércoles la ministra de Trabajo en RNE, cuando agradeció a formaciones como IU, Más Madrid, En Comú Podem, Chunta Aragonesista o Alianza Verde su confirmación de asistencia. "Quiero que esté Podemos en ese acto. Es una fuerza importante en este país", señaló en la radio pública. Sobre la celebración de primarias, recordó que ella misma fue elegida vicepresidenta "a dedo" por Pablo Iglesias, que lo aceptó y que le ha "pesado" posteriormente. Pero esa no es su forma de actuar, esgrimió: "No tengan duda de que las candidaturas de Sumar las va a decidir democráticamente la ciudadanía". Es decir, que las primarias no son un "obstáculo" para el acuerdo con Podemos. "Si lo que nos une es el proyecto de país, no hay nada que justifique no caminar juntos", remachó.
Podemos exige a Díaz cerrar un primer acuerdo ya y primarias abiertas; la ministra dice que estas no serán obstáculos pero que no tendría sentido firmar pactos antes del 28-M
Las dos partes asumen las primarias, sí, pero las dificultades residen en los detalles. Hasta ahora, los pactos preelectorales tejidos por Podemos con otros partidos se acordaban entre las respectivas direcciones, y esos pactos comprendían desde el reparto de puestos en las listas hasta la distribución de recursos, las portavocías o los espacios de visibilidad. Acuerdos que luego eran ratificados por la militancia de las formaciones concernidas. Ahora, Podemos propone otra fórmula: primarias conjuntas, únicas, en las que participen todas las organizaciones. Es una vía que, objetivamente, favorece a los morados ya que sus bases son más numerosas que las del resto de partidos, de forma que podrían aupar a los suyos más arriba en las listas. Para la formación de Belarra, indican a este diario, ese formato es el lógico, puesto que reflejaría "el peso real de cada organización".
Además, los de Díaz entienden que no cabe cerrar ningún acuerdo antes del 28-M, porque los partidos que quiere atraer Sumar y que pueden confluir después de esos comicios rechazan tender puentes con Podemos, porque compiten con ellos justo en estas autonómicas y municipales. Por ejemplo, los morados rivalizan con Más Madrid en Madrid y con Compromís en la Comunitat Valenciana. Para la formación de Belarra, eso no es ningún obstáculo, porque "nadie tiene dudas" de que al día siguiente de las urnas todos los partidos se sentarán juntos, y también con el PSOE, para forjar una alianza y formar gobiernos en aquellos lugares donde la suma de la izquierda sea posible.
El 'efecto arrastre' de la moción y del 2-A
La cúpula socialista anticipa que Podemos puede sufrir un importante bajón el 28-M. De hecho, basta un sondeo en los territorios para comprobar que a sus barones les preocupa desde hace meses no tanto su desempeño en las urnas —todos ellos creen que aguantarán sus resultados, con ligeras oscilaciones—, sino un hipotético batacazo de sus socios. La dificultad radica en que Podemos tendrá que superar la barrera electoral —en algunas comunidades, como Madrid, Comunitat Valenciana o La Rioja, muy exigente (5%)—, y si se desliza por debajo de ella, sus votos se pierden y complica la suma de la izquierda.
Si Podemos y Sumar van en candidaturas separadas, se podría fomentar el voto útil hacia nosotros", apuntan fuentes socialistas de primer nivel
Por esa previsible caída de los morados el 28-M creen en el estado mayor socialista que los de Belarra se unirán a Díaz en generales. Para poder "sobrevivir". Porque apenas lograrían escaños en buena parte del país si concurrieran por separado. "Con tres listas, es cierto que tendríamos mucho más difícil poder gobernar, pero no imposible. Si Podemos y Sumar van en candidaturas separadas, se podría fomentar el voto útil hacia nosotros", apuntan fuentes socialistas de primer nivel.
"Habrá acuerdo, y más aún después de lo que vivos en la moción, porque abrió los ojos a mucha gente —indica un miembro de la ejecutiva federal del PSOE—. Es cierto que la proyección de Yolanda puede haber encabronado a Iglesias, pero Ione no va a dejarse arrastrar si la ola viene grande. Ella tendrá que velar por su partido. Porque, ¿qué territorio controla Pablo? El día 2 [de abril] le va a ir bien a Yolanda, y eso reenfocará las cosas. Porque lo probable es que su presentación desencadene procesos, apoyos. Si distintos territorios de Podemos la respaldan, ¿el núcleo duro se va a negar? Yolanda es inteligente y si ha decidido dar el paso es porque ve agua en la piscina". Los interlocutores socialistas de Díaz en el Gabinete de coalición también insisten en que ella no se doblegará y aguantará las presiones "hasta el final".
La lectura que comparten Ferraz y la Moncloa es que, por tanto, habrá acuerdo entre Podemos y Sumar para generales porque los morados "no se pueden permitir" el divorcio. "Pero si algo enseña la política es que hay que ir día a día", apuntan en el cuartel general socialista.
"No les queda otra"
El equipo de Sánchez irradia seguridad en su proyección, aunque admite que el tren puede descarrilar. En las federaciones, las impresiones son mixtas. En Madrid, por ejemplo, fuentes próximas al secretario regional, Juan Lobato, no pueden ocultar su pesimismo, porque viven muy de cerca la rivalidad entre Podemos y Más Madrid, y cómo los primeros pueden quedarse fuera de la Asamblea —obtuvieron un 7,24% con Iglesias como candidato, frente al 16,99% de Mónica García—. "No pactar aquí es una tremenda irresponsabilidad", admiten, temiéndose que opere la misma lógica en generales. En Baleares, en el círculo de la presidenta, Francina Armengol, que se apoya en los morados y en los nacionalistas de Més para gobernar, creen que al final se impondrá el "sentido común". "Tienen que converger, pero me temo que será después del 28-M. Pero han de confluir, no les queda otra", apuntan.
Lo más "probable" es el pacto, analiza un cargo extremeño, pero también que pueda haber acuerdo 'in extremis', como en Andalucía, o que Iglesias "se tire por el barranco"
En Valencia, las dudas persisten: "Quién sabe —indican en el aparato del PSPV-PSOE—. No está claro que exista Sumar tras el 28-M. Aquí existe Compromís y eso les resta espacio político". En Extremadura, fuentes próximas al presidente, Guillermo Fernández Vara, señalan que el escenario más "probable" es que un Podemos "debilitado" tras el 28-M no tendrá "más remedio que entrar en Sumar, porque ahora el principal activo es Yolanda, mientras que Irene y Ione son el rechazo personalizado".
Pero no descartan otras dos alternativas: que confluyan in extremis, a pocas semanas de las generales porque las encuestas sean malísimas para Podemos (o sea, que se repita lo que ocurrió en Andalucía el pasado junio), o bien que "Iglesias se tire por el barranco, arrastrando a Ione e Irene y presentándose solos y haya tres listas en la izquierda". Esta tercera opción, admite este último dirigente, es la menos factible pero "nada descartable conociendo al mesías", a Iglesias, al que en el PSOE (y en el círculo de Díaz) pintan como muñidor real de la estrategia de la formación morada, conclusión que se justifica por los duros y repetidos ataques que ha dirigido a la vicepresidenta segunda en los últimos meses.
En Andalucía, una responsable de primer nivel también cree que "se unirán", porque los morados "se engancharán a Yolanda" tras el 28-M, aunque es "normal que no quieran diluirse". Otro alto mando de Castilla-La Mancha tiene una óptica inversa: ve más cerca la opción de la ruptura: "Yolanda en la moción de censura les mandó un mensaje claro: 'Si queréis, os unís, pero yo voy a tirar... con mis condiciones'. Y no veo a Podemos con ganas de claudicar, aunque si no se suman a Yolanda están muertos, pero fragmentarán más a la izquierda y eso es horrible. Ella espera que después de los malos resultados de Podemos el 28-M sean más generosos, pero justo lo que veo es que si se produce eso más riesgo hay de que los de Podemos sean más orgullosos y crean que las condiciones de Yolanda son humillantes y no acepten".
"Cuanto antes mejor, para ellos y para todos", se limita a expresar un barón regional. "Ojalá haya fumata blanca y confluyan en algo fuerte, aunque será para las generales. Eso sí, harán falta generosidad y ganas de remar. Pero la respuesta a la pregunta de si hay ganas de remar juntos solo la tiene Pablo Iglesias. Y ya sabemos", alerta otro mando territorial de una pequeña federación, "que la izquierda es ese espacio en el que puedes morir acuchillado en un tiroteo".
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