Corresponsabilizarse de un resultado tibio o adverso, tal y como ha hecho Alberto Núñez Feijóo respecto al 28-M, no significará que la dirección popular deje de exigir responsabilidades individuales a aquellos candidatos que fracasen de forma ostensible en las elecciones locales y autonómicas, cada uno en la medida de su culpa. Porque "no es lo mismo el que se presenta por primera vez a las elecciones, el que queda a poca distancia del PSOE o, incluso, el que gana pero no puede gobernar", matizan fuentes populares.

El mensaje llegó claro y nítido hace meses a las direcciones territoriales. El líder del PP ha dado libertad a sus barones y presidentes regionales para que confeccionen sus listas y diseñen sus respectivas campaña electorales, sin intromisiones, ni injerencias, "pero el día después, habrá que sentarse con el que no haya cubierto las expectativas, con el que se haya quedado lejos de los cálculos previstos", indican los mismos medios consultados. Cada uno, "tendrá que asumir su parte alícuota de responsabilidad" y eso se hace también extensible a muchos candidatos a capitales de provincia.

El propio Feijóo está dispuesto a dar paso a otro liderazgo si no gana las generales

De hecho, recuerdan, hasta el propio Núñez Feijóo ha subrayado no pocas veces que sólo tiene una bala en la recámara. “Si no consigo ganar, no merezco ser presidente del partido", dijo literalmente en la reunión de la última Intermunicipal, celebrada en Valencia el pasado mes de febrero, con lo que daría vía libre a un nuevo liderazgo de los populares.

En Génova argumentan que su líder "no se pondrá de perfil" la noche electoral del 28-M. Su intención no pasa por atribuirse en exclusiva unos buenos resultados ni descargar toda la responsabilidad en las direcciones regionales, si son malos, pero distintas fuentes consultadas coinciden en que todos deberán asumir sus resultados. Lo cierto es que el discurso de Feijóo no deja de ser arriesgado al admitir una parte alícuota de responsabilidad si los datos son adversos. "Convocadas las elecciones hemos decidido verbalizar los objetivos. Hay que fijar unos objetivos de partido y no vamos a plantear objetivos pequeños", aducen.

Sin duda, eso mete presión al conjunto, aunque dichos cambios no se abordarían hasta después de las elecciones generales. Toda la organización popular es consciente de que de sus resultados el 28-M cuelgan en buena medida las condiciones en las que el gallego arranque su propia campaña hacia las generales. Ahora "no hay un territorio, que salvo Madrid, Murcia o Ceuta, esté sí o sí ganado. Va a haber mucha photo finish", vaticinan con la mente puesta en comunidades como la valenciana o la riojana.

El reto no es menor habida cuenta de que el PSOE "tendrá más voto en municipales que en generales" por entender que la "marca Sánchez" es más débil que la de muchos de sus barones territoriales y posiblemente no actúe, o lo haga en menor medida, el mecanismo de voto de castigo contra la ejecutoria del gobierno central de coalición.

Génova cree que "Sánchez toca el suelo histórico del PSOE"

Es más, a la luz de todos los sondeos que se han conocido este lunes, Génova cree que "Sánchez toca el suelo histórico del PSOE", lo que le convierte en el presidente del Gobierno que, desde el poder, "roza el peor resultado". Este lunes se han conocido tres encuestas, la de El País, la de El Mundo y la de La Razón, y ninguna otorga al jefe del Ejecutivo más de 109 escaños.

Por ello, Núñez Feijóo hizo ayer un llamamiento a la movilización de su partido, insistiendo en que los populares llevan 7 años sin ganar unas elecciones de ámbito nacional y es necesario revertir esa situación. Pero lejos de esconder cuál es su ambición, dejó claro este lunes durante su intervención ante la Junta Directiva Nacional del PP que quiere más votos en municipales, más alcaldías y más gobiernos autonómicos de los tres que preside actualmente el PP y celebran elecciones el 28-M, esto es, Madrid, Murcia y Ceuta.

El líder del PP llama a la movilización del partido en las 7 semanas que quedan hasta el 28-M

Ahora «tenemos siete semanas para trabajar como si estuviésemos a un voto de la mayoría, con ambición, con ilusión, con humildad. Os animo a darlo todo en las siete semanas. No hay nada hecho», dijo a los suyos en el arranque formal de la precampaña electoral. Una precampaña y campaña en la que tiene previsto implicarse de pleno intercalando alguna visita de carácter europeo, como la que le lleva este martes y miércoles a Suecia para reunirse, entre otros, con el primer ministro de Suecia, Ulf Kritersson, y con la secretaria general del Partido Moderado, Karin Enström.

Cuando el líder del PP aterrizó hace un año en Génova, decidió no abrir ningún melón territorial para no ahondar la crisis por la que había pasado el partido a cuenta del enfrentamiento entre Pablo Casado y Teodoro García Egea, por un lado, e Isabel Díaz Ayuso, por otro. Salvo casos contados como el de La Rioja, donde sí forzó un cambio de liderazgo, respetó al resto de los candidatos y aspirantes regionales de la dirección anterior. Pero muchos de ellos saben, que como Feijóo, solo tienen una última bala.