Se sabía que el pacto estaba al caer, y así ha sido. El acuerdo para la aprobación de la ley de vivienda, la primera con carácter estatal de la democracia, ya está hecho. PSOE y Unidas Podemos han cerrado con ERC y EH Bildu el texto definitivo que se tramitará rápidamente en las Cortes. Un consenso que llega justo en la recta final de la precampaña de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo y que sirve a la coalición para rearmarse internamente tras las tensiones generadas por la reforma del sí es sí y también para vigorizar la relación con sus socios preferentes de investidura.
De hecho, fueron los diputados Pilar Vallugera (ERC) y Oskar Matute (Bildu) quienes ofrecieron los detalles del contenido del acuerdo tejido con el Gobierno en una comparecencia en el Congreso cerca del mediodía. El Ejecutivo ha querido que fueran ambas formaciones las que diesen cuenta de los ajustes pactados en el proyecto de ley, de los avances conseguidos en el último tramo de las negociaciones. Los independentistas vascos y catalanes han estado en el centro de las conversaciones una vez que Podemos dio su conformidad a la última oferta de los socialistas.
El Ministerio de Transportes, que dirige Raquel Sánchez, ha pilotado los contactos, de la mano de Derechos Sociales y Agenda 2030, el departamento que lidera Ione Belarra, jefa de Podemos. Pero la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha estado muy encima de las negociaciones, y de hecho fue ella la que vetó la propuesta de fijación de un límite permanente del 3% a la actualización de los alquileres. Los socialistas han defendido en las últimas semanas que ese tope del 3% puede operar en 2024 —ahora la inflación está en el 3,3%, así que el impacto es menor—, pero entendían que las subidas de las rentas debían acomodarse a la coyuntura, tomando como base un nuevo índice. Para 2023, y como parte del último paquete anticrisis por la guerra de Ucrania, los alquileres solo pueden subir un 2%.
Más allá de los detalles técnicos, la clave está en que esta ley, uno de los pilares del pacto de PSOE y Unidas Podemos, una norma cuya redacción ha tropezado con múltiples dificultades y que lleva arrastrándose desde el comienzo de legislatura, está lista para la campaña del 28-M. Socialistas y morados, y también sus socios, podrán reivindicarla como uno de sus grandes logros.
El presidente del Gobierno no piensa renunciar a ella. De hecho, ya era muy elocuente que ayer jueves, en un mitin en Cáceres, Pedro Sánchez diese prácticamente por hecho el acuerdo. "Cada minuto que pasa en estos últimos días —dijo—, estoy más convencido de que esta legislatura también va alumbrar la primera ley de vivienda de la democracia". Los socialistas ya han advertido de que darán mucha importancia a una cuestión central como la vivienda, que se sitúa entre los ocho problemas que más afectan a los ciudadanos, según el barómetro de marzo del CIS, en el programa marco de las municipales del 28-M, que el partido aprobará este domingo en su convención municipal, en Valencia. Conferencia que clausurará el propio jefe del Ejecutivo.
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