El acto del sábado de Alberto Núñez Feijóo con la comunidad latina residente en Madrid, en lo que se ha entendido como un intento de "contraprogramar" la 28 Cumbre Iberoamericana, ha creado malestar y estupor en algunos sectores del Partido Popular. No tanto por el formato escogido, -en el que intervino una conocida telepredicadora evangélica invocando a Dios muy al estilo Bolsonaro-, que también, sino por lo que tuvo de cuestionamiento de una cita fundamental para la diplomacia española y a la que deberá acudir Alberto Núñez Feijóo si llega a ser presidente del Gobierno.
Por mucho que el propio líder del PP matizase en varias ocasiones, la última este lunes por la mañana, que sus palabras sobre la rendición, por parte del Gobierno, de "pleitesía a regímenes autócratas" nada tenían que ver con la foto del Rey y de Pedro Sánchez en República Dominicana, muchos de los suyos cuestionan la oportunidad de un acto, del que no responsabilizan directamente a su jefe de filas, que se interpretó en esa clave.
"Las cumbres no se tocan, son patrimonio de nuestro país", dicen fuentes del Grupo Popular
"Las cumbres no se tocan, son patrimonio de nuestro país", afirma en conversación con El Independiente un miembro destacado del Grupo Popular recordando cómo nacieron en el año 1991, en tiempos de Felipe González, y se han venido celebrando sin interrupción desde entonces -hasta 2014 todos los años, a partir de ese momento cada dos- con la única suspensión en 2020 por el Covid.
"Hay cosas que no se pueden ni se deben contraprogramar", reitera crítico con la elección del momento escogido, y otro dirigente de Génova alerta que "en campaña electoral no se leen las palabras, se escanean". Un tercero, con responsabilidad en la dirección nacional no deja de mostrar su disgusto, pero sin querer ahondar en su posicionamiento, se limita a advertir del riesgo de "cosas que no se controlan".
Una fuente popular desde Bruselas pone el acento en que, precisamente, en esta cumbre de Santo Domingo "los autócratas no habían confirmado su asistencia" en referencia al venezolano Nicolás Maduro y al nicaragüense Daniel Ortega, aunque sí estaba el cubano Miguel Díaz Canel. En todo caso, y debido también a las ausencias del brasileño Lula da Silva y del mexicano Andrés Manuel López Obrador, "Sánchez, astuto, optó por un perfil más bajo para dar todo el foco al Rey".
Otra cosa son los "aspavientos" de Pedro Sánchez y de su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, "mientras hay miembros del Gobierno de coalición que tienen cercanía con Venezuela", en referencia a Unidas Podemos o que van al Grupo de Puebla a solidarizarse con la vicepresidenta argentina Cristina Kirchner, condenada por corrupción.
En todo caso, muchos en las filas populares se preguntan "a quién se le ocurrió" ese formato del acto del sábado en Madrid y con algunos controvertidos intervinientes, y abogan por acabar con una dinámica de acción-reacción que obliga siempre a dar réplica al adversario político. "No es constructivo, no ayuda", sobre todo cuando está la figura del jefe del Estado por medio, en una cumbre donde es, por parte de España, el principal protagonista.
Madrid asegura que fue Génova quien eligió la fecha del evento y que lo pagó el PP europeo
La responsabilidad del acto es compartida entre el PP de Madrid, el PP europeo y Génova. Se organizó a tres bandas, aseguran en la sede nacional del partido. "El PP de Madrid lo planteó, el PP en Europa cooperó por sus contactos internacionales y nosotros nos incorporamos". En cambio, los populares madrileños aseguran que la implicación de Génova fue mayor al asegurar que "desde luego, la fecha escogida no fue a propuesta nuestra, sino de la nacional" y en la nacional replican que simplemente "coinciden" ambos eventos, sin voluntad alguna de contraprogramar nada. Además, en la Comunidad de Madrid añaden que "el PP europeo lo pagó".
El acto tiene por objeto dirigirse a un colectivo de residentes iberoamericanos que sólo en la Comunidad de Madrid se acerca a los 400.000 votantes y que ya tuvieron un peso significativo en el triunfo de Isabel Díaz Ayuso el 4-M de 2021. Pero la intención de los populares, y de ahí la presencia de Feijóo junto a la baronesa popular y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, pasa por "intentar mantener ese voto, fidelizarlo y que no vuelva al entorno de la izquierda" a pesar del proceso de nacionalizaciones casi masivas que se están llevando a cabo en los últimos meses "y con las que el Gobierno de Sánchez espera un pago a cambio".
Lo cierto es que la polémica, alimentada oportunamente por el Gobierno, sepultó en buena medida un fin de semana muy importante para Núñez Feijóo con la presentación de su programa-marco para las elecciones locales y autonómicas del 28-M. En el mismo desbrozaba propuestas fiscales de rebaja generalizada de impuestos, medidas de empleo, reformas educativas -con un examen estatal único de selectividad- y la gratuidad de la educación infantil, entre otras.
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