La empresa con la que el ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) José María Enríquez Negreira facturó durante años al Fútbol Club Barcelona más de siete millones de euros declaró pérdidas un año después de que la entidad azulgrana dejara de pagarle.
Negreira y el Barcelona están siendo investigados por los pagos que el club transfirió al mando arbitral entre los años 2014 y 2018, que ascienden a 2.971.673,01 euros, IVA incluido. La Fiscalía apunta a que la entidad contrató los servicios de Negreira a cambio de «favorecer en la toma de decisiones de los árbitros», aunque los investigadores no han encontrado «pago alguno» a ningún colegiado ni «prueba alguna en cuanto a que pudiera influir en resultados».
La empresa DASNIL SL, constituida por Negreira y a la que se habrían hecho los pagos, declaró un resultado negativo en 2019 de 5.984,81 euros. Los tres años anteriores siempre declaró ganancias. En concreto, en 2016 tuvo un beneficio de 197.718,85 euros, en 2017, de 204.695,21 y en 2018 otros 30.571,72 euros, según el sumario en poder de El Independiente.
Que la sociedad del número dos del estamento arbitral en España incurriera en pérdidas no es casualidad. En 2019, la empresa ya no contaba -como destacó Hacienda en un informe enviado al Ministerio Público la primavera del año pasado- con los ingresos que llegaban desde el Fútbol Club Barcelona, por lo que en cuatro años la facturación pasó de los 567.136 euros a los 7.384 euros, ya sin el músculo financiero que procedía de la entidad culé.
Liberarse del Impuesto de Sociedades
Negreira, además, se aprovechó de esta circunstancia para liberarse del pago del Impuesto de Sociedades. La legislación española exime a las empresas en números rojos del abono de este gravamen por lo que el ex árbitro maniobró para que DASNIL SL no reportara beneficios. ¿De qué manera? Aumentando sus gastos en explotación por encima de su importe neto de negocios y de agregar costes en el deterioro del inmobilizado.
Los gastos de explotación o gastos operativos son aquellos gastos en los que incurre una empresa para el desarrollo de su actividad principal. Es decir, aquellos costes que tenía la sociedad para dar asesoramiento técnico al Fútbol Club Barcelona. En 2019, la cuantía se marchó hasta algo más de los 23.000 euros, cifra inferior a la de otros años, si bien DASNIL SL apenas tenía actividad alguna en ese período.
Respecto al deterioro del inmovilizado por enajenaciones, las cuentas de la sociedad especifican que aumentaron en 12.000 euros respecto al año anterior. Esto viene a significar que Negreira consideró que hubo una diferencia de 12.000 euros entre el precio de adquisición y el precio de venta, junto con el importe de la amortización acumulada del inmovilizado en cuestión, constituye el resultado de la operación. En la documentación aportada por Hacienda, en dos de los cursos fiscales la cifra de esta parte del balance fue de cero euros.
Investigación a cargo de una jueza de Barcelona
Enríquez Negreira dejó su cargo en el CTA en 2018, año en el que el Barcelona dejó de contar con sus servicios de "asesoramiento técnico”. La Agencia Tributaria y la Fiscalía ponen el foco en los pagos desde 2014 en adelante porque los anteriores estarían prescritos. En total, el equipo catalán habría pagado al ex colegiado, al menos desde 2001, más de 7,5 millones de euros.
El Ministerio Público dirigió su denuncia contra el FC Barcelona como persona jurídica, contra el propio Negreira y contra los expresidentes Sandro Rosell y Josep María Bartomeu. Además, está previsto que en la causa declararen otros máximos dirigentes del club como Joan Gaspart y Joan Laporta.
El destino de esas cantidades es lo que está bajo la lupa de la Justicia. La magistrada Silvia López Mejía del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona está recabando todas las pruebas para seguir el rastro del dinero. La instructora ya ha encargado a la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil que lleven a cabo "las diligencias de investigación necesarias para determinar el motivo o trabajos por los que se efectuaban los pagos", así como "el destino cobrado por dichas empresas".
La Agencia Tributaria destacó en abril de 2022 las "incongruencias" en el estilo de vida de Negreira. El árbitro entonces retirado gastó con su VISA más de 30.000 y 40.000 euros anuales entre 2016 y 2018 en «comidas, viajes y hoteles», mientras vivía en un piso por el que pagaba 820 euros de alquiler. Unos gastos que, como los beneficios de su empresa, se redujeron notablemente al dejar de facturar al Fútbol Club Barcelona.
En el citado informe de Hacienda unido al sumario de la causa, consultado por este diario, se destacó que "si bien el contribuyente habría obtenido más de 7,5 millones de euros (IVA incluido) desde 2001 a 2018, a día de hoy carece de patrimonio y vive en un piso adquirido por su pareja por herencia. Por otra parte, es relevante el descenso del nivel de gasto en 2019 cuando ya no factura al FCB".
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