La tramitación de la reforma de la ley del sí es sí ya se encamina hacia su final. Con un pacto de PSOE y PP que asegura su aprobación en el pleno del Congreso de este jueves y del Senado la próxima semana. En concreto, los socialistas aceptan en su integridad dos cambios planteados por el PP en su integridad y transaccionan otros tres. Cinco en total. Para la dirección de Pedro Sánchez, se trata de cuestiones "técnicas", "semánticas", pero para los conservadores tienen "muchísima importancia", según manifestaron después ambos grupos.
Este lunes, se reunió la ponencia en la Cámara baja, paso previo a la Comisión de Justicia —mañana martes, la que tiene que elevar el dictamen— y al pleno (el día 20). Y en ella los socialistas sacaron adelante su proposición de ley con acuerdo con el PP y con el respaldo de PNV y Ciudadanos, mientras que Unidas Podemos votó en contra, igual que ERC, Bildu y Vox, y Junts se abstuvo. Es decir, que la iniciativa contará con seguridad con los votos necesarios para culminar su tramitación parlamentaria y llegar al BOE.
Dos de las enmiendas del PP corrigen la despenalización de dos conductas
En concreto, los socialistas aceptan en su integridad las enmiendas 57 y 64 de los populares. La primera, la 57, hace referencia a la tipificación de la responsabilidad de la persona jurídica cuando hay trato degradante (recogida en el artículo 173 del Código Penal). ¿Qué pasó? Que con la reforma de la malversación y la sedición, se intercaló en ese artículo 173 un párrafo nuevo (el segundo, para perseguir a quienes oculten el paradero del cadáver de una persona), y entonces la referencia que se hacía al final de ese precepto a los "tres párrafos anteriores" era incorrecta, porque realmente había cuatro por delante. Y con ello la consecuencia es que se despenalizaba por error la responsabilidad de la persona jurídica en los casos de trato degradante. Con la enmienda del PP, se quita la palabra "tres".
Ese pequeñísimo cambio vuelve a tipificar un delito que se había perdido con la deficiente redacción de la última reforma del Código Penal.
La enmienda 64 de los populares es de un estilo similar, aunque también tiene su enjundia. Quita un "bis" en un delito que ya figuraba en el Código Penal, en el artículo 189 bis. Este es el precepto que dice que "la distribución o difusión pública a través de Internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la información o de la comunicación de contenidos específicamente destinados a promover, fomentar o incitar a la comisión de los delitos previstos en este capítulo y en los capítulos II bis y IV del presente título será castigada con la pena de multa de seis a doce meses o pena de prisión de uno a tres años".
El problema, detectado por el PP, es que no existe ya el capítulo II bis del Título VIII del Código Penal (el que aborda los delitos contra la libertad sexual). Lo que existe es un capítulo II a secas, que desgrana las agresiones sexuales a menores de 16 años. ¿Qué ocurría? Que al estar mal la referencia en el 189 bis se producía la destipificación de la distribución o difusión a través de la web, del teléfono o de las nuevas tecnologías de contenidos destinados a promover, fomentar o incitar a la comisión de los delitos de agresiones sexuales cuando se trata de menores de 16 años. En este caso, ese bis que sobraba tenía mucha miga, porque hacía que no pudiera perseguirse un delito que afecta a menores de 16 años.
Además, Ferraz transaccionó con el PP su enmienda 62 para cambiar la palabra "circunstancias" por "modalidades" y se mantiene el párrafo tercero del artículo 181 del Código Penal como proponían los socialistas. Y también transaccionaron la enmienda 58 de los populares eliminando la expresión "a los efectos del apartado anterior" del artículo 178.2 del Código Penal para que no se asocie este precepto (el subtipo que agrava las penas, de uno a cinco años, cuando el agresor sexual emplea violencia, intimidación o anulación de la voluntad de la víctima) a la condena que fija el artículo 178.1 (la agresión sexual básica, castigada con uno a cuatro años de cárcel). "Esta modificación es puramente semántica y aclaratoria, y en ningún caso subvierte la definición del consentimiento", aseguran los socialistas.
También en la exposición de motivos
Los dos primeros cambios en el articulado se llevan a la exposición de motivos de la ley, y los socialistas aprovechan la enmienda 56 del PP. Y en ella explican qué errores son precisamente los que se han corregido.
A la salida de la reunión de la ponencia, la secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, aseguró que todas las enmiendas incluidas son de "carácter técnico" y que tienen que ver "con cuestiones de redacción", así que no modifican "sustancialmente" la reforma planteada por los socialistas ni la definición de consentimiento, que "no se toca ni en un coma", informa EFE. Para Fernández, "forma parte del trabajo parlamentario ordinario", como se hace "con todas las leyes".
"Modificar simplemente una palabra, una coma o un párrafo ya supone que tenga consecuencias en la propia comprensión del texto", mantuvo por su parte la diputada del PP Marta González, quien señaló que "hablar exclusivamente de tecnicismos no es muy correcto", ya que "aun siendo tecnicismos, tienen significado y gran importancia". Mikel Legarda, del PNV, coincidió con los socialistas en que las enmiendas aceptadas "son cuestiones muy técnicas que no afectan al fondo". La solución al "defecto legislativo" creado, añadió, es "acertada".
Desde Ferraz, la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, también insistió en que se han asumido enmiendas "de carácter semántico", "técnico", y "ninguna afecta al corazón de la proposición de ley que este partido presentó".
Los argumentos en absoluto convencen a Podemos. La ministra de Igualdad, Irene Montero, cargó este lunes de nuevo contra el socio mayoritario de la coalición: "Cuando al Partido Popular le das la mano, el Partido Popular te coge el brazo y lo que acaba de ocurrir es que el PP ha humillado al PSOE haciéndole reforzar aún más esa vuelta al modelo penal anterior, el de la violencia o la intimidación, que basa la credibilidad de la víctima en función de las heridas que la violencia del agresor ejerce sobre la víctima", informa EFE.
"Una propuesta razonable"
Para la secretaria de Igualdad socialista, se trata de una cuestión de "madurez parlamentaria". "El PSOE busca el mejor texto posible para abordar los imperfectos que contiene la Ley de Libertad Sexual [la ley del sí es sí] y en este sentido nosotros negociamos o hablamos con aquellos grupos que nos permiten mantener nuestra posición de la manera más pura posible, en la que la hemos redactado porque consideramos que es la mejor manera de solucionar el problema que se ha causado", explicó a los periodistas.
El PSOE reprocha a Podemos que vote con Vox contra la reforma, e Igualdad subraya que el PP ha "humillado" a los socialistas
"Cuando se plantea una propuesta razonable", complementó Alegría desde Ferraz, "suele obtenerse un respaldo mayoritario y de distintos actores políticos. Ha sido rechazada [en la ponencia] por ERC, Bildu, Podemos y Vox. En el otro lado, están quienes apoyan la reforma: el PNV, Ciudadanos, PSOE y PP. El debate sigue abierto y hay enmiendas que siguen vivas". Es decir, lo que estaba diciéndole la portavoz a Podemos es que quienes han votado con la ultraderecha han sido ellos, los morados. La dirigente también respondió a Montero en su afirmación de que no se pueden sacar leyes feministas con el PP: "Siempre he entendido que el feminismo es inclusivo, que no es excluyente. Ojalá cada día que pase el feminismo fuera más amplio, ojalá ese movimiento transversal tuviera más adeptos. Sería un buen camino como país y como sociedad".
Los socialistas, pues, intentaban rebajar el alcance de lo negociado con el PP, y el partido de Alberto Núñez Feijóo hacía lo contrario. En el caso de Ferraz, el propósito es obvio: restarle importancia para no indisponer a los socios. Pero si algo tiene claro la dirección es que la reforma del sí es sí está "amortizada" ante la opinión pública y que no le penaliza, sino lo contrario, culminarla con el PP. Le quedaba pedir perdón por las reducciones de pena a agresores sexuales (978, según el Poder Judicial) y las excarcelaciones (104), que hizo ayer el presidente, Pedro Sánchez, y coronar la tramitación, objetivo que quedará liquidado en apenas 10 días.
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