La moción de censura encabezada por Ramón Tamames ha sido el último movimiento electoral de Vox para intentar marcar posiciones, así lo reconocían miembros de la dirección nacional del partido al pie del escrutinio final. "Ha servido para ver dónde estamos nosotros, y dónde el PP", apuntaban con los socios del Gobierno en el punto de mira. Internamente, las sensaciones que transmiten fuentes de Vox es que el uso de este instrumento parlamentario ha servido para capitalizar algo de voto entre "segmentos" que hasta el momento no se habían planteado apostar por Santiago Abascal o la marca a nivel autonómico y local, que serán los primeros escenarios en acudir a urnas. La moción ha sido empleada por Abascal para lanzar un órdago al PP claro, y ese no es otro que el que Alberto Núñez Feijóo, desde Génova, tome partido definitivo de qué socios serán preferentes en el afán de tejer nuevos ejecutivos. Igualmente, en el ámbito nacional. En su estrategia de presentarse moderado, el dirigente popular aboga por desmarcarse de las prácticas del 'sanchismo', pero a la vez reivindica la capacidad de llegar a acuerdos de Estado con el PSOE, en base a la percepción de que el bipartidismo es el sostén nacional. Y precisamente eso es a lo que se agarra Vox para desplazar al PP al centroizquierda, en una clara acción de querer dominar el espectro conservador.
El problema de Abascal es que, mientras quiere desplazar fuera del eje conservador al PP, evidencia, con solicitudes como la hecha en la moción, pidiendo a Feijóo "hacer borrón y cuenta nueva" y colaborar de ahora en adelante, un patente síntoma de dependencia para progresar como partido y tocar poder, dado el 'cordón sanitario' impuesto por el resto de organizaciones, con quien no tendría esas ventajas. De ahí que internamente, lejos de entrar en el debate de si les ha beneficiado o no, resuman el camino que queda por recorrer en este ciclo electoral como condicionante: "Si el PP quiere gobernar, tendrá que pactar con Vox". Por ahora, Feijóo y los suyos siguen con su línea discursiva: presentarse como partido de gestión, "para adultos" y alejado del populismo. Incluso Ayuso, aunque con la legislatura ya finiquitada, ha 'roto' con Vox en aras de adherir electorado y ampliar la base para obtener la absoluta. Ello, en añadido, puede ir condicionado por que las encuestas internas del PP de la Comunidad de Madrid prevean la extinción parlamentaria de Unidas Podemos, lo que facilitaría un trasvase de voto en términos de proporción.
Hay dos preguntas troncales que se antojan necesarias responder tras el uso de la herramienta parlamentaria reconocida en la Constitución, por sexta vez en este periodo democrático. La primera es quién ha salido beneficiado o consolidado de este intento de desalojo del Ejecutivo de coalición. La segunda es despejar si este evento, desarrollado entre el martes y el miércoles pasado en la cámara baja, condiciona el debate o a los votantes a dos meses de las elecciones del 28-M. Para ello, El Independiente ha recurrido a la opinión de expertos en análisis político y electoral.
¿Sale beneficiado Vox de este trámite? Según el director general del Instituto DYM, Carlos Rello, una de las principales encuestadoras privadas del país, "está por ver" en las próximos sondeos que se publiquen. Personalmente, y como "una primera percepción", distingue que "puede que Vox haya salido reforzado en visibilidad" por haber tenido el foco mediático estos días, pero eso no quita que "posiblemente queden debilitados" a la larga. "Entre sus propios votantes puede haber ayudado a mantener, pero en aquel ámbito no tan próximo a Vox que aún no lo tenía decidido, es posible que la moción no haya terminado de tener el efecto deseado", explica Rello. El director de Opinión Pública de IPSOS España y sociólogo José Pablo Ferrándiz, en la misma línea, explica que el objetivo de la moción "era pelear por el electorado de la derecha", ya que, generalmente, "las encuestas dicen que hoy por hoy un 20% del electorado de Vox estaba yéndose al PP".
La intervención de Tamames olvidó el objetivo de pedir elecciones anticipadas en mayo. Fue como una conferencia de hace sesenta años que choca hasta a los votantes de Vox"
José Pablo Ferrándiz, IPSOS ESPAÑA
Para Ferrándiz, habrá "poco movimiento a corto plazo". Ni cree que "la gente que decía hasta ahora que iba a votar a Vox va a cambiar de voto", ni tampoco que "la gente que votaba a Vox y ha saltado al PP vaya ahora a volver". Principalmente porque Vox "no les ha dado excusa" para replantearse el sufragio. Igualmente, no la ha dado "para ensanchar el espacio con el voto ahora presentes en otras opciones diferentes". Un dato destacable a raíz de esta afirmación del representante de IPSOS, es que Abascal e Iván Espinosa de los Monteros utilizaron en sus discursos más tiempo que Tamames, lo que desvirtúa esa pretensión, en parte, de independencia. Otro de los problemas a mencionar que recalca Ferrándiz, es que el discurso del economista, además de no pedir elecciones anticipadas, el elemento crucial, "no refleja la sociedad actual" ni menciona a la UE. "Fue como si hubiera dado una conferencia de hace sesenta años"; y eso "choca" hasta entre "los votantes de Vox". "No es una fotografía fidedigna de la realidad", añade.
En conversaciones con este diario, el consultor y analista político Ignacio Varela se posiciona con mucha más dureza que Rello y Ferrándiz. "Ha sido un error tremendo porque desorienta a su base electoral". "No creo que haya entendido nada de esto: ni la presentación de la moción, ni la elección del candidato, ni la forma de gestionarla, ni el ejercicio lamentable de Abascal y Tamames en el debate", entiende Varela. Como particularidad, el también columnista prevé un posible descrédito de Abascal, tanto externo, como interno. "Hay una cosa incompatible con ir como máximo exponente del 'antisanchismo', y es que Sánchez te deje en ridículo; no te lo puedes permitir". "La figura de Abascal sale muy deteriorada internamente, y se puede llegar a decir 'con este no llegamos'", apunta el analista, que alude a cargos como Espinosa de los Monteros, a quien algunos votantes de Vox, según "trabajos que se están desarrollando en estos momentos" ven "más capaz". "Abascal se ha hecho una avería importante, a su partido, pero más a sí mismo", concluye Varela.
Los reforzados de la moción: la izquierda y Feijóo
A la demanda de retratar a los vencedores, pues, de la moción, los tres expertos consultados atribuyen el mérito a dos bandas: al PP y a los socios de coalición. Varela cree que el fracaso de Vox en esta moción potencia la "desincentivación" de ver el voto a Vox como "útil", lo que convierte en "beneficiario indirecto al PP" de Feijóo. Especialmente, teniendo en cuenta que "la mayoría de los votantes de Vox, lo han sido del PP"; "sería un voto de retorno". En ello coincide Ferrándiz, que añade que "la oportunidad desechada de Vox, con un mal planteamiento, ha hecho irrelevante el papel de Feijóo", ausente en la moción. Eso permite avanzar hacia la posibilidad de "ser el partido más votado y superar al PSOE en las provincias con menos de seis escaños" a repartir, que son más de treinta y "es donde se juegan las elecciones".
Rello, investigador social y de mercados, es más prudente e indica que la ausencia de Feijóo "quizá ha dejado al PP en un segundo plano". "A corto plazo puede considerarse que les vaya a afectar, pero a medio o largo plazo ya veremos", insta a esperar. "Posiblemente les haya podido beneficiar despegarse, en todo caso dependerá de cómo los votantes de ese espacio ideológico del centro derecha entienda la utilidad de la moción", plantea el director general de DYM. Para Ferrándiz "la respuesta no se va a resolver hasta que tengamos los primeros datos", aunque como los anteriores expertos, ve claros ganadores, en cuanto aprovechamiento, de la moción, al PSOE por un lado, y a Yolanda Díaz por el otro.
"No se sabe muy bien qué posibles objetivos, de los que tiene una moción, ha podido cumplir Vox (...), pero sí se ha dado la sensación de voz de Gobierno único, pese a discursos diferentes en fondo y forma", asevera el experto de IPSOS España. Algo que se consigue tras el enfrentamiento por la reforma socialista de la ley del 'solo sí es sí'. Niega conocer si el "juego conjunto" entre Sánchez y Díaz "estaba planeado", pero "ha servido para pasar de las musas al teatro". Es decir, la moción ha permitido lanzar "un proyecto que estaba en el aire" y "ver a una lideresa, a alguien presidenciable que puede pelear una candidatura". Y eso ocurre, recuerda, antes del anuncio oficial que puede darse el próximo 2 de abril, y sin Podemos. "Le ha venido muy bien a Díaz inicialmente", pero "queda trabajo" para "ordenar y coordinar a la izquierda del PSOE, y depende de ellos, no de la moción".
Un problema de fondo para el PSOE y Sumar
Ignacio Valera da por "evidente" que Sánchez "intenta ayudar" a la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo a poder reagrupar a los diversos grupos que Pablo Iglesias asoció en los inicios de la andadura de Podemos y "centrifugó en 2017". Pero advierte del desarrollo de "una batalla simultánea" a este cometido entre socios de gobierno. "Hay un problema de fondo en la mayoría sanchista, con perfiles como Iglesias. Tengo dudas con ERC. Y es que mientras se está intentando sumar para repetir la coalición, al mismo tiempo hay unos cuantos que dan por descontadas la victoria de la derecha. Por eso, buscan tomar posiciones con el enfrentamiento contra el Gobierno para renacer", argumenta el analista. Eso, concluye, será más claro si, como parece, la derecha gana el 28-M. "Si Ortega Smith es ministro de Interior, [los partidos a la izquierda del PSOE] serían felices, bromea.
"Durante un tiempo [la izquierda] ha tenido una posición frente a la opinión pública de oposición a Vox, algo de lo que se ha podido beneficiar" en este debate de censura los socios de Gobierno, dice Rello. Ahora bien, hace una matización con el ala izquierda del PSOE. "A Díaz le ha dado la oportunidad de presentarse con Sumar de forma, en paralelo, al anuncio" próximo, "pero a Podemos, en sí" no le ha servido de nada, porque "su presencia ha sido mínima". "Yolanda en principio se representa a ella misma, y Podemos queda diluido", aprecia el director de DYM.
Sánchez y Vox siempre se han hecho socorros mutuos. Esta vez Abascal ha hecho un quite para llevarse la cornada, con un claro desaprovechamiento de la moción"
Ignacio Varela, analista y consultor político
Quien más alude al beneficio directo de Sánchez es Varela. Abascal "le ha hecho un quite". "Hasta ahora se hacían socorros mutuos, pero esta vez Vox ha hecho un quite para llevarse la cornada él. Ha sido un desaprovechamiento, y ha demostrado, como he insistido en algunos de mis textos, que tenemos a la extrema derecha más vaga e incompetente de Europa". "Tamames no pinta nada" desde el principio, y esa es "la primera incoherencia" de Vox. "El carácter instrumental de Tamames en todo esto ha quedado tan a las claras que ha sido un juguete de usar y tirar". Añade que "Sánchez desde el primer momento sabía que iba a ir al choque con Abascal, porque es lo que compacta a su campo [de votantes]. Y no con Tamames, que es un espectro del pasado y que mañana habrá desaparecido de la mente de los españoles con deshonor".
Sin repercusión electoral el 28-M
La segunda pregunta clave que se plantea sobre la moción, como ya se ha advertido, es si tendrá efectos importantes a la hora de decidir el voto. Esto queda automáticamente descartado por Ferrándiz, Rello y Varela. Éste último hace aquí una distinción entre las consecuencias "ambientales", es decir, en el propio contexto post moción y que no asegura nada en las próximas semanas; y las electorales. "Nos creemos que cualquier acontecimiento o titular hace que salten cientos de miles de votos, y no. La gente no se pregunta todas las mañanas por quién va a votar, más cuando no hay elecciones". Asimismo, Varela destaca que en los territorios el voto depende de otros muchos factores propios, como "el ambiente o el candidato". Rello, en ligero contraste, matiza que existe la posibilidad de que se vaya generando cierto "desapego hacia un partido" en los meses previos a unas elecciones, y "la campaña remata el voto". "Si hay gente que cree que esto ha sido inútil, eso va quedando ahí, todo cala".
En la línea de lo argumentado con Vox, Varela sí hace referencia al "único efecto que está por comprobar" en las elecciones a raíz de esta moción, y es "el desfondamiento del voto de Vox". La capacidad del bloque de centroderecha son diez u once millones de sufragios, los de la mayoría absoluta de Rajoy en 2011. Esos "tienen una prioridad, que es echar a Sánchez" de la Moncloa. "Entonces, hay una corriente que es fácil de interpretar, que terminará haciendo lo más efectivo para echarlo, y la moción no ayuda a concebir a Vox" como el más capacitado para ello. Ante el planteamiento de posibles saltos a la abstención en el centroderecha, Rello dice que "cabe la posibilidad", pero la máxima de finiquitar un ejecutivo de izquierdas-nacionalista "tiene más peso que quedarse en casa".
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