La moción de censura fue la lanzadera. La expresión de una apuesta inequívoca del presidente del Gobierno y del PSOE por Yolanda Díaz frente a Podemos. Y no fue ocasional, una estrategia puntual. Pedro Sánchez ha tomado una decisión: proteger a la vicepresidenta segunda, darle foco. Hacer tándem electoral con ella. Y será consecuente hasta el final. Por eso comprende sus argumentos de que la unidad de la izquierda del PSOE no vale "a cualquier precio", entiende que ella ponga sus condiciones a los morados. Aun a riesgo de que la convergencia se frustre de cara a las generales.
La tensión entre Sumar, la plataforma de Díaz, y Podemos, es creciente. Día tras día. El domingo, la ministra de Trabajo lanzará formalmente su candidatura a la Moncloa y estará rodeada de muchas de las formaciones con las que pretende concurrir en las generales de diciembre. Pero no estará la dirección de Podemos, que exige un acuerdo previo y la garantía de unas primarias abiertas a la ciudadanía. Pero el equipo de Sumar dice que no rechaza en absoluto ese mecanismo: ha ofrecido a los morados suscribir un compromiso para elegir a los candidatos por primarias y dejar para más adelante la fórmula concreta, que se negociaría no bilateralmente con la cúpula de Ione Belarra, sino de manera multilateral, con el resto de formaciones que se unan para compartir el espacio.
No se trata de un farol de Yolanda y de Podemos, no creemos que se trate de postureo o de una estrategia negociadora. Hay una tensión real entre ellos", opinan en la cúpula socialista
Los socialistas están convencidos de que no habrá acuerdo entre Díaz y Podemos antes del acto en el Magariños de Madrid de este 2 de abril, y que también será prácticamente imposible antes de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. ¿Y después?
Ahí radica el giro operado por Ferraz. El pesimismo ha crecido. Nunca se descartó por completo que de cara a las generales de diciembre pudieran competir tres listas de la izquierda —PSOE, Sumar y Podemos—, pero ahora esa hipótesis ya se maneja como una opción real y por eso los socialistas preparan ya el terreno y comienzan a pespuntear su estrategia ante ese eventual escenario. Nada extraño, alegan desde el entorno de Sánchez, porque las posiciones de Sumar y de Podemos "ya están muy consolidadas". "No solo las de Yolanda [Díaz] y Pablo [Iglesias], sino también de Íñigo Errejón [Más País], Ada Colau [En Comú Podem]... No se trata de un farol de Yolanda y de Podemos, no creemos que se trate de postureo o de una estrategia negociadora. Hay una tensión real entre ellos", advierten desde el estado mayor del PSOE.
"Es lo que tienen que valorar"
El riesgo de ruptura, pues, está bien presente. La opción preferente de Ferraz y la Moncloa, y así la repiten públicamente sus dirigentes, en público y en privado, es la "unidad". "Nos gustaría que hubiera unidad para rentabilizar el voto mejor, pero tampoco tenemos datos para saber cómo reacciona su gente ante los diversos escenarios, y no es fácil medir. Ni siquiera unos y otros lo tendrán claro cuando mantienen sus posiciones. Nos gustaría que Yolanda y Podemos llegaran a un acuerdo, pero también entendemos que no lleguen a un pacto a cualquier precio. Eso es lo que tienen que valorar. ¿Unidad a qué precio? Deben calibrar si persiguen la unidad, con ruido [generado por Podemos], o si este ruido ahuyenta al electorado y es mejor ir por separado", reflexiona un alto mando del Ejecutivo y del partido de la plena confianza de Sánchez.
Con la creciente tensión entre los dos actores, Ferraz apunta que en un escenario a tres se podría reforzar el mensaje de voto útil hacia el PSOE y propulsar Sumar
Dicho de otro modo, que una unidad "a cualquier precio" podría ser contraproducente, a ojos del núcleo duro del presidente. El PSOE, por tanto, empieza a girar. Hasta ahora, advertía de que unas generales con tres listas en la izquierda suponía prácticamente imposibilitar la reedición del Gobierno progresista, que sería entregar las llaves de la Moncloa a PP y Vox. Ahora, con la agudización de las hostilidades entre Podemos y Díaz, la dirección socialista apunta que en un escenario a tres podría reforzar el mensaje de voto útil hacia sí mismo, y propulsar Sumar, señalarle como socio preferente y querido.
"Vamos a ver los acontecimientos —prosiguen en el primer anillo de poder de Sánchez—. Vamos a ver si la situación de Podemos ahuyenta votos. El PSOE para ellos es un partido de derechas, que cuando puede pacta políticas con la derecha, según su argumentario, y eso es mentira. Porque además, la siguiente pregunta hacia ellos es lógica: '¿Por qué no os vais?'". En el ala socialista del Ejecutivo recuerdan que, en las negociaciones de investidura, Alberto Garzón, coordinador de IU, prefería que Unidas Podemos no entrara en el Gobierno, precisamente para disponer de más margen de maniobra, pero tras su ingreso en el Gabinete como ministro de Consumo no ha aireado discrepancias, también porque en él pesa la cultura de gobierno de IU, socio durante décadas del PSOE. Garzón apoya plenamente a Díaz, igual que el titular de Universidades, Joan Subirats, de los comunes.
"En cambio, Irene [Montero] y Ione [Belarra] trasladan constantemente malestar", se quejan en el sector socialista, en el que recuerdan que las ministras de Podemos ni siquiera confraternizan con sus compañeros. Ellas forman un comando aparte, solitario, relatan, ni siquiera charlan con los demás miembros del Gabinete en el café previo al Consejo de Ministros, el único espacio donde realmente están todos los integrantes del Gobierno juntos.
"Está en sus manos"
En Ferraz argumentan que, de cara al 28-M, hay comunidades y municipios en los que su izquierda va unida y otros en los que no se han logrado trenzar acuerdos, y eso no se ha traducido necesariamente en una merma de representación. En Madrid, por ejemplo, fueron competitivas Más Madrid y Podemos, aunque esta superó por poco la barrera electoral del 5%, y si en mayo no supera ese listón, sus votos se perderían y ello beneficiaría a la derecha. En generales, el sistema electoral castiga sin embargo la fragmentación, porque las provincias pequeñas —que son la mayoría en España—reparten pocos escaños. De ahí que los socialistas subrayen que tanto Podemos como Sumar tendrán que "medir" para saber qué les interesa más, circunscripción a circunscripción. En las legislativas de noviembre de 2019, Más País concurrió de manera separada a Unidas Podemos, y logró tres diputados, pero no perjudicó las expectativas de los morados. Ahora, la estrategia socialista pasaría por ayudar en lo posible a Sumar.
En el equipo del líder indican que "evidentemente no" han errado apostando por Díaz, aunque haya irritado a Podemos al bajar su fuerza negociadora frente a ella
Porque esa es la decisión que se visibilizó en la moción de censura de Vox. El equipo de confianza de Sánchez defiende que "evidentemente no" se equivocó al poner el foco en Díaz, sustrayéndoselo a Montero y Belarra, que habían reclamado intervenir en el pleno. Los socialistas son conscientes de que su apuesta por la responsable de Trabajo, con la que admiten entenderse mejor, era arriesgada. Saben que ha irritado al núcleo dirigente de Podemos, como día tras día muestra Pablo Iglesias, exlíder del partido cuya influencia, sin embargo, es ostensible en su formación.
"Lo utiliza Pablo porque sabe que si Yolanda está más fuerte, la capacidad negociadora de Podemos es más baja —razonan en la cúpula socialista—. Podemos lo que busca es predominancia en ese espacio de confluencia, que se configure un espacio simétrico entre todos los que compongan finalmente Sumar y Podemos, y por eso reclama una negociación bilateral. Es decir, que pretende que el poder se reparta entre Podemos y el resto. Pero el resto les pregunta: '¿Y vosotros, qué fuerza real tenéis? ¿Quiénes sois? ¿Galapagar?'".
En Ferraz creen, igual que en el entorno de Díaz, que el rechazo a la integración en Sumar no es generalizado dentro de la formación morada, sino que parte de su centro dirigente: Belarra, Montero e Iglesias. Galapagar, por la residencia ubicada en el municipio de la sierra madrileña del exvicepresidente segundo y la titular de Igualdad. Fuentes próximas a Díaz subrayan que en la foto del domingo se verá quién se queda fuera, y cómo varias direcciones territoriales de Podemos sí apoyan a la titular de Trabajo y su proyecto. También en la ejecutiva socialista hay quien sostiene que precisamente el acto del 2 de abril puede cambiar el escenario, haciendo que quienes estaban más reticentes "acaben subiéndose a la ola".
Por lo pronto, las espadas entre las dos partes protagonistas siguen en alto. Díaz reiteró este miércoles que le gustaría que Belarra acudiera al acto del domingo. Las ministras de Derechos Sociales e Igualdad le devolvieron la pelota a su tejado: "Está en sus manos" que vaya Podemos, está en sus manos aceptar sus condiciones de mínimos. "Esperemos que lleguen a un acuerdo, no puedo decir más", dijo por su parte el presidente a los periodistas en el vuelo que les trasladaba desde Madrid hasta la escala en Omán, camino a su viaje oficial a China, informa EFE. Sánchez auguró una nueva coalición porque la izquierda es "más competitiva" que la derecha.
El papel de Iglesias
El martes pasado ya se vio otro ejemplo de cómo, en la medida de lo posible, la Moncloa limitará el lucimiento de Podemos tras los Consejos de Ministros. Belarra podía haber presentado el proyecto de ley de familias, ya en segunda vuelta, pero el equipo del presidente decidió que comparecieran la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y el titular de Inclusión, José Luis Escrivá. Para dar "prioridad comunicativa" a sus temas. De nada sirvió que los morados expresaran su queja por el "veto".
Quizá Iglesias prefiere ser un activista o un empresario, pero la política es otra cosa", advierten desde el primer anillo de poder del presidente
En el puente de mando del PSOE sienten que uno de los frenos de la unidad de su izquierda es Iglesias. Lamentan que el exlíder morado haya podido "llegar a la conclusión de que es mejor un Gobierno PP-Vox". "Quizá prefiere ser un activista o un empresario [de la comunicación, ya que acaba de montar su propia tele, Canal Red], pero la política es otra cosa. Es transformar las cosas", recuerdan.
Queda camino hasta el 28-M, algo menos de dos meses, y hasta las generales. Pero el PSOE ya se coloca en el peor de los escenarios, por lo que pueda pasar, e intenta que pase lo que pase a su izquierda no le arrebate el Ejecutivo. Y, si finalmente hay divorcio entre Díaz y Podemos, la estrategia que empieza a emerger es nítida: voto útil para el PSOE, proyección para Sumar, arrinconamiento de los morados.
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