“Sánchez, tú deberías replantearte tu política con el Sáhara: ¿Cuánto te paga Marruecos por traicionar al Sáhara y nuestra soberanía?”, lanzó Sara López durante un mitin de Pedro Sánchez el lunes en Segovia. La joven, estudiante de Historia, protagonizó el último de los escraches del Frente Obrero, una organización de ideario marxista-leninista que ha convertido el boicot de actos del PSOE y Unidas Podemos en una de sus herramientas predilectas.
“El día de antes me enteré de que Sánchez venía a Segovia. Decidí ir con unos compañeros a decirles las verdades que piensa mucha gente pero que al ser presidente nadie le dice”, comenta López en conversación con El Independiente. Desde el estrado, Sánchez le contestó escuetamente: “Eso no es así. ¿Podemos continuar nosotros? Ya habéis hablado. Ésta es la gran diferencia. Nosotros no insultamos a nadie, defendemos nuestras posiciones con respeto y educación”.
Sara reconoce que no fue el primer escrache al que asistió. Hace tres años “estaba por allí” cuando Pablo Iglesias, entonces vicepresidente del Gobierno, fue increpado por un grupo de estudiantes en la Complutense, su universidad, al grito de “Fuera vendeobreros de la universidad”. “Es que Iglesias es lo que es”, contesta. Como el resto de militantes de la organización, rehuye la etiqueta de comunista: “Revolucionaria y patriota es como me identifico, pero no me siento identificada con lo que hoy se considera comunista. Si me comparan con Iglesias, me da asco”.
El Frente Obrero, que aboga por una república popular y federal, celebró su primer congreso el año pasado. Fuentes del movimiento reconocen que su objetivo es alcanzar los 1.500 afiliados antes de las elecciones municipales del próximo mes y que tienen mayor implantación en Madrid, Valencia y Barcelona. Sus acciones han convertido el cambio de posición de España en el contencioso del Sáhara Occidental en uno de sus motores.
A principios de abril otro acto del PSOE en el que intervenía Patxi López fue interrumpido por un grupo de jóvenes vinculados a Esperanza Obrera, una organización hermana dedicada a la beneficiencia. “¿Qué le debe el PSOE a Marruecos? Blanqueáis una dictadura islámica. ¿Qué quieres? ¿Un palacete como Felipe González?”, le espetó uno de los protagonistas del escrache a propósito de la propiedad que el ex presidente del Gobierno llegó a tener en Tánger.
Encuentro con Ghali en los campamentos
El Frente Obrero mantiene interlocución con el Frente Polisario. Hasta cuatro representantes del movimiento participaron el pasado año en un viaje a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) para participar en el congreso de una organización estudiantil saharaui. Durante la visita, se reunieron con el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Gali. “Es un hombre de lucha y muy correcto. Creo que transmite la dignidad de un pueblo”, desliza el joven madrileño.
Su discurso en contra de la inmigración, el feminismo o la ley Trans le han granjeado críticas y recelos
“Nuestra esencia es la recuperación de la soberanía nacional. No queremos que España siga postrándose a los intereses de Marruecos y consideramos que España tiene una responsabilidad con el Sáhara”, replica Fermin Turia, miembro de la junta nacional de Frente Obrero, cuyo programa aboga por la salida inmediata de la Unión Europea y la OTAN y la expulsión de las bases militares extranjeras, incluida la presencia británica en Gibraltar. “Creemos que España debe asumir su deuda histórica y defender el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación”, reza el documento.
"Marxista-Leninista"
“Hay un conflicto armado y, mientras esto sucede, el Gobierno de Pedro Sánchez se dedica a colocar flores en la tumba del padre de Mohamed VI”, critica Turia. Frente Obrero se articula en torno a otras organizaciones satélites: desde Juventud Combativa (sus juventudes) hasta el sindicato Frente de Obreros en Lucha o la sección estudiantil Estudiantes en Lucha. Roberto Vaquero, su presidente, procede de Juventudes Comunistas pero asegura haberla abandonado “desencantado con su degeneración política e ideológica”. Su canal de Youtube, su principal plataforma, tiene más de 140.000 seguidores.
El Frente procede del Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista), una formación cuyas actividades fueron suspendidas temporalmente por la justicia española en 2016 tras enviar combatientes a Siria para integrarse en una milicia siria vinculada al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), catalogado como organización terrorista por la Unión Europea. La Audiencia Nacional falló en contra de la ilegalización al admitir que no constaba que el ideario del partido defendiera planteamientos violentos. Se ha abierto paso en la representación sindical y los movimientos estudiantiles y concurrirá en media docena de municipios en los comicios de mayo, como “una prueba” antes de su participación en las generales.
Su discurso en contra de la inmigración, el feminismo o la ley Trans y la propia estética de sus puestas en escena le han granjeado un reguero de críticas y recelos. Una de las últimas la entonó Macarena Olona durante un acto en Sevilla transfigurado en un rifirrafe con Vaquero. “Yo abandoné el discurso actual de Vox con el que tú coincides. Un discurso que lucha contra la inmigración, no contra la inmigración ilegal, que es algo muy distinto. No eres tan distinto a Vox, todo lo contrario”, le acusó la ex diputada. Vaquero le deseó suerte en “su carrera de la izquierda del frenopático”.
Cierre de la frontera con Marruecos
En su programa, el Frente Obrero propugna que “se cierre y controle de manera absoluta tanto las fronteras terrestres como marítimas con Marruecos”. “También se llevará a cabo la expulsión inmediata de todos aquellos inmigrantes que delinquen de forma reiterada y de los radicales islámicos”, añade.
“Somos patriotas y queremos romper con lo de derecha e izquierda”, asevera Turia. “Y a diferencia de Podemos y Vox no recibimos financiación extranjera”, agrega quien no renuncia a firmar nuevos escraches. “Los de Podemos lo llamaban 'jarabe democrático' pero siempre fue un proyecto de profesores muy bien colocados. Nosotros somos gente de base, no somos un experimento”, comenta. “Nos acusan de ser unos buscafamas, pero muchas personas que han votado al PSOE le podrían haber preguntado lo mismo a Sánchez. La posición del Sáhara no se votó en el congreso ni en el Consejo de Ministros. Fue una decisión personal de Sánchez”.
Sara, la protagonista de reventar el acto de Sánchez en tierras castellanas, comparte con otros camaradas su oposición al “consumismo, el lenguaje inclusivo, las puertas abiertas a la inmigración o la islamización de barrios españoles”. “Sánchez visita tumbas de genocidas y permite que humillen a España en una cumbre internacional. Y, mientras, el presidente del Senado de Marruecos habla de que la migración marroquí en España debe recuperar Ceuta y Melilla. No entiendo muy bien cómo se pueden permitir esas cosas”, arguye quien fue identificada por la policía tras el escrache del lunes. “El PSOE llevaba la derogación de la ley Mordaza en su programa pero ahora la usa a su favor”, concluye.
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