Es la economía más oscura, la que no se deja ver, la que no cotiza en el PIB ni aporta a la hacienda pública. La llamada economía 'en b' o sumergida es en realidad un misterio que todas las administraciones llegan a estimar pero no logran conocer en su verdadera dimensión. En Euskadi han intentado radiografiarla a través del primer informa elaborado por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat. Una de sus conclusiones es que el sector de la Construcción es el principal agente de este tipo de actividad económica 'clandestina'. En particular, el Eustat concluye tras su estudio que prácticamente una cuarta parte de la actividad de este sector se lleva a cabo 'en B', en concreto, el 23,9%.

Es el principal causante del montante global de 6.214 millones de euros no declarados en los que se estima la economía sumergida en el País Vasco. Se trata de un importe que equivale al 8,7% del PIB vasco. Una primera radiografía del impago de obligaciones tributarias y de cotización con la seguridad social que afecta a prácticamente todos los sectores económicos.

La construcción factura 'en b' una actividad que se ha cuantificado en 864 millones de euros sólo en el ejercicio 2020. En estudio se llevó a cabo con datos correspondientes a ese ejercicio en el que la pandemia tuvo una gran incidencia, en particular en este sector.

Sin embargo, en términos absolutos fue la actividad dedicada al comercio y reparación de vehículos, transporte, almacenamiento y hostelería el que en un mayor volumen ocultó actividad económica a la Administración. El informe del Eustat lo estima en 2.043 millones de euros.

Menor que la media nacional

Tras el se sitúa el sector de las inmobiliarias. El importe 'en B' estimado alcanzó los 1.207 millones de euros. Se calcula que del conjunto de la actividad que genera este sector el 14,7% no está declarado ni cumple con sus obligaciones tributarias. La Industria y la Energía es otro de los sectores más relevantes en la economía sumergida: 730 millones de euros.

La consejería de Economía aseguró ayer que a pesar de ser un porcentaje importante de economía sumergida la que se ha estimado, el 8,7% del PIB supone un porcentaje muy inferior a la media europea. En 2022 un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) fijó en un 20% la estimación de la economía sumergida en España y en un 13% las del conjunto de la Unión Europea. Algunos estudios al respecto han puesto el foco en los sectores más precarizados de la economía, así como en las regiones con peores niveles económicos. Se estima que en Comunidades Autónomas como Extremadura, Andalucía o Castilla La Mancha la economía sumergida pueda representar entre un 29 y 27% del total de la actividad económica.

En el año 2016 el Gobierno vasco elaboró un informe dedicado a la economía sumergida y el fraude fiscal en Euskadi durante el periodo 1990-2014. Según ese estudio elaborado por catedráticos de economía como Ignacio Zubiri, la economía vasca arrastraba en ese periodo porcentajes de economía sumergida que rondaban el 17%, casi el doble de lo que ahora asegura el Instituto Vasco de Estadística.